Vittorio Gregotti: La ciudad como un todo

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Considerado el gran maestro de la arquitectura italiana, Vittorio Gregotti falleció el 15 de marzo a la edad de 92 años producto de una neumonía, agravada luego que el nonagenario arquitecto contrajera Coronavirus. En Hormigón al Día, revisamos algunos de sus proyectos más emblemáticos.

La arquitectura moderna europea le debe mucho –quizás más de lo que se pueda imaginar– Vittorio Gregotti, arquitecto y ensayista italiano que dejó este mundo el pasado 15 de marzo debido al Coronavirus a la edad de 92 años. Pese a su partida, es posible encontrar el legado en diversas partes del mundo, con una visión única de la transformación de elementos icónicos del espacio urbano, adecuándolos a las necesidades modernas pero respetando su fachada original.

Gregotti fue el responsable, por ejemplo, de la transformación que tuvo el Estadio Olímpico de Barcelona, al que intervino para el desarrollo de los Juegos Olímpicos realizados en la ciudad condal el año 1992.

El italiano, para actualizar el recinto y que cumpliese con los estándares demandados por el Comité Olímpico Internacional (COI), logró mantener la fachada original del recinto –que data de 1929– y con un diseño arriesgado, bajando la cota 11 metros, logró aumentar el aforo de 20 a 60 mil espectadores, sin perder los elementos característicos del recinto deportivo.

Esta es sólo una de las obras que Vittorio Gregotti legó al mundo. “Primero que nada, soy un arquitecto europeo”, comentó en una ocasión el italiano. Su visión, no obstante, se puede hallar ya sea en el Viejo Continente como en China. Por ello, en Hormigón al Día repasamos algunos de sus edificios más icónicos.

Estadio Olímpico de Barcelona

Como se menciona antes, el Estadio Olímpico de Barcelona data de 1929 y es una obra que está profundamente arraigada a la ciudad. Una vez que se declara a la ciudad condal como sede de los Juegos Olímpicos de 1992, el desafío es ampliar el aforo del recinto pero sin que pierda su conexión con la misma. Además, también participó del diseño general del Anillo Olímpico de Montjuic junto a los arquitectos Carles Bauxade, Joan Margarit, Alfonso Milà y Federico Correa.

Para mantener la fachada y los elementos arquitectónicos que permitieron al Estadio ser un punto identificable con su ciudad, el italiano bajó la cota en once metros y además, integró servicios y agregó más salidas. Con esto, su capacidad se incrementó desde los 20 mil a las 60 mil personas, manteniendo la conexión del espacio con su ciudad.

Teatro Arcimboldi

Vittorio Gregotti se embarcó en este proyecto, que fue construido el año 1997 en el distrito de Biccoca, en Milán. Se trata de una obra de grandes dimensiones –más de 18.000 metros cuadrados– y en la que el hormigón armado fue el material principal de la ejecución de la misma, en contraste, por ejemplo, con el enlucido de yeso que se colocó en el cielo del teatro. Se trata de una obra que considera tres volúmenes para formar el conjunto arquitectónico.

Con una capacidad máxima de 2.400 espectadores, el Teatro Arcimboldi acogió la programación del famoso teatro la Scala de Milán en el periodo de su reforma. Se trata de una de las obras más reconocidad de Gregotti en Italia.

Distrito Biccoca

El Teatro Arcimboldi forma parte de la renovación urbana para el distrito de Biccoca: 700 mil metros cuadrados en los que se transformó el antiguo polígono industrial de Pirelli  en un nuevo centro Tecnológico Integrado y Funcional. Se trata de uno de los proyectos de regeneración urbana más  grandes de Europa.

Sobre este proyecto, el arquitecto italiano comentó en entrevista a Le sfide dell’ Architetto que “es esencial que la periferia pueda contar con los mismos elementos que componen la ciudad, como la multifuncionalidad, que evita el aislamiento, especialmente es importante la mezcla social, porque las periferias son a menudo mono-clase, monofuncionales y no fomentan el encuentro, la transformación o al menos la esperanza de transformación”.

Centro Cultural de Belém

Desarrollado en conjunto con el arquitecto Manuel Salgado, lo que terminó siendo el Centro Cultural de Belém, en Lisboa, estaba pensado en primera instancia a ser la sede la presidencia portuguesa de la Comunidad Económica Europea (hoy, Unión Europea). El magno edificio, un volumen arquitectónico horizontal de 400 metros de largo, se inauguró en 1993 y finalmente, se determinó que fuese un gran centro cultural en uno de los sectores más interesantes de la capital portuguesa, ubicado entre la Torre de Belèm y el tejido urbano junto al río Tajo, que cruza a la ciudad.

La estructura de este centro cultural posee tres módulos: el centro de reuniones, el centro de representaciones y el centro de exposiciones que, a su vez, se compone de 4 galerías, un Museo del Diseño y el Museo Berardo. Por sus dimensiones, se le considera como un proyecto urbano dentro de la propia ciudad es uno de los más grandes de Europa

Nueva ciudad de Puijang, Shanghai

Se trata de uno de sus últimos trabajos. Realizado en 2007, este proyecto de renovación urbana está considerado para recibir a 100 mil habitantes y forma parte del plan “Una ciudad y nueve pueblos”, una estrategia para ordenar la zona metropolitana de la ciudad de Shanghai a través de la construcción de nueve centros urbanos distintos.

Revisa en el video un reportaje dedicado a Vittorio Gregotti (video en italiano)

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