Luis Héctor Bravo Herreros, nuevo director del ICH: “Con su liderazgo, el Instituto debe incentivar a la competitividad de la industria”

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Desde el mes de enero que el gerente general de Constructora Bravo Izquierdo forma parte del directorio del ICH. En conversación con Hormigón al Día, el nuevo director destacó el liderazgo que posee la entidad y cómo éste debe aprovecharse para impulsar al sector. Al tiempo analizó las actuales coyunturas que vive el rubro, aún recuperándose del golpe dado por la pandemia.

“Como dato, puedo comentar que Luis Héctor Bravo Garretón, mi padre, fue presidente del Instituto por muchos años, así es que para mí existe una motivación especial en ser parte de este directorio”, dijo Luis Bravo Herreros, gerente general de Constructora Bravo Izquierdo desde el año 2001 y, actualmente, uno de los nuevos integrantes del directorio del Instituto del Cemento y Hormigón de Chile, ICH.

Invitado a fines del año pasado por el actual presidente del ICH, Alfredo Echavarría, para formar parte del nuevo directorio de la entidad, el gerente general de Bravo Izquierdo destacó el funcionamiento colectivo del grupo. “Todos quienes componemos el directorio, estamos actuando como equipo”, subrayó.

Bravo destacó que el actual directorio busca potenciar el rol de “líder y referente técnico del ICH”. Para ello, el nuevo director del Instituto explicó que una de las metas es que la entidad sea un “ente articulador de la información con distintas entidades, con el objetivo de aumentar la competitividad”.

En ese sentido, Bravo comentó que desde el directorio del ICH, la idea es que se aproveche tanto el rol como ente capacitador del Instituto, en conjunto con una estrategia comunicacional adecuada, con su liderazgo, para así involucrar a todas las partes interesadas –“organismos públicos, fabricantes, industria complementaria, academia”- para incrementar la competitividad en la industria.

La respuesta del rubro de la construcción a las restricciones sanitarias

Con la declaración de la emergencia sanitaria, producto de la pandemia por Covid 19, en el mes de marzo de 2020, y la de cuarentena total en la Región Metropolitana en mayo del mismo año, el rubro de la construcción tuvo que enfrentar un escenario complejo: la paralización total de los proyectos, lo que trajo como consecuencia la pérdida de empleo.

Luis Bravo, en su calidad de gerente general de una de las constructoras más importantes del país, añade otra incidencia: el estallido social. “La pandemia ahondó más el golpe que ya venía de la crisis social de octubre de 2019”, explicó.

Por lo mismo, la respuesta del sector tuvo que ser rápida, a fin de paliar en parte las consecuencias negativas que trajeron estos dos hechos específicos para el sector. “Como rubro, nos encontramos que la construcción tuvo que pasar de un día para otro a un estándar minero. Las cosas que se hacían de manera correcta, hubo que meterse en la cabeza que debían hacerse extremadamente bien, sin errores y a la primera”, confesó.

¿Qué destacaría respecto a este cambio que tuvo que tener el rubro, a propósito de lo que generó la pandemia?
-Como regla general, yo creo que el cambio conductual de los trabajadores fue fundamental. La forma de trabajar, de trasladarse y el autocuidado, es decir el compromiso personal de cada uno. Esto no funcionaría si cada trabajador no se hubiera metido en la cabeza que la manera de trabajar nueva es distinta.

La propia experiencia da la razón a Luis Bravo. En junio de 2020, con las cifras del Covid 19 al alza, Bravo Izquierdo fue una de las primeras constructoras en adoptar una serie de protocolos de seguridad -coordinados en conjunto con la Cámara Chilena de la Construcción (CChC)- lo que les valió un reconocimiento por parte de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS).

En ese aspecto, para el nuevo director del ICH, lo más importante dentro de ese contexto fue “la mística que se generó dentro de las mismas empresas para salir adelante. Cuando no se podía salir a trabajar, y la gente quería hacerlo, se creó una mística muy grande en las empresas del rubro que hasta el día de hoy se mantiene”.

Agregó que “estoy tranquilo que, como industria, estábamos muy bien preparados (para enfrentar esta coyuntura) y que la construcción, sobre todo, demostró ser un rubro con muy buenas prácticas”.

Industrialización, productividad y el rol del ICH en su promoción

Existen datos que evidencian la baja sostenida del sector en términos de productividad y así lo reconoce Luis Bravo. “Si uno ve la historia, y existen gráficos que lo demuestran, el rubro de la construcción es de los que menos se ha desarrollado en los últimos años”, aseveró.

Con la pandemia, este indicador tuvo un descenso brusco y de inmediato, la pregunta que nació era cómo retomar cifras de crecimiento y productividad previas a la situación sanitaria.

Sin embargo, para Luis Bravo la actual situación que afecta al sector comenzó antes. “Cuando en octubre de 2019 vino el estallido y ahí, obviamente, se complicaron mucho los horarios de trabajo de la gente. El primer mes, por ejemplo, pasó que efectivamente la gente, entre que llegaba más tarde y se iba antes por temor a que le cerraran el Metro, le cerraran la locomoción, entonces, obviamente, producían menos”.

Según explicó el profesional, las bajas en las remuneraciones que se generaron por la crisis social, hizo que los trabajadores se organizaran mejor “y empezaron a producir más en menos horas, por tanto, al final lograron revertir esta baja en la liquidación de los sueldos y nos dimos cuenta que al final, la productividad era factible de mejorar”, destacó.

Con la situación sanitaria, que demandó aforos reducidos en las obras, también se generaron complicaciones. Sin embargo, dijo Luis Bravo, medidas como “el distanciamiento, turnos por aforos máximos, el traslado privado, que hasta el día de hoy se mantienen porque resultaron generar mejor eficiencia y productividad en algunas obras, sobre todo en aquellas que quedan más lejos”.

¿Pudo la pandemia acelerar procesos de industrialización de procesos o la adopción de tecnologías, como la prefabricación, justamente para incrementar los indicadores de productividad?
-Yo no asociaría todo a la pandemia, sino que, a partir de 2010, ya la digitalización empezó a ser parte fundamental del desarrollo de la industria porque se veía que había que mejorar los procesos para, finalmente, lograr un mejor producto final.

“Me mencionas la prefabricación, que es válida y es uno de los temas más importantes -añadió- pero junto con ello, está, por ejemplo, el Internet de las cosas, la coordinación BIM de los proyectos, de manera que tú te puedas adelantar a eventuales interferencias que aparezcan en la construcción, lo cual retrasaría las obras, con el consiguiente rehacer trabajos terminados. Entonces, todo esto contribuye a mejorar los rendimientos, por tanto, a disminuir las pérdidas y residuos, obviamente, y ya como de premio, un menor riesgo en accidentes y menores plazos de ejecución”.

¿Cómo podría, entonces, el ICH apoyar al sector para incrementar índices de productividad y aumentar la industrialización de los procesos?
-A mi juicio, el rol principal del Instituto va por el lado de generar valor y aumentar la competitividad de la industria de la construcción con hormigón. Entonces, al ser un líder y referente técnico, tiene que promover la productividad y la innovación mediante el uso de tecnología y de información.

“Como te comentaba hace un rato -agregó- la industria de la construcción es muy fuerte en mano de obra, entonces, si no se capacita bien a la gente, las obras seguirán igual porque en el rubro de la construcción, la gente está muy acostumbrada a hacer como siempre se ha hecho, entonces, el estar dispuesto al cambio, el tener un ente como el ICH que, además de generar valor, pueda capacitar con técnicas demostradas, eso va a hacer que la industria del hormigón armado sea cada vez más eficiente y más productiva”.

¿Llegó el momento de las nuevas tecnologías para la construcción?

Otro de los aspectos que puede ayudar a mejorar los índices de productividad del sector -o, al menos, llegar a niveles previos a la situación sanitaria- tiene que ver con la adopción de nuevas tecnologías que colaboren en esa tarea.

Esta incorporación de nuevas tecnologías, sin embargo, se ve frenada muchas veces por factores como los costos de implementación y que el rubro, como ya mencionó Luis Bravo, es poco proclive a los cambios. “Eso, no obstante, ya está cambiando”, resaltó.

“Cuando se evalúa algo innovador -explicó- efectivamente se ponen los costos sobre la mesa respecto de cómo se hacía siempre y quizás, los costos que uno ve hacen que sea más caro, pero se olvida, o se tiene que aprender a ver todos los costos que no son visibles: horas hombre adicionales, o trabajos rehechos, residuos excesivos, una menor postventa, o sea, hay muchos ítems que uno debiera involucrar o debiera considerar al momento de evaluar una propuesta innovadora”.

El implementar nuevas tecnologías y generar la costumbre de utilizarlas, “claramente será un plus para la empresa y para el rubro”, subrayó.

En ese aspecto, ¿cree usted que la adopción de la metodología BIM como innovación tecnológica ayudará a incrementar aspectos de productividad?
-A ver, el BIM no va a solucionar todos los problemas. El BIM es una herramienta que te permite minimizar las descoordinaciones futuras. Si uno ve en Europa, en Estados Unidos, el desarrollo de los proyectos se demora, por decir un número, un año y medio o dos años en proyectar y coordinar, y la construcción se realiza en ocho meses. ¿Por qué? Porque la mano de obra de construcción es carísima, entonces, todas las balas están gastadas en el desarrollo del proyecto. En Chile, ha sido siempre al revés: proyectos rápidos, licitación rápida y después la obra se alarga, con todos los sobrecostos que implica para la constructora, para el mandante, para el país. Entonces, el BIM viene un poco a ayudar en esta etapa.

En esa misma línea, el director del ICH explicó que “el BIM tiene distintas capas: hay una capa básica, que es solamente un visualizador y después va avanzando hasta coordinar especialidades y, por último, incluso ya diseñar, presupuestar, cubicar con BIM. Entonces, la gracia de esto es poder involucrarse tempranamente en los proyectos y poder ser capaz de determinar o definir las posibles incoherencias: se hace un listado el listado, se soluciona y después llega un proyecto mucho más limpio y coordinado a la construcción. Esa es la gracia del BIM”.

Desde su posición, ¿Cómo ve la implementación de esta metodología en el sector?
-Yo te diría que muchas empresas lo están implementando, algunas más rápidas que otras, pero es un plus que uno le puede dar a un mandante. Ofrecer una coordinación BIM, desde el punto de vista constructora, es mucho mejor.

Problemas actuales: la falta de stock de materiales

Tal y como comentó Alfredo Grez en su entrevista con nuestro portal, Luis Bravo Herreros detalló que existe una situación externa que también afecta a la productividad del sector: la falta de stock de materiales para la construcción, un problema de carácter mundial que ha ralentizado el desarrollo de proyectos.

“Esta es una situación totalmente imprevisible”, aseveró. “La primera crisis, por así decirlo, fue de la madera, que se produjo debido a la crisis social y fue cuando las forestales dejaron de producir porque veían que, con el país medio paralizado, no iban a vender. Llegó un momento en que hubo quiebre de stock y fue un caos. Después vino, a fines del año pasado o principios de año, el tema del fierro. En parte, China nunca dejó de crecer, entonces, se consumió gran parte de la producción de fierro mundial, entonces, obviamente a Chile y a otros países llegaba muy poco”.

A juicio del profesional, esta situación se está regularizando, pero vienen otros inconvenientes, como “problemas de stock de materiales de revestimiento, dado el alza de fletes. También, el costo de los fletes se ha quintuplicado, aproximadamente, desde China a Chile o de Estados Unidos a Chile, entonces, todo eso ha producido que haya menos materiales”.

Impulsar el rol del ICH como articulador

Como se mencionó antes, para Luis Bravo Herreros, formar parte del nuevo directorio del ICH constituyó un hecho especial: Luis Bravo Garretón, su padre, fue presidente del Instituto entre los años 1993 y 2008, lo que para el nuevo director significó un “impulso adicional en ser parte de este cuerpo”.

Desde que asumió, en enero de este año, Luis Bravo Herreros destacó que el conjunto del directorio se abocó en la tarea de apoyar la gestión del gerente general del organismo, Augusto Holmberg, en especial, la transición que significó pasar de actividades presenciales a eventos y cursos online, debido a la situación sanitaria.

“Usualmente se realizaban eventos presenciales, seminarios, ExpoHormigón, etcétera y que permitían al ICH mostrar los avances y logros tecnológicos, ya, pero de un momento a otro se pasó a charlas online, que, si bien se permite la transmisión no es lo mismo que presencial”, comentó.

Finalmente, y siempre considerando el actuar en conjunto del directorio, ¿Cuáles serán las ideas que usted promoverá dentro de este cuerpo del ICH?
-Lo que voy a potenciar es buscar ayudar a fortalecer el liderazgo técnico del ICH, reforzar su imagen, que es una muy buena imagen, y aprovechar también los vínculos con la Cámara y con la academia, creo que es ahí donde trataré de aportar más: en desarrollar los vínculos con la Cámara y con la academia para fortalecer el liderazgo técnico del ICH.

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