Acero verde: El producto nacional que aporta a la sostenibilidad de la industria del hormigón

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El acero es un componente esencial para el hormigón armado, por lo que es clave que ambas industrias colaboren para hacer frente a los desafíos del cambio climático. Un ejemplo de ello es lo que está realizando Aceros AZA, siderúrgica nacional que destaca por la producción de uno de los aceros con la huella de carbono más bajas del mundo, y que actualmente se utiliza en varias obras con hormigón en Chile. ¿En qué consiste? Lo detallamos en el siguiente reportaje.

Todas las cifras evidencian algo similar: la industria de la construcción, en su conjunto, es uno de los principales motores que impulsan el crecimiento y el desarrollo del país, significando un aporte del 7% al PIB de Chile, impulsando la inversión y el empleo.

Sin embargo, uno de los principales desafíos para el sector es poder equilibrar el crecimiento de manera responsable con el medioambiente. Por ello, se entiende que los distintos actores del rubro desarrollen estrategias que promuevan la sostenibilidad en la industria del hormigón.

En ese sentido, la industria del cemento y del hormigón está avanzando de manera decidida en la materia. Las principales cementeras del país firmaron un acuerdo para alcanzar la denominada Net Zero -es decir, llegar a la neutralidad- al año 2050, abarcando una serie de mecanismos que permitan conseguir esa meta.

¿Qué ocurre, entonces, con la industria del acero, que es un aliado clave para la construcción en el país?  Es importante mencionar que este material es un elemento fundamental para el hormigón armado, ya que conforma el refuerzo que mejora las prestaciones del hormigón, especialmente en materia de resistencia a sismos. Pues bien, la industria del acero, al formar parte de la construcción, también está aportando para ser cada vez más sostenible.

El acero verde: una economía circular completa

La producción de acero -que básicamente es una aleación de varios minerales, siendo el principal el hierro- puede ser elaborado de dos maneras. Una, tiene que ver con el uso de materias primas como hierro, caliza y coque, un derivado del carbón. Estas materias primas se calientan en un alto horno, donde la caliza elimina las impurezas y se transforma en un subproducto, mientras que el hierro se funde. Finalmente, las impurezas del hierro fundido se eliminan para crear el acero.

El otro camino es el uso de un horno de arco eléctrico y chatarra ferrosa como materia prima para su elaboración. En comparación con un alto horno, esta clase de hornos son más pequeños y utilizan electricidad para su funcionamiento, lo que hace que el proceso de producción de acero bajo esta metodología emita significativamente menos CO2 al medioambiente.

El proceso de producción de laminados de “acero verde” se elabora por completo a partir del reciclaje de chatarra ferrosa. En la foto, se aprecia uno de los productos de “acero verde”. Crédito: Gentileza Aceros AZA.

Precisamente, en este segundo grupo de siderúrgicas existe un gran potencial de reciclaje del acero, lo que hace de éste un material altamente sostenible. Bien lo saben en Aceros AZA, empresa siderúrgica chilena referente a nivel mundial en la producción del llamado “acero verde”.

“Nuestros productos además de contar con los más altos estándares de calidad y cumplir con la normativa chilena vigente, son elaborados 100% a partir del reciclaje de excedentes ferrosos. Por otro lado, el 100% de la energía eléctrica que usamos en el proceso proviene de fuentes renovables”, destacó Paola Grandela, gerenta de Asuntos Corporativos de la compañía.

En ese sentido, añade que, en la actualidad cuentan con una huella de carbono de 0,24 toneladas de CO2 por tonelada de acero, equivalentes a nueve veces menos que el promedio mundial.

De acuerdo con la última edición del Reporte de Sostenibilidad de AZA, la acerera produjo poco más de 365.000 toneladas de productos de acero laminado, los que, como destacó Grandela, se utilizan actualmente en las principales obras de Chile construidas con hormigón armado. Por otro lado, sus barras de refuerzo de acero verde cumplen con la norma actualizada NCh204:2020 y son certificadas por un organismo acreditador para la inspección, ensayo y certificación de los requisitos de la norma (en este caso, el Centro de Investigación, Desarrollo e Innovación de Estructuras y Materiales de la Universidad de Chile, IDEM).

Foto: Los perfiles producidos con “acero verde” pasan por un minucioso proceso de control de calidad, tanto interno como externo, para asegurar que cumplan con la normativa vigente. Crédito: Gentileza Aceros AZA.

“Aceros AZA cuantifica la huella de carbono e impactos ambientales de todos sus productos mediante un Análisis de Ciclo de Vida (ACV). Además, comunica estos resultados de manera estandarizada a través de sus Declaraciones Ambientales de Productos”, añade Grandela.

Con esto, se asegura que no sólo el proceso de fundición y producción de laminados sea “verde”, sino también, que todo lo que implica la producción de aceros en AZA, ya sea transporte, certificaciones de productos reciclados, medición de emisiones, entre otros, se analicen bajo un estándar que permite asegurar una trazabilidad de sus productos y, por consiguiente, una baja huella de carbono.    

“Este enfoque -recalcó- ayuda a que cada etapa del proceso esté documentada y cumpla con estándares de sostenibilidad y transparencia, además de permitirnos rastrear el origen del material reciclado, el proceso de producción y la distribución final de nuestras barras de refuerzo de acero. Asimismo, nuestros productos cumplen con normas ambientales y de calidad, ofreciendo seguridad y confianza a nuestros clientes en términos de sostenibilidad y responsabilidad ambiental”.

Cada etapa del proceso -incluyendo el acopio de las barras de refuerzo ya producidas con “acero verde”- es minuciosamente inspeccionada. Crédito: Gentileza Aceros AZA.

Recolección de chatarra en todo Chile

Para poder recolectar y procesar la chatarra que posteriormente se transforma en acero, AZA cuenta con tres grandes centros de reciclaje y procesamiento ubicados en las regiones de la Araucanía (Temuco), Biobío (Concepción) y Antofagasta (Antofagasta), además de la red de recicladores de base más grande del país, con más de 12.000 proveedores.               

 “El 90% de nuestros proveedores de chatarra son recicladores de base, es decir, familias que hacen del reciclaje su sustento de vida. Con ellos, nos vinculamos a través del Programa AZA Contigo, el que -con un enfoque social- les entrega herramientas para la formalización y crecimiento de sus negocios, entre las que destacan el pago en menos de 24 horas de la chatarra entregada”, destacó Grandela.

La recolección de chatarra ferrosa -reciclados de acero- en las distintas plantas de procesamiento de Aceros AZA, es fundamental para la producción laminados que se fabrican con “acero verde”. Crédito: Gentileza AZA.

Uso de energía eléctrica 100% renovable y estrategia de descarbonización

Otra de las cualidades del “acero verde” dice relación con su consumo energético. Desde 2022 que Aceros AZA introdujo dentro de sus procesos el uso de energías eléctrica 100% renovables, permitiéndole -junto a otras eficiencias- la reducción en un 8,8% del consumo de energía el año 2023 respecto de su línea base (la meta autoimpuesta era de un 5% al año 2025).

Lo anterior se enmarca en una hoja de ruta sólida, que le permitió ser la segunda siderúrgica a nivel latinoamericano en contar con una estrategia de descarbonización validada por la Science Based Target Initiative (SBTi).

“AZA es un socio estratégico en la descarbonización de diferentes industrias, en esas la del hormigón armado (…) Nuestra capacidad única de valorización, respaldada por procesos de excelencia y una trazabilidad completa de principio a fin, nos posiciona como un recurso clave para la industria local, incluyendo a nuestros socios hormigoneros”, cerró Paola Grandela.

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