Parte de la tripulación de la Estación Espacial Internacional llevó a cabo un experimento con distintas muestras de cemento que contiene “suelo lunar” en su diseño. La idea es que estas muestras se endurezcan a temperatura ambiente, produciendo un “hormigón lunar”, para luego enviarlas a la Tierra y analizar sus propiedades.
Los nuevos desafíos en la denominada “carrera espacial” ya no se encuentran en ver quién logra llegar primero la Luna, el satélite natural de la Tierra. Estados Unidos, la Federación Rusa, además de China y la India, se encuentran trabajando con miras a arribar sobre la superficie de Marte. Sin embargo, un primer paso para lograr con éxito esa misión, es contar asentamientos terrestres en la Luna, los que servirían como una suerte de “conexión” antes de iniciar el viaje hacia el denominado “Planeta Rojo”.
Lo cierto es que, desde hace algunos años, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) de Estados Unidos junto a otras agencias espaciales internacionales, buscan hallar una forma más costo-eficiente para fabricar satélites en la misma Estación Espacial Internacional (ISS, en sus siglas en inglés).
Las razones de esto son, principalmente, porque el enviar materiales desde la Tierra vía transbordadores y cohetes se hace muy poco eficiente, dada la cantidad de combustible y peso que se debe transportar a la ISS.
De esta forma, los astronautas están desarrollando una serie de experimentos en la Estación Espacial Internacional relacionados con esa materia. Uno -informó la NASA– se refiere al uso de satélites autónomos que puedan navegar hacia otros satélites ya sea para repararlos o cargarlos con combustible. En esa misma línea, un segundo experimento plantea la posibilidad de utilizar ambientes de microgravedad para mezclar suelo lunar con otros materiales para producir cemento y así, construir estructuras habitables en la Luna.
Materiales cementosos lunares: ¿el futuro de la construcción?
Las investigaciones relacionadas a materiales como el cemento y el hormigón en la ISS es algo que los científicos vienen explorando desde no es nuevo. En efecto, en 2019 se analizaron muestras de hormigón, que se fabricaron en la misma estación, para ver en laboratorio el comportamiento del material cementoso en el espacio.
En esta ocasión, la NASA detalló que el astronauta Matthew Dominick “exploró de qué manera la microgravedad afecta la producción de materiales cementosos que podrían utilizarse para construir infraestructura en la superficie lunar”.
Para realizar la investigación, Dominick utilizó una mezcla que contenía un sucedáneo de suelo lunar, junto con otros materiales, que la NASA no detalló en su reporte. Esta mezcla se colocó en dos sacos con una solución líquida. Entre estos sacos, Dominick colocó otra bolsa con agua caliente y luego las insertó dentro de un termo para incubarlas durante la noche, dice el comunicado de la agencia espacial.
La idea, explica el comunicado de la NASA, es que la mezcla, luego de varias semanas, se asiente a temperatura ambiente de la ISS y que estas muestras de hormigón endurecido se envíen de regreso a la Tierra en un transbordador de carga SpaceX Dragon para que se analicen en laboratorio.
Nuevos desarrollos en el espacio para hormigones más sustentables
Este experimento forma parte de la investigación “Ciencia de los Materiales: Solidificación del Hormigón” que se lleva a cabo en la Estación Espacial Internacional, cuyo objetivo es “investigar de qué forma la falta de gravedad afecta el proceso de endurecimiento y las propiedades resultantes del hormigón. Se mixturan distintas mezclas de cemento, agua, árido, regolito lunar simulado y otros aditivos, los que se dejan endurecer en microgravedad”, dice su descripción.
La idea es analizar la resistencia del material y su distribución de burbujas y poros, como también las estructuras cristalinas, y compararlas con muestras terrestres, lo que “ayudará en el desarrollo de materiales para la construcción de hábitats para la exploración de la luna o de otros planetas”.
Este experimento no sólo permitiría construir estructuras habitables para la exploración espacial. También, podría resultar clave en el desarrollo de nuevas formas, más sustentables, para la producción de cemento, que requiere de un uso intensivo de energía y de materias primas. “Una mejor comprensión teórica de la naturaleza del cemento podría llevar a nuevos diseños de mezcla de hormigón optimizados y un proceso de preparación que mejore la eficiencia ecológica del material”, destaca la descripción del experimento.