Los hormigones a la vista u hormigones arquitectónicos, son partidas de construcción en hormigón en las que las superficies de los elementos construidos se dejan expuestas, sin aplicación de revestimientos adicionales. De este modo, su terminación resulta de la composición del material y de la textura y geometría del moldaje utilizado para conformarlo.
Generalmente se utilizan en obras de edificación, donde se consideran como un tipo de terminación de elementos estructurales, como muros, losas, pilares y vigas; y también como terminación de elementos no estructurales, como particiones, mobiliario en obra y componentes funcionales y decorativos de fachadas y cubiertas.
El hormigón a la vista no requiere mantención y es de alta durabilidad a la intemperie, permitiendo que la obra no quede cubierta con revestimientos que arriesgan desprenderse con el paso del tiempo. El material es resistente a los agentes biológicos y a la humedad y sus superficies son también resistentes a la radiación ultravioleta, el calor y el desgaste.
Ricardo Serpell, Profesor del Departamento de Ingeniería y Gestión de la Construcción de la Escuela de Ingeniería UC, y Scientific Collaborator del Laboratory of Construction and Architecture de la Ecole Polytechnique Fédérale de Lausanne en Suiza, nos explica cuáles son los pasos fundamentales para obtener una correcta partida del hormigón.
La necesidad de lograr elementos de hormigón a la vista, con un alto nivel de terminación, que contemplan una mínima porosidad, ausencia de oquedades, vetas de arena y nidos de piedra, requiere que todos los profesionales y técnicos que participan en cada una de las etapas del proyecto estén informados respecto de los objetivos, estándares de calidad y criterios de aceptación de la partida de hormigones a la vista. “La comunicación previa entre las partes facilita la asignación de responsabilidades y la resolución de disconformidades con el menor impacto posible en los plazos”, indica el arquitecto Ricardo Serpell.
Diseño
En este sentido, la etapa de diseño sería la más crítica respecto de la calidad y costo de los hormigones a la vista. “Durante esta etapa se establecen los objetivos de la partida y se especifican las características técnicas y los criterios de aceptación, incluyendo las tolerancias que aplican en cada caso”, explica Serpell.
“El proyecto debe considerar, por ejemplo, los choques entre la partida de hormigón a la vista y otras partidas del proyecto, dado que la mayoría de los hormigones a la vista son parte de la estructura y se ejecutan tempranamente en la obra. Toda partida posterior que involucre al mismo elemento constituye un riesgo que podría deteriorar el aspecto de su superficie. Si es necesario contar con instalaciones embebidas en elementos de hormigón visto, es conveniente considerar secciones de su superficie que no sean terminadas a la vista, o recurrir a elementos complementarios, adyacentes o registrables”, agrega el profesor.
En esta etapa, los diseñadores también deben coordinar la ubicación de las juntas de hormigonado con el proyecto de ingeniería estructural y de construcción. Esto porque cada vez que la operación de hormigonado se detiene y se inicia con un nuevo hormigón, se produce una junta de hormigonado. “Pequeñas variaciones en la composición del hormigón, temperatura, el tiempo transcurrido desde que se mezcló, la humedad ambiente, el tiempo de llenado del molde y las operaciones de compactación, implican que la superficie de terminación será distinta a ambos lados de la junta de hormigonado. En ese sentido, es fundamental que el constructor informe al fabricante de hormigón, ya sea premezclado o en obra, que el material será parte de un mismo elemento de hormigón a la vista. La dosificación de las mezclas se debe mantener constante para un mismo elemento y el hormigonado debe ser ejecutado en el menor lapso de tiempo posible”, indica Serpell.
Proceso
En las etapas iniciales de la obra, una de las acciones que más contribuye a lograr hormigones a la vista exitosos es la confección de un prototipo a escala real.
“Una sección de 1 metro de largo de un muro suele ser suficiente para validar las decisiones en relación con materiales, sistemas y procesos. Esta fase de prototipado suele ser desestimada frente a la urgencia de iniciar la obra y terminarla en los plazos esperados. Grave error, se corre así el riesgo de hacer de la obra un prototipo de sí misma, con múltiples rechazos que generan disputas y retrasan su avance general”, acota Ricardo Serpell.
Luis Izquierdo, arquitecto experto en hormigón y ex premio nacional de arquitectura coincide en este punto con Serpell, e indica que existe una serie de pasos a seguir para obtener una correcta partida del hormigón a la vista en obra. “Lo importante es que la apariencia resultante sea la deseada y no cualquiera, por lo que se requiere un proceso constructivo especialmente controlado”, señala. “Para esto, las cinco partidas sucesivas de la construcción en hormigón a la vista son: colocación de armaduras, de moldajes, del hormigón, desmoldado y sellado final. Todas deben ser ejecutadas con especial cuidado”, agrega.
1 Colocación de armaduras: las armaduras deben quedar instaladas en su posición exacta, dejando distanciamientos mínimos controlados a la superficie moldeada y evitando congestiones que dificultarán la debida colocación del hormigón.
2 Colocación de moldajes: el moldaje debe cumplir con la resistencia necesaria para evitar deformaciones por la presión del hormigón líquido contenido y evitar fugas de lechada, considerando que su cara quedará exactamente impresa en la superficie expuesta del hormigón.
3 La colocación del hormigón: se debe hacer asegurando la debida compactación de la mezcla, controlando el procedimiento de llenado para evitar segregación de áridos y el procedimiento de vibrado.
4 El desmoldado y descimbre: debe ejecutarse cuidadosamente y a su debido tiempo cuando el hormigón fraguado tenga una resistencia superficial suficiente, para evitar dañar las superficies expuestas.
5 Cuidar el debido curado: mantener la humedad superficial por lo menos durante tres semanas, después limpiar las superficies con ácido muriático diluido en agua y lija, para recibir finalmente productos de sellado incoloro que impidan la absorción de humedad.
“Puesto que todas esas partidas son usualmente subcontratadas a personal diferente, a cargo de la ejecución de cada una por separado, sin una responsabilidad directa en la calidad del resultado final, los constructores y la inspección técnica deben establecer protocolos controlados para la ejecución de cada elemento, y supervisados directamente en terreno por ellos mismos como administradores responsables de la obra completa”, recomienda el arquitecto especialista.
Ejecución
La ejecución de hormigones vistos de alta calidad se asocia normalmente a mayores costos de construcción debido a que exige un control riguroso sobre las partidas de la obra gruesa. Sin embargo, estos costos pueden ser minimizados mediante un diseño apropiado y gracias a la implementación de buenas prácticas de construcción. En condiciones ideales, lo esperable es que el costo global de la obra se reduzca al disminuir el número y extensión de las partidas de terminación.
Además de estas consideraciones, para una correcta ejecución de la partida, la empresa ejecutante debe:
1 Coordinar con holgura los tiempos de ejecución y rendimientos de cada una de las partidas involucradas, porque la mayoría de los defectos son por apuros.
2 Permitir reparaciones con aplicación de pastas cementíceas solamente para cubrir defectos superficiales con expresa autorización del arquitecto. “Pero no para corregir deformaciones geométricas de planos, esquinas o aristas, que, en caso de que superen las tolerancias dimensionales especificadas previamente, deben ser demolidas inmediatamente después de detectarse, cuando el hormigón aún no haya alcanzado su máxima resistencia”, advierte Izquierdo.
3 Debe hacerse un proyecto detallado de los moldajes y de toda su secuencia constructiva según la programación de la obra, previamente visado por el arquitecto antes de la construcción, debe especificarse un máximo número de usos por tablero de moldaje, o bien los atributos mínimos que éstos deben tener, de acuerdo a calidad y costo esperados.
4 Deben ejecutarse muestras de elementos representativos que reciban la aprobación de los arquitectos y sirvan como ejemplos del resultado esperado.
5 Es necesario especificar tolerancias dimensionales, comprometidas en el contrato de construcción, y verificar su cumplimiento mediante el levantamiento de cada elemento recién desmoldado.
“La consideración de estos factores permitirá a los profesionales de la obra identificar los aspectos relevantes para obtener hormigones a la vista sin defectos superficiales o dentro de las tolerancias definidas”, concluye Izquierdo.