Con un cuerpo de trabajo enfocado en lo social y la reconversión de espacios ya existentes en vez de demolerlos, el jurado del denominado “Nobel de arquitectura” determinó que lo realizado por la pareja de profesionales “renueva el legado del modernismo” y que su trabajo es “radical, dentro de su delicadeza, y atrevido, en su sutileza, balanceando un ejercicio respetuoso pero directo a la hora de construir ambientes”.
El año 2017, durante una conferencia en la Liga Arquitectónica de Nueva York, la arquitecta francesa Anne Lacaton explicaba que la belleza de los edificios se da cuando las personas que los habitan se encuentran cómodas en estos “cuando la luz interior es bella y el aire es agradable. Cuando el intercambio con el exterior se percibe amable y sencillo, y cuando los usos y las sensaciones son inesperadas”.
En otra actividad, la arquitecta comentó que “la buena arquitectura es abierta. Abierta a la vida, abierta a mejorar la libertad de todos, donde cada cual puede hacer lo que necesite. No debería imponerse ni demostrar algo, sino que debiese ser familiar, útil y hermosa, con la habilidad de apoyar de manera silenciosa la vida que se tomará ese espacio”.
Esa manera de definir la profesión, que además incluye la decisión de no demoler y sí transformar, reinventar y reconvertir, la que es compartida por su compañero Jean-Philippe Vassal, es lo que hizo a la pareja merecedora del Premio Pritzker 2021 de Arquitectura, reconocido como el “Nobel” de la especialidad.
El jurado -presidido en esta ocasión por el arquitecto chileno Alejandro Aravena, ganador del premio el año 2016- explicó su decisión sobre la base que la pareja de arquitectos franceses “no sólo han definido una aproximación a la arquitectura que renueva el legado del modernismo, sino que además proponen una definición ajustada de la propia profesión de la disciplina”.
“El modernismo -continúa el comunicado- espera y sueña con mejorar la vida de muchos, quienes se ven revitalizados a través de sus trabajos, los que responden a las emergencias ecológicas y climáticas de nuestro tiempo, como también a las urgencias sociales, particularmente en el campo de la vivienda social. Lograron esto gracias a un poderoso sentido del espacio y los materiales, creando una arquitectura tan fuerte en sus formas como en sus convicciones, transparente tanto en su estética como en su ética”.
Reconvirtiendo y transformando espacios
“Existen demasiadas demoliciones de edificios que no son antiguos, que aún tienen vida útil, lo cuales no se utilizan. Creemos que eso un gastadero de materiales. Si observamos detenidamente, si miramos a las cosas con ojos renovados, siempre existe algo positivo que sacar de una estructura ya existente”, dijo Lacaton en una reciente entrevista con el New York Times.
“Nuestro trabajo -comentó Vassal en el comunicado de aceptación del Pritzker- consiste en resolver limitaciones y problemas, y en encontrar espacios que puedan crear usos, emociones y sentimientos. Al final de este proceso y este esfuerzo, debe existir ligereza y simplicidad, cuando lo que había antes era muy complejo”.
Entre los trabajos más destacados de Lacaton y Vassal, se encuentra la ampliación y transformación La Tour Bois le Prêtre (París, Francia), obra realizada el año 2011 y que consistió en un proyecto de vivienda urbana de 17 pisos y 96 unidades construido a principios de la década del 60. En este proyecto, los arquitectos, que trabajaron junto a Frédéric Druot, eliminaron la fachada original de hormigón del edificio, ampliando su huella para dar cabida a balcones bioclimáticos, haciendo más grande cada unidad.
En esa misma línea, la expansión del “Palais de Tokyo” (2012), en París, es otra obra de los arquitectos que sigue esa línea. Aprovechando el gran espacio del sótano de la instalación y la presencia de materiales como hormigón a la vista, los profesionales transformaron este abandonado edificio que data de la Feria Mundial de 1937, en uno de los principales museos de arte contemporáneo de Europa.
Otro de los proyectos en que se puede apreciar la filosofía que nutre el concepto arquitectónico de Lacaton y Laval es en el edificio de la École Nationale Supérieure d’Architecture, en la ciudad de Nantes. El proyecto, realizado en 2009, amplió los espacios para dependencias estudiantiles y académicas al maximizar el plan y así, doblar el espacio definido en el proyecto inicial de este gran edificio de tres pisos fabricado con hormigón y acero.
“La transformación -explicó Lacaton en la nominación al Pritzker- es la oportunidad de hacer más y mejor con lo que ya existe. La demolición es una decisión basada en el camino más fácil, pensada en el corto plazo. Es un desperdicio en muchas formas: de energía, materiales, historia. Aún más, tiene un impacto social negativo. Para nosotros, es un acto de violencia”.