Su visión de la arquitectura como algo que perdure en el tiempo, independiente de las tendencias, y su trabajo integrado al entorno urbano que le rodea, llevó al jurado a darle el denominado “Premio Nóbel” del mundo de la arquitectura. Aquí, destacamos algunos de sus trabajos en los que el hormigón es fundamental para desarrollar su lenguaje.
“Creo que la arquitectura entrega un escenario, está ahí y no lo está. Como todas las cosas que tienen un significado importante, ambos están al frente y atrás y no estoy muy fascinado todas las veces con lo que ocurre en el frente de este escenario. La arquitectura es algo que puede intensificar y apoyar y mejorar nuestros rituales y nuestras vidas. Las experiencias -o, al menos, hacia las que gravito- que disfruto más son cuando cosas normales se convierten en especiales, lo que se opone cuando se busca que todo sea especial”.
La frase es de Sir David Alan Chipperfield, arquitecto londinense que nació el año 1953, cuyo trabajo destaca por la funcionalidad de sus diseños, tanto en la misma edificación como en su relación con el espacio público, y la sobriedad de estos por sobre las tendencias. Precisamente, esas características lo llevaron a obtener el máximo galardón del mundo de la arquitectura, el premio Pritzker 2023.
“En un mundo donde muchos arquitectos ven un proyecto como una oportunidad para añadir a su propio portafolio, Sir David Alan Chipperfield responde a cada uno con herramientas específicas que seleccionó con precisión y gran cuidado. Algunas veces se requiere de un gesto que es fuerte y monumental mientras que, en otras ocasiones, debe desaparecer. Sus edificaciones, sin embargo, siempre permanecerán en el tiempo porque la meta definitiva de su trabajo es servir al bien común. El evitar lo que está de moda le permite mantenerse permanente”, destacó el arquitecto nacional Alejandro Aravena, presidente del jurado y ganador del Pritzker en 2016.
La arquitectura como balance
El anuncio que dio a conocer la distinción al reconocido arquitecto británico destacó que su trabajo, que se extiende por cuatro décadas, es “amplio tanto en tipología y geografía, incluyendo más de cien obras que van desde edificios cívicos, culturales y académicos a residencias y planos maestros urbanos tanto en Asia, Europa y América del Norte”.
En este amplio catálogo, el arquitecto muestra su predilección por materiales como el hormigón y la piedra para el desarrollo de sus variados proyectos, encontrando en este tipo de elementos una respuesta a la simplicidad de sus diseños que, a su vez, se exploran las complejidades tanto del espacio, como también, la forma, función, materialidad y programa para, finalmente, crear un elemento que se relacione con su entorno, ofreciendo una respuesta a las necesidades actuales y futuras.
“Miro por las ventanas de nuestro estudio y veo tantos edificios malos diseñados con fines puramente lucrativos, no arquitectónicos. Tenemos que creer que podemos hacerlo mejor”, dijo Chipperfield a la revista Architectural Digest el año 2013. En ese sentido, el jurado destacó que el lenguaje arquitectónico del galardonado “encuentra un balance entre la consistencia con los principios fundamentales del diseño y la flexibilidad que observa a las culturas locales”.
Una obra que no conoce de fronteras
Si bien el trabajo de Sir David Allan Chipperfield, como se mencionó, abarca diversos proyectos, los museos se consideran como un elemento central de su obra, en la que se pueden apreciar de mejor manera sus conceptos, ya sea en elementos a escala pequeña, que reformulen parte del paisaje, a grandes renovaciones que se ejecutan en espacios urbanos complejos y delicados. “Sus museos -destacaron desde el comité que le entregó el galardón- siempre desafían la noción de que estos lugares son para la élite cultural”.
En ese sentido, desde el jurado destacan que la obra de Chipperfield es una que “ofrece una transformación de la vida urbana de las ciudades donde sus edificaciones se emplazaron”. Esto puede apreciarse en Alemania, México, Suiza y particularmente en España, en la región de Galicia, lugar que el arquitecto llama su segundo hogar.
La amplitud de la obra del ganador del Pritzker 2023 hace que resaltar una edificación por sobre otra sea complejo. Sin embargo, su trabajo, especialmente con hormigón, permite destacar la visión arquitectónica que posee Chipperfield.
Museo Jumex. Ciudad de México, México (2013)
Se trata del primer proyecto que el estudio del arquitecto desarrolló en América Latina. El edificio ocupa un espacio triangular en el área de Polanco, en Ciudad de México, la que está rodeada por torres de cristal destinadas al comercio. El museo pose una forma icónica, tipo diente aserrado, y descansa sobre 14 columnas de hormigón blanco expuestas sobre un zócalo que se fusiona con la plaza pública.
James Simon Galerie. Berlín, Alemania (2018)
Este edificio sirve como una nueva entrada a la denominada “Isla de los Museos”, en Berlín. Junto con el “Paseo Arqueológico”, forman el núcleo del plano maestro que comenzó a desarrollarse el año 1999 y que adoptó como base para la posterior planificación de este espacio. Mientras que la piedra domina los exteriores del edificio, hormigón colocado in-situ se utilizó para su interior.
Centro de visitas y capilla del Cementerio de Inagawa. Hyogo, Japón (2017)
Ubicado sobre una pendiente empinada de la cordillera de Hokusetsu, a 40 kilómetros al norte de Osaka, el Cementerio de Inagawa, su capilla y su centro de visitas, se distribuyen sobre una serie de terrazas, las que se cortan en dos gracias a un camino escalonado monumental que conduce a un santuario, ubicado en su punto más alto. Los muros, pisos, cielos y techos se fabricaron en Obayashi con hormigón de color rojo, generando así una semejanza a la piedra natural del lugar.
Oficinas centrales de Amorepacific. Seúl, Corea del Sur (2017)
Crear un edificio que mediara entre dos condiciones urbanas distintas: un barrio histórico con edificaciones a pequeña escala, en contraposición a un plano maestro inspirado en la modernidad. En esa definición, las nuevas oficinas de Amorepacific se abren en todos los lados, llevando al público directamente al corazón del edificio. Los elementos de hormigón a la vista, que dominan el lobby, supusieron uno de los mayores desafíos durante la construcción de este edificio.
Morland Mixité Capitale, París, Francia (2022)
Originalmente conocido como la “Prefectura de París”, el edificio data de 1960 y debido a los cambios en el plan maestro de la ciudad, poco a poco quedó encerrado, pese a ubicarse en la ribera del Sena. El nuevo “Morland Mixité Capitale” es el resultado de la rehabilitación, remodelación y extensión de los edificios existentes. Así, el renovado espacio cuenta con una torre de 16 pisos unida dos bloques de nueve pisos, con un esqueleto de hormigón revestido en piedra y arcos de hormigón, que definen la nueva entrada al complejo y colaboran visualmente a suavizar la entrada original.