Si bien la tecnología de bloques de EPS existe desde hace décadas en Estados Unidos y su uso está asociado a proyectos viales, terraplenes, diques u otros en los que se requiera nivelar el terreno, desde hace algunos años, estos elementos se están transformando poco a poco en verdaderos sistemas de encofrados, capaces de lograr elementos de hormigón estructuralmente eficientes, livianos y eventualmente, con formas más llamativas. En este artículo, te contamos más de esta nueva aplicación de los elementos de poliestireno expandido.
Uno de los principales desafíos que existen a la hora de hablar de estructuras fabricadas con hormigón es cómo conseguir que dichos elementos posean formas más complejas o arquitectónicas. Para ello, se han realizado diversos desarrollos, que van desde la impresión en 3D a moldajes textiles –fabricados gracias a programas de diseño digital para asegurar su precisión– los que han mostrado que es posible conseguir elementos de hormigón de figuras extraordinarias.
Sin embargo, existen al menos dos grandes inconvenientes para el uso de dichas innovaciones. Primero, es que en el caso de los moldajes textiles, estos aún se hayan en fase experimental (como se puede ver en Knitcrete, un desarrollo de Zaha Hadid Architects y el ETH Zurich que abordamos en otro artículo) y sólo son aplicables a muestras experimentales en las que se pueden apreciar sus virtudes en cuanto a la forma, no así en cuanto a resistencia estructural, por ejemplo.
No sucede lo mismo con la impresión en 3D, con la que ya se han construido edificios completamente funcionales (como las oficinas de la Municipalidad de Dubai, construcción que mencionamos en otro reportaje) y que su uso ya está en marcha para fabricar elementos más complejos en lo que se refiere a prestaciones estructurales, como es el caso de vigas, losas o puentes.
Sin embargo, el otro gran inconveniente que poseen ambas innovaciones es que aún no son económicamente viables para aplicarlas en grandes proyectos de infraestructura urbana. Pese a ello, existe una alternativa que desde hace años se utiliza principalmente en Estados Unidos: moldes de poliestireno expandido (EPS, en sus siglas en inglés) de alta resistencia. Así, se pueden crear elementos estructuralmente sólidos con formas radicales, sin afectar ni la calidad ni el presupuesto del proyecto.
Estructuras basadas en poliestireno
A diferencia de los moldajes de aluminio o de placa fenólica, los moldes de EPS en realidad son bloques o “ladrillos” de poliestireno expandido, los que, dependiendo de la forma que se quiera dar a la estructura, se unen para crear el molde de la estructura final a fabricar con hormigón.
Estos bloques, de acuerdo a su fabricante, poseen una densidad de un 1% en relación a otros materiales y su peso es de menos de un 10%, en comparación con otros materiales ultralivianos que pueden utilizarse para la construcción. Debido a esto, su transporte puede efectuarse manualmente y no serían necesarias grandes cuadrillas o grúas para mover los bloques, apilarlos y dar forma a las estructuras deseadas.
Asimismo, su resistencia a la compresión posee elevados valores. De acuerdo al fabricante de los bloques, esta puede alcanzar hasta los 18,6 psi al 1% de deformación elástica, lo que los transforma en una solución ideal de relleno para proyectos viales, terraplenes, diques, fundaciones, graderías, entre otras soluciones similares.
Moldes de EPS: Una aplicación innovadora y efectiva
Si bien el uso de estos bloques se encuentra asociado a elementos de nivelación de terreno, lo cierto es que también pueden apilarse para formar verdaderos moldajes, como se realizó en la construcción de un conector vial en Pocatello, Idaho (Estados Unidos), hace algunos años. Ahí, de acuerdo a los contratistas, los bloques de EPS se apilaron de tal forma que sirvieron de moldaje para los tres pilares en los que, en ese entonces, se apoyaría un puente de 131 metros de largo.
En el caso de esta obra, los bloques de poliestireno se acomodaron y aseguraron in situ, para luego verter el hormigón sobre estos. De esta forma, fue posible que se utilizaran como moldajes y no como relleno. En otra obra, realizada en Mobile, Alabama, a los bloques de EPS se les hicieron agujeros para permitir el paso de barras de refuerzo. De esta manera, se lograron los moldajes para fabricar tolvas gigantes en un planta de tratamiento de aguas.
“Los bloques son fáciles de hacer a medida, pueden cortarse, su instalación es fácil y permiten visualizar de mejor forma el proyecto a medida que estos se van colocando”, comentó Doug Wehrwein de ACH Foam Tecnologies. Por lo mismo, se les pueden dar formas curvas y mezclarlas con figuras tradicionales para dar vida a elementos de complejas figuras, sin incurrir en, por ejemplo, al fabricación de moldajes especiales de madera u otro tipo.
De esta manera, es posible repensar y transformar un elemento destinado a aplicaciones más bien viales, a uno que por sus características, permite formar piezas de hormigón perfectamente viables para infraestructura que sean proficientes desde el punto de vista estructural y además, que posean formas atractivas.