La bahía nororiental de Zadar era conocida por ser un bloque abandonado de concreto, hasta que la creciente actividad turística en la zona obligó a las autoridades a repensarla. Para ello, el diseño del arquitecto Nikola Basic fue crucial: aprovechar la estructura ya existente y reconvertirla, añadiendo de paso una singularidad: un “órgano musical”. En este artículo, te contamos cómo se hizo realidad este proyecto.
La ciudad de Zadar, ubicada en la costa sur de Croacia, posee una historia singular: durante la Segunda Guerra Mundial, fue utilizada por los alemanes como una de sus bases en el Mar Adriático, lo que provocó que fuese bombardeada 72 veces por los aviones de las tropas aliadas (en este caso, británicos y estadounidenses).
Finalizado el conflicto bélico, las labores de reconstrucción de esta ciudad se concentraron principalmente en la rehabilitación de edificios públicos, dejando el sector nororiental de la misma con un murallón de hormigón cuya manutención fue dejada de lado por las distintas administraciones locales. La situación permaneció así hasta que el año 2004, la autoridad portuaria de Zadar realizó un concurso para recuperar este espacio abandonado para convertirlo en la puerta de entrada a este pequeño puerto, en especial, por el creciente turismo en esa localidad. Fue el arquitecto Nikola Basic quien se adjudicó la licitación con un particular proyecto: un “órgano marino”.
¿En qué consiste esta solución? Lisa y llanamente, aprovechar este murallón de hormigón que se encontraba abandonado por las autoridades y con el mismo material, formar una pequeña bahía y paseo que se integre a la costanera de la ciudad, sirviendo tanto como llegada de los cruceros de turismo como para la vida cotidiana de Zadar.
El “órgano marino” que diseñó Basic consiste en, primero, una amplia plataforma que sirva para la llegada de cruceros turísticos, en la parte nororiental de la bahía de Zadar, que se va ampliando a medida que se avanza hacia el sur. Para la segunda parte de este proyecto, el arquitecto consolidó el llamativo “instrumento musical” fabricando una escalera de 70 metros de largo formada por siete peldaños, los que están hechos de mármol blanco y que se van integrando gradualmente al mar.
Bajo los peldaños, que miden 10 metros de largo, Basic integró una red de 35 tubos de polietileno, abarcando los 70 metros totales de la estructura que da vida a este “órgano marino”. Cada tubo posee un diámetro distinto y está conectado hacia una sección de la bahía que se encuentra sumergida (bajo la estructura total de concreto), en la que recircula el agua del mar conforme el movimiento de la marea. La combinación entre la presión del aire provocada por el movimiento del mar que ingresa a esta cámara sumergida y los diferentes diámetros de cada tubo, van generando “notas musicales”.
¿Cómo se pueden escuchar las “notas musicales” de esta estructura? El arquitecto diseñó las salidas de la red de tubos en la parte superior de la estructura de hormigón. Junto con esto, al tratarse de tubos de distinto diámetro y extensión, cada uno de estos corresponde a una nota musical diferente. Así, el movimiento del oleaje provocado por el viento “compone” obras musicales con notas nunca se repiten.
Toda esta obra (la plataforma y el “órgano musical”) suma en total una construcción de 130 metros cuadrados y el año 2015, Nikola Basic ganó el premio ex aequo en la cuarta edición del Premio Europeo del Espacio Urbano. Y cómo no adjudicárselo, si gracias a esta readecuación del espacio público ya existente, se llegó a una llamativa solución en la que, nuevamente, el hormigón juega parte primordial.
Para conocer más del “órgano marino”, revisa el siguiente video: