Emplazada sobre una pendiente -aprovechando las fundaciones de una antigua bodega- en la ciudad de Mendrisio, al sur de Suiza, esta vivienda de hormigón parece que “nace” de la misma montaña que la rodea y se funde con el entorno, dominado por grandes árboles, transformándose en un elemento más del paisaje.
Mendrisio es una pequeña ciudad y comuna suiza ubicada al sur del país helvético. Con algo más de 15.000 habitantes, esta urbe ubicada cerca de la frontera con Italia destaca por el paisaje que la rodea, en el que se mezclan tupidos bosques con cadenas montañosas, las edificaciones históricas como algunas iglesias que datan del siglo XVII, lo que hace que sus vecinos italianos la nombren como “il magnifico borgo”.
Dentro de Mendrisio, existe un sector denominado “alle cantine” cuya particularidad es que posee una serie de casas de distintas características, construidas unas junto a las otras, a los pies del “muro” rocoso de un cerro que domina el Oratorio San Nicolao. Esta parte de la ciudad además la define una avenida con árboles altos, donde se pueden encontrar las tradicionales “grotti”, que son espacios subterráneos con ventilación natural.
El paisaje aparentemente contradictorio -altos árboles que colisionan con el “muro” rocoso que define a la avenida- resultó lo suficientemente atractivo para que el estudio de arquitectura celoria Architects diera forma a “House C”, una casa de hormigón cuyo diseño es como un “objeto masivo primitivo embebido en la montaña”, comentó al portal Dezeen el arquitecto Aldo Celoria, fundador del estudio, quien se hizo cargo de este proyecto.
“Reutilizando” elementos anteriores
La “House C” se alza sobre las fundaciones de lo que era una bodega tradicional y un comedor que se excavaron en el terreno inclinado que domina al terreno donde se ubica la edificación, espacios familiares para el arquitecto, quien solía venir con su familia y amigos a este lugar.
En ese sentido, Celoria comentó a Deezen que la idea de “House C” surgió precisamente “para mantener este sentido de convivencia y el diseño de la casa es como si ésta fuese una gruta en relación con la naturaleza colindante”.
Es, precisamente, esa naturaleza la que define a “House C”. Por una parte, la edificación se encuentra rodeada por los árboles y la montaña mientras que, por la otra, colinda con la pendiente que culmina en el valle hacia la zona de San Martino. Esa particularidad hace que la edificación se adapte a la pendiente, insertándose al paisaje al transformarse en un elemento más que nace desde la misma montaña donde están los cimientos de la construcción original.
Una vivienda de hormigón que “emerge” de la montaña
Las formas de hormigón armado que dan vida a “House C” determinan tanto a la infraestructura como los espacios útiles de la casa, los que incluyen una escalera con forma espiral, baños, salas de servicio y una chimenea. Esto, comenta el arquitecto, permite liberar de columnas a los pisos para así, obtener panorámicas completas del paisaje a través de las ventanas que ocupan todo lo alto de las plantas.
En ese aspecto, la vivienda posee tres plantas -la base y dos pisos superiores- que albergan al dormitorio, la sala de estar y uno que el arquitecto denominó “para el sueño”. “La planta base de la vivienda -explicó en la descripción del proyecto- es un nivel íntimo e introvertido, donde se ubica el dormitorio, en una analogía a los tipos de bodegas que se encuentran en la zona”.
Por otra parte, el primer piso “refleja la tipología de una casa mediterránea, donde la entrada principal lleva hacia la cocina y el comedor. El piso superior alberga un único espacio abierto diseñado con un techo plegado que hace al volumen plástico y lo abre hacia la naturaleza colindante en sus cuatro costados”, dijo el arquitecto.
Con una superficie de 300 m2, “House C” se completó el año 2019. “La estructura de la vivienda es una expresión del cuerpo arquitectónico de la misma, la que se concibió para promover un diálogo cercano entre el interior y el exterior, y entre la misma arquitectura y el paisaje”, recalcó el estudio.
