El ganador del Premio Pritzker 2022 -primer arquitecto africano en adjudicarse el galardón- trabaja pensando en cómo mejorar la vida de las comunidades. Para ello, el uso de materiales locales en conjunto con innovadores usos del hormigón y otros elementos, son claves para sus proyectos.
La particular visión con la que el arquitecto Francis “Diébédo” Kéré aborda sus proyectos, en los que mixtura elementos culturales de un natal Burkina Faso con una visión sostenible del uso de materialidades como arcilla, ladrillos y otros como el hormigón, le valieron convertirse en el primer africano en adjudicarse el el prestigioso Premio Pritzker, -conocido como el “Nóbel” de Arquitectura.
Esa visión, además, está cruzada por un cuerpo de trabajo enfocado al mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades tanto en su país de origen como en otros puntos de África. De ahí, por ejemplo, que la mayoría de sus obras sean establecimientos educaciones, librerías, centros comunitarios, consultorios o proyectos habitacionales que involucran a toda la comunidad donde se levantan sus proyectos.
En ese sentido, el último ganador del Pritzker comentó a CNN que el Pritzker se relaciona mucho con el trabajo en la comunidad de Gando. “Este no es un premio sólo para mí. Si no hubiese tenido la valentía de volver a mi hogar -Keré, gracias a una beca, estudió en Alemania y regresó en 1998 a Burkina Faso- y que las personas se unieran en esta aventura de construir la escuela que lanzó mi carrera, todo esto no sería posible”.
Escuela Primaria de Gando, el primer edificio
Como bien puntualizó el arquitecto, el proyecto de Escuela Primaria de Gando -edificación que ganó el premio Aga Khan de Arquitectura el año 2004- es, quizás, la gran responsable de que recibiera el Pritzker y el que engloba de mejor manera la forma que tiene el arquitecto de comprender su profesión.
Diseñado para solucionar dos problemas esenciales de muchos de los establecimientos educacionales de la provincia de Boulgou, ubicada al este de Burkina Faso, el primer edificio de Kéré trabajó aspectos como la ventilación e iluminación. Para ello, el trabajo con materiales locales fue clave.
De hecho, los ladrillos para la escuela se fabricaron en una combinación de arcilla y cemento, para dar robustez estructural al edificio, al tiempo que brindan aislación térmica ante el calor de la zona. Además, vigas de hormigón armado soportan las barras de acero en las va apoyado el techo, compuesto de arcilla perforada y que genera mayor ventilación, todo pensado para evitar el uso de aire acondicionado y disminuir la huella de CO2 del establecimiento.
Un techo de hormigón con “orificios” de arcilla
La biblioteca de la Escuela Primaria de Gando -que se encuentra en construcción, según el sitio web de Kéré- es una de las edificaciones en las que le hormigón adquiere un protagonismo inesperado, al mezclar su uso tradicional con la antigua tradición en cerámica de la comunidad donde emplaza el recinto.
Con una suave forma elíptica, la biblioteca se diferencia de las edificaciones adyacentes, pero, al mismo tiempo, “forma una conexión física entre la Escuela Primaria y su extensión, protegiendo al patio de la escuela de los vientos del este, conocidos por levantar mucho polvo”, dice la descripción del proyecto.
El techo de la biblioteca está fabricado de hormigón armado, el que se fabricó de forma tradicional. Sin embargo, entre la estructura, se colocaron vasijas de arcilla, lo que hizo que, al momento de verter el hormigón, quedaran unos vacíos a los que mejoran ostensiblemente la ventilación natural de este espacio.
Otras obras con la firma de Kéré
Otros proyectos del arquitectoen los que el hormigón toma relevancia son el Centro de Salud y Promoción Social y el Centro de mujeres Songtaaba, ambos ubicados en la zona de Gando, confirmando así el estrecho vínculo que posee “Diébédo” con su comunidad.
Para el primero, el proyecto utilizó diez unidades modulares cuyos posicionamientos responden al complejo en su conjunto. Diseñado para “crear una atmósfera inclusiva y ser una alternativa a la rigidez que usualmente ofrece la arquitectura de estas edificaciones”, el Centro de Salud cuenta con muros exteriores de ladrillos de hormigón huecos, los que se recubrieron con arcilla para, nuevamente, actuar como aislante térmico ante el extremo calor de la zona.
Por su parte, el Centro de mujeres Songtaaba refleja, por una parte, el compromiso permanente del ganador del Pritzker con su comunidad y, además, el deseo del arquitecto de innovar, mezclando materiales propios de Gando con elementos como el acero y el hormigón.
En este caso, el recinto cuenta con armazón de hormigón armado sobre el que va apoyada una cubierta de varillas de acero y chapa ondulada que, nuevamente, evita el calentamiento por las altas temperaturas de la zona y permite la ventilación natural. Los elementos contrastan con el muro de cierre, fabricado con tierra y que lleva encapsuladas vasijas de arcilla.