El hormigón como máxima expresión arquitectónica

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Por sus grandes propiedades, el uso del hormigón ha marcado la historia en el desarrollo de la arquitectura nacional e internacional, llegando a ser el material constructivo más usado en la actualidad.

Se puede afirmar que el hormigón ha ido acompañando la evolución de la arquitectura, en una continua exploración del material como expresión plástica y estética más allá de su función estructural, buscando nuevas y mejores maneras de responder a los requerimientos contemporáneos.

En esta exploración, adaptándose a las necesidades que los arquitectos demandan e introduciendo nuevas características en su composición, el hormigón ha ido evolucionando a su vez como material constructivo, el que, a través de la incorporación de desarrollo tecnológico, ha logrado ofrecer en la actualidad múltiples formas, texturas y colores, junto con mejores acabados y nuevas prestaciones mecánicas.

Precisamente, el hormigón como expresión arquitectónica se establece a principios del siglo XX, cuando la fachada incorpora el material en su estructura, dejándolo a la vista, empezándose a concebir las posibilidades y cualidades del hormigón como estructura y terminación en forma simultánea.

Crédito: Gentileza Luis Izquierdo

El desarrollo de la industria en todo este tiempo ha permitido demostrar la gran versatilidad y flexibilidad del hormigón, que hoy en día permite confeccionar alternativas con un acabado superficial de alta calidad, posicionando fuertemente su uso en el mundo de la construcción.

Las apreciaciones del mundo de la arquitectura

En esta oportunidad, conversamos con los destacados arquitectos nacionales Luis Izquierdo Wachholtz y Cristián Undurraga Saavedra sobre el uso del hormigón como expresión arquitectónica y su propia experiencia con el material.

Para Luis Izquierdo, el hormigón representa el principal material para construir en arquitectura. Precisó que “es competitivo y económico, con grandes ventajas desde el punto de vista de su comportamiento sísmico, permitiendo construir edificaciones de cualquier altura. Actualmente se usa mucho el hormigón arquitectónico en la arquitectura nacional, porque el hormigón armado es una técnica de construcción habitual, económica, resistente, monolítica y durable. La superficie de sus elementos tolera la intemperie sin necesidad de recubrimientos protectores, por lo que, si la calidad obtenida es controlada, puede quedar intencionalmente expuesta a la vista y manifestar la naturaleza propia del material de la que está hecha la obra. La industrialización de los sistemas de moldajes, además, permite un mejor control del resultado y disminuye riesgos y plazos de ejecución”.

Cristián Undurraga también se refiere al hormigón como el material por excelencia en la arquitectura, por sus cualidades técnicas unidas a sus grandes posibilidades de expresión plástica. Lo concibe como un material fluido expuesto a la luz, que, mediante la incorporación de desarrollo tecnológico a través del tiempo, ha logrado abrir un campo infinito de posibilidades constructivas.

Undurraga desarrolla esta idea explicando que “nosotros pensamos el proyecto desde un inicio vinculado a un material, no a una forma; y ese material, particularmente el hormigón arquitectónico, tiene propiedades táctiles, tectónicas que son para nosotros particularmente interesantes. Es un material que siendo una masa que ti ene un peso específico alto, uno lo puede aligerar a través de la luz, transformándolo en un material muy leve”.

“En este ámbito, la luz es una parte fundamental de nuestro trabajo con el hormigón, ya que no entendemos el hormigón como material en sí mismo, sino como material expuesto a la luz. Esta luz también genera sobre el hormigón un tiempo, haciendo que el material no sea estático, sino que sea parte de un tiempo circular y, en ese sentido, ha sido un material que nos ha permitido resolver temas muy diversos, desde temas que tienen que ver con espacios existenciales, espacios religiosos hasta espacios de trabajo, de manera que para nosotros el hormigón ha sido ‘el’ material”, agregó.

Crédito: Carlos Eguiguren

A partir de su experiencia y obras construidas, ambos arquitectos explican sus conceptos sobre hormigón arquitectónico y hormigón a la vista. Luis Izquierdo precisó que “se denomina usualmente “hormigón a la vista” lo que el nombre indica: cualquier hormigón cuya superficie queda expuesta a la vista en una obra. Ha aparecido posteriormente la denominación “hormigón arquitectónico” para especificarse como aquél cuya superficie expuesta ti ene una calidad de terminación superior a la de una obra gruesa y es intencionalmente hecho para quedar a la vista según requerimientos específicos predeterminados”.

Por su parte, Undurraga expresó que “el hormigón arquitectónico es un hormigón a la vista 2.0. El hormigón arquitectónico requiere de un cuidado adicional que el hormigón a la vista, necesitando un mayor cuidado con el moldaje y elasticidad superior. Este hormigón requiere de más mano de obra y dedicación para lograr superficies perfectas”.

Desarrollo tecnológico

Los profesionales destacan el papel que el desarrollo tecnológico ha tenido en la evolución del hormigón arquitectónico, que lo ha convertido en un material capaz de responder técnica, formal y estéticamente a los requerimientos actuales.

Luis Izquierdo señaló que “la técnica constructiva del hormigón armado se desarrolló en Europa a fines del siglo XIX, a partir de la constatación de la igualdad de los coeficientes de dilatación térmica del hormigón y del acero y se extendió muy rápidamente en todo el mundo. Los procedimientos de análisis estructural que permitieron calcular su resistencia mecánica fueron un avance técnico decisivo para su desarrollo tecnológico inicial. También lo fue la producción controlada de hormigón en plantas y el transporte a las obras en camiones betoneras, la colocación mediante bombeo y la compactación mediante vibradores de inmersión. Y, más tarde, la industrialización de sistemas de moldajes reutilizables permitió ahorros y aseguró la obtención de resultados predeterminados”.

En este marco, el arquitecto agregó la importancia que reviste la mejora en las prácticas de colocación del hormigón. Planteó que “las técnicas disponibles para hormigón armado permiten en muchos casos obtener determinados resultados más económicos respecto de otras alternativas materiales. El control de las tolerancias dimensionales y del acabado superficial, al igual que del comportamiento estructural, junto con su resistencia a la intemperie, lo hace un material adecuado para construcciones en donde se aúnan la obra gruesa y las obras de terminación”.

Crédito: Carlos Eguiguren

Desde su perspectiva, Cristián Undurraga manifestó que “lo que ha ayudado mucho en la calidad de los hormigones actuales, son las posibilidades que el mismo hormigón ofrece a partir de los avances tecnológicos que ha habido y el uso de aditivos que permiten desmoldar y una mayor plasticidad. Esto permite que se abran nuevas perspectivas a partir de un material que es nuevo, pero viejo a la vez. Lo que más nos atrae es que el hormigón sintetiza lo arcaico, lo que es la piedra, y por otro lado, nos relaciona con lo nuevo, lo moderno y contemporáneo. Encuentro muy interesante que simultáneamente nos remita al pasado y nos transporte al futuro, ya que nuestros proyectos siempre tienen un guiño al pasado y una propuesta al futuro”.

En este marco, Undurraga agrega el valor de usar los adecuados sistemas de moldaje. Señaló que “el mayor éxito y belleza del hormigón está en el diseño y construcción apropiada de los moldajes. En este sentido, requiere mucho trabajo de proyecto, no es un atajo dentro del proceso constructivo, sino que una manera de edificar que requiere de oficio, experiencia, y, sobre todo, de mucho amor por el arte de construir para que haya buen resultado”.

Izquierdo concluye indicando los desafíos que presenta a futuro la aplicación del hormigón arquitectónico en el desarrollo de proyectos: “hay un desafío para la arquitectura y la ingeniería de las construcciones de hormigón armado, que exige incorporar los requerimientos del proceso constructivo desde un inicio, coordinando detalladamente el proyecto de arquitectura con el cálculo estructural y los demás proyectos de especialidades, junto con programar la secuencia constructiva y controlar todas las operaciones en la obra. Las obras de hormigón armado cumplen en general con los requerimientos globales de sustentabilidad, pero se necesita consideración de los requerimientos específicos según el caso, particularmente, en cuanto a su comportamiento térmico”.

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