La restauración del antiguo Museo de la Academia para la Industria Cinematográfica no sólo contempló revitalizar al antiguo Edificio Saban, construido bajo el estilo art-deco. Para modernizar el espacio, el arquitecto italiano Renzo Piano anexó un nuevo edificio: una esfera de hormigón y cristal, que llevó al lugar directo al siglo XXI.
En el año 1930 se construyó el edificio de la Compañía Wilshire May, declarado monumento histórico-cultural por la ciudad de Los Angeles, en Estados Unidos. Este recinto, que luego pasó a llamarse Edificio Saban, albergó las instalaciones del Museo de la Academia para la Industria Cinematográfica hasta el año 2012, cuando Renzo Piano -ganador del Pritzker el año 1998- reveló los primeros diseños de la restauración y expansión de la histórica edificación.
Así, la propuesta del connotado arquitecto italiano consistió en una renovación completa del histórico Edificio Saban y expandir el Museo con una nueva estructura: una esfera de hormigón cuyo punto más alto es un domo con cielo de cristal.
El nuevo Museo de la Academia se inauguró a finales del mes de septiembre de 2021, transformándose así en la primera institución a nivel mundial dedicada al arte y ciencia de las películas. “El museo será un espacio para amantes del cine, donde personas de toda la ciudad y del mundo podrán disfrutar, aprender e involucrarse con las cintas y los cineastas”, dijo en la ocasión Kerry Brougher, director del museo.
Restaurando al antiguo edificio Art-Deco
En una primera etapa, se restauró por completo el antiguo Edificio Saban -nombrado así en honor a Cheryl y Haim Saban, benefactores del espacio- y se le entregaron nuevas y modernas instalaciones.
Así, se transformó al monumento histórico y se le dotó de seis pisos, los que albergan exhibiciones y donde también se pueden llevar a cabo eventos especiales. Además, cuenta con una íntima sala de cine de estilo art-house, el Centro de Estudios para la Educación Shirley Temple, el Estudio de Conservación Debbie Reynolds. Finalmente, se instaló un restaurante, un café y la tienda del museo.
Otro de los elementos centrales de la restauración del histórico edificio fue reemplazar un tercio de los 350 mil azulejos de mosaicos originales que adornan la fachada suroeste del Edificio Saban. Para ello, se utilizaron nuevos mosaicos del productor original de los antiguos, que se fabrican en Venecia. En la fachada opuesta, se instaló un nuevo muro cortina de cristal que lleva a los visitantes a observar al nuevo edificio del museo.
Una esfera de hormigón: el nuevo espacio del museo
Sin dudas, el mayor desafío de este proyecto fue abordar la expansión del histórico espacio. En ese sentido, el diseño de Renzo Piano estableció una esfera de 45 metros de diámetro, la que se levanta en el sector norte del proyecto, ocupando un espacio de 4.645 metros cuadrados, de los casi 30.000 m2 que posee el conjunto en su totalidad.
Para esta elemento, el estudio del ganador del Pritzker y su equipo, conformado por el Gensler y SPF:a, trabajaron con tres materialidades: hormigón, cristal y acero. “La nueva estructura, la esfera, es una forma que pareciese alzarse del suelo hacia un viaje imaginario y eterno, a través del espacio y el tiempo”, comentó el arquitecto italiano.
Para la fachada del “Edificio Esfera”, se utilizaron paneles prefabricados de hormigón arquitectónico curvos, los que se cubrieron con un velo de escaleras de acero articuladas y cristales. La parte más alta de la esfera se dejó descubierta para instalar un domo de cristal cuyo soporte son tubos curvos de acero. Este nuevo edificio y el histórico se conectan a través de puentes de acero, generando así una
Las nuevas instalaciones albergan el Teatro David Geffen -un moderno cine con 1.000 butacas- y en la terraza, al estar abierta, se podrán disfrutar de exhibiciones y una vista sin igual de la ciudad, incluyendo al icónico cartel de Hollywood.
