Luego de un trabajo de cerca de cuatro años de revisión, las normas chilenas de requisitos del cemento se colocan al día en relación a cuerpos normativos internacionales. Además, se abre la posibilidad para que las cementeras de desarrollar innovaciones, especialmente en lo relacionado con cementos compuestos.
Las normas chilenas referidas al cemento, como la NCh148, que dice relación con la terminología, clasificación y especificaciones generales, como también, las normativas NCh160 (especificaciones para el agregado tipo A para uso en cementos) y NCh161 (que fija las especificaciones que deben cumplir las puzolanas, también para su uso en cementos), datan -al menos su declaración como norma oficial chilena- del 7 de mayo de 1969, por lo que su actualización era materia urgente, así como la de otra serie de normas de ensayo del cemento.
Sobre este punto, María Cecilia Soto Muñoz, secretario técnico del Instituto Nacional de Normalización (INN) a cargo del comité que revisó estas normativas (y también la NCh147, de ensayos químicos del cemento), aclaró que la actualización de este conjunto de normas “se encuentra listo a nivel de Comité de Cementos y actualmente se encuentra en los trámites establecidos en el reglamento del INN, que son previos a que sean sometidas a la aprobación del Consejo del INN”.
¿Cuándo se llevo a cabo el proceso de revisión y actualización de las normas de requisito?
-El proceso de actualización de las normas de cemento fue un proceso largo, tanto por la cantidad de normas que había que actualizar como la complejidad que tenían algunas de ellas, en especial por los casi 50 años promedio transcurridos desde que las normas en revisión habían sido oficializadas. El proceso de consulta público fue especialmente corto en relación a lo recién comentado; es decir, la cantidad de normas, los avances tecnológicos y los desafíos que había que considerar para que la actualización de las normas se hiciese cargo de ellos.
En total, fueron las 13 normas de cemento las que se sometieron al proceso de revisión de consulta pública, el que, comentó la secretario técnico, comenzó el 17 de diciembre de 2017. “En esa primera reunión, se acordó que la segunda sesión de las normas de ensayo sería el 28 de diciembre de 2017 y la segunda sesión de las normas de requisitos, el 11 de enero de 2018”.
Así, primero se abordaron las normas NCh147 – 149 – 150 – 151 – 152 – 153 – 154 – 157 -158 – 159, que son normas de ensayo cuyo secretario técnico fue Nicolás del Valle y la 147, al ser de ensayos químicos, se revisó posteriormente. Las normas NCh148 – 160 – 161, que son de requisitos, se discutieron en enero de 2018, de acuerdo a lo que explicó la secretario técnico del comité.
Proceso de revisión y actualización de las normas NCh 148, NCh 160 y NCh 161
La secretario técnico subrayó la minuciosidad del trabajo realizado por el Comité de Cementos en cuanto a la revisión y actualización de las tres normas de requisito, se llevó a cabo considerando “las observaciones recibidas y en particular, los aportes técnicos que los miembros proponían en cada una de las sesiones. En resumen, fue necesario revisar cada norma completamente: desde la primera cláusula, que es el Alcance y Campo de Aplicación, hasta los Anexos que tenían o fueron incorporados”.
Al actualizar la norma chilena NCh 148, ¿hubo que revisar y actualizar las normas NCh160 y NCh161?
-Efectivamente. Desde el inicio del proceso estaba prevista la revisión tanto de la norma madre del cemento -como es la NCh 148- como también la de las dos normas de adiciones. Aun cuando formalmente el orden de revisión partió con la norma 148 para después proseguir con la 160 y la 161, en la práctica y en forma permanente estuvimos pendientes de la relación existente entre las tres y que debía existir compatibilidad total entre ellas.
Así, una de las primeras actualizaciones a considerar, explicó la experta, fue la modificación de los títulos de las normas 148 y 161. “La NCh 148 se denomina ahora Cemento – Terminología, clasificación y requisitos. Por su parte, la NCh161 ya no sólo se refiere a la Puzolana y su título por lo tanto es ahora Cemento – Puzolanas, escoria básica y cenizas volantes para uso en cementos – Especificaciones”, comentó.
Agregó que “las tres normas tuvieron modificaciones no sólo por actualizaciones que eran necesarias, sino que también por una mirada de futuro que permita la innovación en la industria”.
En este punto, Cecilia Soto añadió que la norma NCh 160 también se actualizó, aunque principalmente a nivel de ensayo del Agregado Tipo A. “Lo que se hizo fue hacer el procedimiento de ensayo mucho más claro. Le dimos una forma más moderna y complementamos ciertos aspectos”.
Por su parte, la NCh 161, incorpora además de la puzolana, los requisitos de las cenizas volantes y la escoria básica utilizada en los cementos siderúrgicos. “El caso de las cenizas volantes, es de uso tanto en Europa, Estados Unidos y muchos otros países como adición en la fabricación de cementos. Con este paso, las cenizas volantes también se podrán usar como adición del cemento, ya que la norma NCh3520 normalizó el uso de las cenizas volantes en el hormigón”, explicó.
Actualizaciones importantes a norma NCh148
En ese sentido, las modificaciones principales de la norma chilena NCh 148 tienen directa relación con la clasificación de los cementos. “En la versión de NCh 148 de 1968 había 7 clases de cemento y 2 grados según su resistencia a compresión. En esta nueva versión, sólo hay 6 clases y 3 grados de resistencia”, detalló Soto.
“Antiguamente -añadió- había sólo 3 adiciones normalizadas y para cada una de ellas se establecían dos proporciones de adición, lo que sumado al cemento portland, tenías las 7 clases de cemento. Ahora, además del cemento portland, hay sólo una proporción máxima para cada una de las 4 adiciones (además de la puzolana, el Agregado Tipo A y la escoria básica, se incorpora las cenizas volantes) y se incluye por primera vez la normalización de los cementos compuestos”.
La incorporación de los cementos compuestos, explicó la experta, “es un avance significativo, ya que permite la combinación de dos o tres adiciones en el cemento, lo que a su vez, permite darle a esos cementos diversas propiedades que pueden ajustarse de mejor manera a diferentes tipos de obras, en especial, para usos en ambientes de exposiciones más severas.
En ese punto, Cecilia Soto recalcó que “para cada una de estas 6 clases de cemento, cualquiera sea su grado de resistencia, debe cumplir con los requisitos químicos exigidos”.
“Ahora, con respecto a los grados de resistencia -detalló- la norma sólo exige cumplir con resistencias mínimas a compresión a 7 y 28 días, en concordancia con la norma NCh 158, ya que no se establecen resistencias mínimas a la flexotracción”. En esa misma línea, la profesional comentó que los cementos de alta resistencia inicial también se incorporaron a la norma, “cuyos requisitos de resistencia se fijan a 3 y 28 días”, explicó.
Además, añadió que “se incorporó una mejor definición de los componentes minoritarios del cemento, que antes tenían otro nombre. Ahora, se adoptó la definición de componentes minoritarios que tiene la norma europea de cemento y creo que es bastante mejor dicha definición, porque regula de mejor forma lo que entendemos por componente minoritario”.
En esa línea, la experta puntualizó que “tanto las cenizas volantes como adición y los cementos compuestos, así como los cementos de alta resistencia inicial (ARI), están desde hace mucho en normas europeas y en la norma ASTM”.
Incorporación de nuevas adiciones: modificación a norma NCh160
Otra modificación que presente en la norma NCh160 –“quizás la más relevante por su mirada a futuro”, subrayó Cecilia Soto– dice relación a que en su Anexo A, de carácter informativo, “orienta sobre las condiciones que se deberían cumplir para la incorporación, en el futuro, de nuevos materiales como adiciones del cemento”, dijo la experta.
La secretario técnico del Comité de Cemento comentó además que, para brindarle carácter normativo a esta modificación, la norma chilena NCh148 es la que se hace cargo de normalizar estas adiciones potenciales, “al permitir que un cemento compuesto pueda contener hasta un 10% de ella, siempre que se haya realizado el proceso que para ese uso se establece en el Anexo A de NCh158, que tiene carácter normativo”.
Asimismo, la profesional añadió que “se incluyen las condiciones para que, más adelante, se pueda fabricar un cemento con una proporción mayor de esa adición potencial y/o un cemento sólo con esa adición potencial”.
Importancia de la revisión de normas NCh148, NCh160 y NCh161 para el desarrollo de la industria
Con la incorporación de las cenizas volantes como adición al cemento y la normalización de los denominados cementos compuestos, entre otras actualizaciones, las normas chilenas de requisitos del cemento se colocaron al día en relación a cuerpos normativos de Europa y Estados Unidos y, además, se abrió la posibilidad a las cementeras de desarrollar innovaciones, especialmente en lo que a cementos compuestos se refiere, con la posibilidad de incorporarle nuevas adiciones potenciales en una proporción de 10%.
En ese aspecto, la experta explicó que la inclusión de las adiciones potenciales está vinculada al “tema de la Economía Circular y a la utilización de otros materiales naturales o provenientes de procesos industriales. En ese sentido, como se comentó anteriormente, incorporamos en la norma las condiciones que se deben cumplir a través de un proceso definido y que abre la puerta para incorporar nuevas adiciones al cemento”.
Gracias a esa actualización, explicó Cecilia Soto, se busca que las empresas vinculadas al sector cementero puedan desarrollar -o si ya tienen, ofrezcan al público- cementos compuestos, que ya se encuentran normalizados en la NCh148.
“Esa es la primera etapa del proceso”, dijo la experta. “Pero después, si yo quisiera hacer un cemento con esa nueva adición, en forma similar a la normalización que hoy tiene un cemento puzolánico, cementos siderúrgicos, cementos con cenizas volantes, etcétera, para poder fabricar un cemento con esa nueva adición, habría que contar con una norma que establezca los requisitos de esa nueva adición. O sea, tendría que haber un equivalente a la NCh160 o NCh161, cuyo objetivo sea normalizar la nueva adición, y la NCh148 tendría que incluir los requisitos químicos de ese nuevo cemento que utilice esa adición potencial como adición única”.
“Eso -agregó- de alguna manera le da transparencia al sistema y garantiza, sin comprometer la fe pública, el estándar de un material de gran uso. Si nosotros partimos de la base que, después del agua, el hormigón es el material más usado en el mundo y la base del hormigón es el cemento, se tienen que dar garantías al público de que el producto sigue teniendo el estándar exigido”.
Para la secretario técnico del Comité de Cementos del INN, estos cambios, si bien no serán inmediatos, sí abrirán las puertas, por ejemplo, “a la fabricación de cementos compuestos. Creo que es uno de los cambios más importante y que es un gran avance para el país”.
En esa línea, añadió que “existen ciertos aspectos de la norma que quedan mejor definidos, más transparentes y creo que son cambios que a la industria cementera le van a hacer muy bien, en el sentido de que, si bien nuestra industria tiene una larga y excelente tradición, con una serie de controles que incluso están fijados por ley, además se abre la puerta a la producción de cementos compuestos y creo que ese es un avance porque permite diversificar las propiedades”.
Si bien la profesional considera que estos cambios no serán inmediatos, la normalización de los cementos compuestos “es relevante porque nos permite desarrollar más tecnología alrededor de los componentes del cemento y también, al considerar una tercera adición, por ejemplo, dos tradicionales más una tercera, que es una adición de estudio que se puede utilizar hasta en un 10%, eso abre las puertas para desarrollar cementos con adiciones cuyo uso está normalizado en otros países (como podrían ser las calizas calcinadas), que pueden incorporarse hasta en un 10% y ahí generará un historial de comportamiento de ese cemento compuesto”.