Investigadores de la RMIT University, en conjunto con recicladores textiles y gobiernos locales, están desarrollando un nuevo tipo de fibra a partir del descarte de alfombras para evitar la formación de fisuras en losas de hormigón. Los resultados en laboratorios evidenciaron una mejora ostensible en el material y ahora, el proyecto avanzará para ver su desempeño en condiciones de trabajo “reales”.
Uno de los mayores desafíos que tiene la industria de la construcción con hormigón es la reparación de estructuras de, valga la redundancia, hormigón armado que presentan fisuras que pueden afectar su desempeño a temprana edad. En Estados Unidos, por ejemplo, se estima que el costo de ese ítem puede alcanzar los USD $76 billones al año. En Australia, por otra parte, ese ítem no es menor, con cifras que rondan los AUD $8 billones (más de USD $5.000 millones).
“Las fisuraciones en losas de hormigón a temprana edad son, sin duda, in desafío para los proyectos”, comentó el ingeniero civil Chamila Gunasekara, Ph.D en Materiales de Construcción Avanzados en la RMIT University, en Australia. “Esas patologías pueden provocar corrosión prematura y no sólo afectar la estética de un edificio, sino también, comprometer la seguridad e integridad estructural de la obra”, subrayó.
Por lo mismo, un equipo de investigadores de esa casa de estudios liderados por el Doctor Gunasekara, en conjunto con organizaciones como Textile Recyclers Australia y el apoyo de gobiernos locales en Victoria, desarrollaron una innovadora técnica para reducir la formación de fisuras en el hormigón que se basa en el uso de fibras textiles provenientes de alfombras que están en desuso y, de esta manera, aumentar la durabilidad de los elementos. Los resultados que obtuvo el equipo de este desarrollo son más que positivos.
Fibras textiles recicladas para mejor desempeño a temprana edad
El equipo informó que, al utilizar este tipo de fibras textiles recicladas, las muestras de hormigón que se fabricaron en laboratorio de la casa de estudios presentaron una reducción de hasta un 30% en la generación de fisuraciones en hormigones a temprana edad.
Asimismo, gracias a las instalaciones que posee la universidad australiana, el grupo de investigadores liderados por el Doctor Gunasekara también utilizó fibras provenientes del descarte de otro tipo de textiles, como tela de ropa, para generar muestras de hormigón más resistentes.
“Las fibras de alfombras en desuso o ya desechadas aumentaron la resistencia a la tensión del hormigón en un 40%. Esto redujo la presencia de fisuras por retracción de manera sustancial”, destacó el ingeniero.
Las probetas de hormigón que se fabricaron en los laboratorios de la RMIT University para esta investigación, subrayan en la nota de prensa de este interesante desarrollo, se crearon utilizando varios materiales textiles y siempre cumpliendo con los estándares australianos para desempeño de ingeniería y requerimientos medioambientales.
Un aporte a la economía circular y la sostenibilidad
¿Por qué es tan importante esta investigación? El problema de los residuos por textiles no es menor. En Chile, por ejemplo, el caso de los grandes vertederos clandestinos de ropa en pleno desierto de Atacama levantó alarma a nivel global, con reportajes dedicados a analizar este fenómeno y el impacto de este hecho en el medioambiente.
El caso de Australia, si bien no es similar en cuanto a la presencia de vertederos ilegales, sí presenta similitudes. “El país es el segundo consumidor de textiles por personas, sólo detrás de Estados Unidos. El australiano, en promedio, consume anualmente 27 kilogramos de ropa nueva y textiles, y descarta 23 kg a vertederos. Además, la disposición de residuos de alfombras vía su quema libera gases tóxicos. Todo esto genera grandes desafíos en materia medioambiental”, dijo el Doctor Gunasekara.
Por lo mismo, esta investigación podría representar un avance tanto en el desarrollo de hormigones con mayor durabilidad -y, por ende, más sustentables- como también, en incorporar más elementos de economía circular en el sector. “La investigación muestra que hasta un 70% de los residuos de telas podrían ser apropiados para convertirlos en fibras utilizables, presentando una oportunidad en la cadena de suministro de materiales”, aseveró la Doctora Shadi Houshyar, Ph.D en Ciencias de Materiales y Polímeros de la RMIT University.
La investigación de estos hormigones con fibras de telas descartadas comenzará sus pruebas de campo con el apoyo de los gobiernos locales, en especial, los del estado de Victoria, lo que ayudará a analizar el comportamiento de estos elementos en condiciones de uso reales, como proyectos de construcción.