El nuevo centro de salud -que ejecuta SACYR Chile- destaca no sólo por sus grandes dimensiones (más de 200.000 m2 de superficie), lo que llevó a la constructora a utilizar masivas cantidades de hormigón en el desarrollo de la obra, sino también, por una serie de decisivas estrategias constructivas que minimizaron el impacto medioambiental que supone un proyecto de esta magnitud.
Desde la década del 1930, específicamente, en 1938, el hospital Dr. Sótero del Río en un inicio formó parte de lo que era el antiguo Sanatorio el Peral, que en la época era el edificio más grande de Chile en su tipo. Lo que en la actualidad se conoce como el antiguo hospital, se destinó para el tratamiento de pacientes afectados por tuberculosis.
Con los años, el antiguo edificio, consistente en cinco plantas y con capacidad para 300 camas- fue creciendo. Fuese el año 1966, cuando se autorizó su uso para la docencia exclusiva de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de Chile o ya en la década del 1980, cuando se crea el Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente, la capacidad del antiguo recinto hospitalario ubicado en la comuna de Puente Alto mantuvo un alza sostenida.
Y es que, según datos del propio hospital, atiende además de la comuna de Puente Alto, a pacientes de las comunas de Pirque, La Pintana, San José de Maipo e incluso, a personas de las comunas de La Florida, San Ramón y La Granja. Por lo mismo, si bien en 2005 se fusionó con el Centro de Diagnóstico Terapéutico Dr. Juan Pefaur, la necesidad de un nuevo hospital, con mayor capacidad dado el aumento sostenido de la población en el sector sur, principalmente de Puente Alto, era necesario.
En ese sentido, el desarrollo del proyecto Nuevo Hospital Sotero del Río, a cargo de la constructora SACYR Chile y cuyas obras, que se iniciaron en 2020, atravesaron por una serie de desafíos, no sólo tendrá un enorme impacto social en cuanto al nivel de prestaciones médicas, pues de acuerdo con los involucrados en el proyecto, se entregará un centro hospitalario de primer nivel. También, representa un modelo de construcción sustentable que podría marcar un antes y un después en la edificación de grandes obras públicas en la región.
Con más de 200.000 metros cuadrados de superficie construida, este enorme recinto hospitalario de hormigón y acero alcanzó una meta que pocos proyectos de esta envergadura pueden destacar: reutilizar el 83% de los materiales extraídos durante su excavación como áridos para la producción del hormigón, reduciendo drásticamente su huella de carbono y estableciendo un ecosistema de economía circular que puede extrapolarse en otros desarrollos constructivos.
Nuevo Hospital Sótero del Río: Desarrollo del proyecto
La historia del nuevo Hospital Sótero del Río se remonta a 1999, cuando surgieron los primeros bosquejos para reemplazar el antiguo hospital, una estructura que ha servido a la comunidad durante más de 60 años. Luego de varios intentos, que incluyeron dos licitaciones anteriores a la actual, finalmente en 2019 la constructora SACYR Chile se adjudicó el proyecto.
“Este proyecto tiene una antigüedad de 25 años. Realmente el primer bosquejo del servicio para hacer aquí un hospital en esta localización fue en el año 99”, comentó Ángel Plaza Zamorano, gerente de contrato Hospital Sótero del Río. “A partir de entonces fue pasando varias fases, primero se hizo una especie de prediseño, y luego se compró esta parcela para situarlo en el terreno en el que nos encontramos, justo frente al hospital antiguo”.

Para el desarrollo de las bases de la última licitación, relata Plaza, las autoridades sanitarias analizaron y recogieron experiencias de otros hospitales licitados para diseñar unas bases “muy exigentes, correspondientes a un hospital muy moderno, que cuente con todos los servicios de cualquier recinto hospitalario de primer nivel, en cualquier parte del mundo”, comentó.
“Durante todo este tiempo -agregó- el Minsal fue recogiendo las experiencias de otros hospitales licitados y, para el Nuevo Sótero del Río, tomaron lo mejor de cada sitio, lo que mejor les había venido en cada lado para que salieran unas bases muy exigentes”.
Si bien el proyecto se adjudica en 2019, los primeros movimientos de tierra se iniciaron al año siguiente. Sin embargo, la pandemia por el COVID-19 ralentizó significativamente el proceso de diseño, que no estuvo completamente finalizado sino hasta 2023.
“Cuando vino la pandemia hubo un impacto muy importante en los precios de todas las materias de la construcción”, explicó el gerente contrato Hospital Sótero del Río. “Si la subida del IPC fue grande, de un 26%, el de construcción fue al 60%. Eso impacta todas las obras de construcción del país, pero particularmente en los hospitales, ya que hay que sumar el impacto enorme que supuso en todos los equipos y materiales que se utilizan para los proyectos, y éste en particular, que se importan, a excepción del hormigón y del acero, que son nacionales”.
Pese a estos desafíos, Ángel Plaza detalla que, gracias a un convenio de modificación de contrato con el Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente, el mandante del proyecto, las obras pudieron comenzar en julio de 2022 con el movimiento de tierras, mientras se ultimaban los detalles del diseño.
“El 3 de julio del 2022 obtuvimos la entrega del terreno y empezamos a trabajar en el movimiento de tierras. Sólo podíamos ejecutar el movimiento de tierra. El 25 de noviembre de ese mismo año comenzó la fase de obra propiamente hecha, pero sólo estaba condicionada a una zona de la estructura particular, que fueron las fundaciones hasta la zona de los aisladores”, detalló Ángel Plaza.
Una obra de grandes dimensiones acordes a las necesidades del sector
La construcción del nuevo Hospital Sótero del Río arroja cifras que pocas veces se ven en el contexto del desarrollo de infraestructura hospitalaria a nivel nacional. La obra gruesa total del proyecto implica 217.000 metros cuadrados, los que consideran “a todos los edificios exteriores”, puntualizó Plaza. De los 217 mil, 200.000 m2 corresponden únicamente al edificio principal.
Durante los meses de mayor actividad, destaca el gerente contrato Hospital Sotero del Río, el equipo de producción del proyecto logró tasas de hormigonado de 34.600 m2 de losa terminada en un solo mes. “No conozco ninguna obra en Chile, sea pública o privada, que haya alcanzado ese peak de producción”, subrayó.
“Para que te hagas una idea -agregó- esa cifra significa el hospital de Alto Hospicio, entero, construido en un mes. Al menos en mi experiencia, no lo he visto nunca. Ni aquí ni en España”.
Para alcanzar estos niveles de producción, la constructora decidió instalar una planta de hormigón en el mismo terreno de la obra. “Tenemos una planta de hormigón en la misma obra que se encuentra a nuestra disposición, por lo cual, funciona el tiempo que nos hiciera falta, con los mixers que nos hicieran falta. Hormigonamos cuando y como hiciera falta, en las condiciones que hiciera falta”, subrayó Ángel Plaza.

En los momentos de mayor actividad, Alberto Murillo Moreno, jefe general de Terreno en Obra Hospital Sótero del Río, comenta que se llegaron a verter 15.000 m3 de hormigón en un mes, con peaks diarios de hasta 1.800 m3. “Hemos llegado a tener seis puntos abiertos de hormigonado en simultáneo”, subrayó. “Por ejemplo, hemos estado hormigonando a lo mejor en un módulo con pilares, en ese mismo módulo estamos hormigonando la losa, en otro módulo estamos hormigonando otra losa”, detalló.
La estructura requirió aproximadamente 4.000 toneladas de acero mensualmente en su punto máximo. “Estábamos montando, con cada empresa al peak, estimo que fueron más de mil toneladas por módulo, o sea, cerca de las 4 mil toneladas”, dijo Murillo. Para mantener este ritmo de construcción, fue necesario contar con varios proveedores de acero suministrando de manera simultánea.
“El mayor desafío que hemos tenido es el gran volumen que tiene la obra. Es el personal y el material que hemos tenido que mover para ejecutar este proyecto. Tener toda la logística y que llegue todo ese volumen en tan corto periodo de tiempo es el mayor desafío que hemos tenido”, aseveró el jefe general de terreno. “Debíamos tener varios proveedores de acero para que nos fuesen suministrando de manera simultánea y tener toda esa logística de que todos los días están llegando 10, 15 camiones de acero e ir acopiando todo el material para el montaje”.

La coordinación entre todos los proveedores involucrados resultó fundamental para mantener el elevado ritmo de construcción de la obra. “Esa es la coordinación previa que te comentaba. O sea, no es que no podamos encontrar al proveedor que responda al desafío, es que al mes que viene vamos a querer tirar 15.000 m3. Para eso, tenemos que hacer la curva de hormigón que vamos a necesitar para la obra, la curva de acero que va a necesitar la obra, todos esos datos, los debemos tener claros previamente”, comentó Alberto Murillo.
Uso de aisladores sísmicos en Nuevo Hospital Sótero del Río
Dado que Chile es un país con alta presencia de sismos, el diseño estructural del nuevo Hospital Sotero del Río tuvo que responder a esas solicitudes, considerando además la gran superficie que abarca el complejo. Como se menciona anteriormente, sólo el edificio principal del nuevo recinto ocupa un área de 200.000 m2.
“Este edificio se diseñó para condiciones extremas y para soportar un sismo de 9,5. Para eso se distribuyeron en los espacios inferiores 500 aisladores sísmicos”, puntualizó Ángel Plaza. Estos dispositivos, que son similares a los utilizados en otros hospitales como el de Antofagasta o el Hospital de Quillota, dice el gerente Contrato Hospital Sótero del Río, permiten que la estructura superior se mueva durante un terremoto, disipando la energía sísmica.

“El hospital está diseñado para que se mueva 32 centímetros y tiene margen hasta los 40”, agregó Alberto Murillo. Esta característica implicó desafíos adicionales, ya que todos los elementos que conectan diferentes secciones del edificio deben tener la capacidad de acomodarse a este movimiento. “Todo lo que pase de un lado a otro debe tener la posibilidad de moverse. Los ductos, las tuberías, todo lo que pase puede tener una cobra que se mueva 40 centímetros”, complementó el gerente contrato Hospital Sótero del Río.
Solicitudes especiales para equipos médicos particulares
El nuevo Hospital Sotero del Río no sólo resulta un proyecto impresionante por su tamaño y la cantidad de materiales -incluyendo el uso masivo de hormigón- que se utilizaron para so construcción. También, el nuevo hospital contará con todas las especialidades y tratamientos disponibles, junto con la tecnología para entregar esas prestaciones, situándose a la par con centros de salud de primer nivel mundial.
Ángel Plaza subrayó que el Nuevo Sótero del Río “tendrá todas las áreas y tratamientos que yo en alguna vez, en mi trayectoria profesional, que llevo haciendo hospitales desde hace 20 años, he diseñado y construido o he visto en el diseño. Todas las áreas, creo que no le falta ningún tratamiento”.
Entre los equipos de tratamiento más destacados, comenta Plaza, se encuentran dos aceleradores lineales. “Son unas máquinas -explicó- que generan un rayo gamma de alta energía que son capaces de hacer blanco en milímetros, para eliminar células cancerígenas particulares con esta energía concentrada. Es como una aguja que te taladra y te da justo a la enfermedad”.

“En la actualidad, creo existen 4 o 6 de estos equipos en todo el país. El Ministerio de Salud está realizando un plan de implantación de este tipo de aparatos, que son muy útiles en el tratamiento de ciertas enfermedades complicadas, en todo el país”, agregó.
Para albergar estos aceleradores, el hospital cuenta con espacios especiales con losas de hormigón de gran espesor. “Estos equipos se albergan en un búnker, que tienen unas losas de unos 1,40 m, 1,70 m, y con un hormigón que tiene una energía mínima de 2,35 gramos por milímetro cúbico o 2.350 kilos por metro cúbico. Es una densidad especial porque esa energía enorme que genera ese rayo, si no la comprimes dentro de esta zona, cuando se puede escapar, crea radiación para el entorno”, detalló el gerente contrato Hospital Sotero del Río.
“Se trata de un requisito de obra bastante exigente pues necesita de un hormigón con una compacidad especial con condiciones especiales para que no tenga algún tipo de fisura por la que pueda salir la energía. Es un tipo de obra que había hecho en Europa, pero que aquí no había visto hasta ahora”, puntualizó.
Construcción sostenible: La gran meta del nuevo Sótero del Río
Si bien los grandes números que exhibe el proyecto, ya sea en la cantidad de hormigón o acero utilizado, como también el alto nivel de productividad de la obra -que en la actualidad, presenta un 90% de avance- destacan en lo que respecta al desarrollo de este centro de salud, lo que verdaderamente distingue al nuevo Hospital Sotero del Río es su compromiso con la construcción sostenible.
Y es que, desde el inicio de la construcción, se implementaron estrategias para reducir el impacto ambiental, siendo la reutilización del material extraído -áridos- durante la excavación del terreno uno de los aspectos más llamativos para el desarrollo de esta obra.
“Todo ese material se acopió dentro porque cumplía las características para ser utilizado”, explicó Osvaldo Carvajal Martin, encargado de Medio Ambiente del proyecto. El profesional comenta que, luego de realizar los ensayos correspondientes, se logró determinar que el material del terreno cumplía con las características necesarias para ser utilizado como árido en la producción de hormigón y en los rellenos estructurales.
“Si bien en la RCA no se iba a utilizar todo, sino que parte del material, nos cuestionamos el por qué no utilizarlo todo, si al final se trata de un material natural”, comentó Carvajal. En rigor, el encargado de Medio Ambiente del proyecto especifica que el material a reutilizar “podría denominarse árido reciclado, pero en sí se trata de material de excavación. Nosotros reutilizamos materiales de la excavación y como se comportaba muy bien, se optó por esta estrategia”.
Al tomar esta decisión, no sólo redujo la necesidad de transportar materiales desde canteras externas, sino que también disminuyó significativamente la huella de carbono del proyecto. “Nos ahorramos todo ese transporte”, enfatizó Osvaldo Carvajal, quien agrega que, hasta la fecha, se ha reutilizado el 83% de los 500.000 metros cúbicos de material extraído. El 17% restante, dice, “podríamos perfectamente donarlo o enviarlo a empresas productoras de áridos y así, generar un ecosistema circular, que no se pierda en un botadero”, agregó.
En ese sentido, Carvajal enfatizó que “mucho se habla de circularidad, pero la circularidad como tal no se cumple hasta cuando ves esto”, destacando que el material extraído vuelve a la misma obra, completando un ciclo perfecto de economía circular. “El cartón, por ejemplo, lo mando a un proceso, a un dispositivo. Va a transformarse en otros cartones, pero no necesariamente va a ser un cartón que venga desde la obra. Acá estamos ocupando todo, el proyecto es, en ese sentido, completamente circular”.

La reducción en el transporte de materiales -tanto de áridos como camiones mixer- también tuvo un impacto positivo en la comunidad circundante. “Yo diría que ese es el impacto más importante. Al hacer ese proceso al interior de la obra, se eliminaron miles de camiones transitando por vías públicas afectando a la gente”, subrayó Osvaldo Carvajal. “Sólo por concepto de transporte de áridos, sacaste más de 20.000 camiones de circulación. Tienes otros 20.000, que son los camiones mixer”, agregó.
Asimismo, el encargado de Medio Ambiente del proyecto subraya que el proyecto se diseñó para tener una menor huella de carbono, en comparación con otras edificaciones. “Hoy en día estamos bajo el diseño estándar. Estamos hablando de 470 miliequivalentes de CO2 y el proyecto Nuevo Hospital Sotero del Río, se encuentra en 465”, comentó.
Para controlar la emisión de polvo durante el procesamiento de los áridos, se implementaron diversas medidas. “Le pusimos aspersores a las plantas, por lo que estas no generaban polvo. A los caminos interiores les hicimos una aplicación de bischofita como supresor de polvo”, detalló Carvajal. “Acá nosotros aplicamos una ración base y después a tres meses hacíamos un mantenimiento. Entonces, tengo la superficie con polvo compactado y la bischofita es que te agarra la partícula volante de polvo”.
Además, se instalaron sensores de polvo y ruido en diferentes sectores de la obra. “Tenemos cuatro sensores, uno en cada sector de población, que monitorean a diario. Cada minuto, los sensores emiten un reporte y con esa información, se deciden las acciones a tomar como humedecer el terreno o no”, puntualizó.
Certificación de residuo cero: Un logro de la estrategia constructiva
Otro logro significativo en materia de sustentabilidad que posee esta obra es la obtención de la certificación de “Residuo Cero”, que acredita que el proyecto valorizó más del 90% de sus residuos. “Somos la única empresa en Chile que tiene la certificación de residuos cero. Y eso significa que el proyecto ha valorizado más del 90% de sus residuos. En este caso, hablamos del 93%”, destacó Osvaldo Carvajal.
Este hito es especialmente significativo considerando que se trata de la primera obra de SACYR en el mundo que obtiene esta certificación. “Es un logro importante”, puntualizó.
Además de la reutilización de los áridos de la misma excavación, el proyecto implementó otra estrategia para reducir la generación de residuos, la que se implementó en la fase final de la obra. “Tenemos un programa del cual usamos un producto con el que tomamos el hormigón sobrante, lo tratamos con ese producto y rescatamos el árido”, comentó Ángel Plaza.
“Lo que hacemos es aplicar el producto al camión. Una vez hecho eso, se forma un pellet entre el árido y el cemento. De hecho, te separa las piedras, el hormigón lo seca y las piedras se embeba de hormigón y se forma un pellet. Eso después lo estamos metiendo a la chancadora junto con el otro material, para utilizarlo como base estabilizadora”, detalló Osvaldo Carvajal.
Apuntando a la eficiencia energética
La eficiencia energética también ha sido una prioridad en el diseño y construcción del nuevo Hospital Sotero del Río. En ese sentido, Osvaldo Carvajal puntualiza que todas las luminarias del proyecto son LED, incluyendo las 3.600 luminarias interiores y las 200 exteriores. “Tenemos todas las luminarias LED”, confirmó.
Además, se contempló la instalación de sistemas de iluminación solar en algunas áreas exteriores. “Tenemos cuatro torretas de iluminación solar”, detalló el encargado de Medio Ambiente del proyecto, quien agrega que no se implementaron más porque, si bien aportan a la eficiencia energética del proyecto, no son tan eficientes en materia económica.

También, se está evaluando la posibilidad de automatizar ciertos sistemas eléctricos y de climatización para optimizar aún más el consumo energético. “Estamos viendo la posibilidad de automatizar ciertas partidas eléctricas. Es decir, ahora con el tema de la certificación de eficiencia energética, y como no, estamos certificando ISO 50001. Estamos viendo el poder automatizar el uso de aire acondicionado, que las luces se puedan prender y apagar solas”, explicó.
Uso de baños prefabricados para mejoras en productividad
La búsqueda de eficiencia y sostenibilidad también ha llevado a innovar en los métodos constructivos. Uno de los ejemplos más destacados es la fabricación de baños modulares prefabricados, que se producen en una planta ubicada en Pudahuel y luego se transportan e instalan directamente en el hospital.
“Esta planta está dotando y entregando los baños, que vienen listos para llegar e instalar, en los hospitales de Sótero, Buin-Paine y Cordillera”, detalló Natalia Marambio, subgerenta de Comunicaciones en SACYR Chile. “Ya hubo un primer movimiento para Buin-Paine, ahora viene nuevo Hospital Sótero del Río, luego viene Cordillera”.
Este sistema no sólo reduce los tiempos de construcción, sino que también disminuye el consumo de agua y la generación de residuos en comparación con la construcción tradicional in situ. “Impacta directamente en la productividad de la obra. Entiendo que el costo es un poco mayor que el de un baño in situ, pero te ahorras horas hombre”, dijo la profesional. “De hecho, reduce aún más el agua y el carbono que si yo lo construyo in situ. Ya sea en el transporte, como en la materialidad. Y en la gestión de residuos porque efectivamente, hago un buen uso del material”, complementó el encargado de Medio Ambiente.
Para el nuevo Hospital Sótero del Río, se fabricaron 508 baños modulares, una cifra significativamente mayor que los 190 destinados al Hospital de Buin-Paine y los 300 aproximados previstos para el Hospital Cordillera, otros dos proyectos de SACYR en la región.
Impermeabilización del nuevo Sótero del Río: Un desafío mayúsculo
Uno de los desafíos técnicos más importantes en la construcción del nuevo Hospital Sótero del Río fue garantizar la impermeabilización de la estructura, especialmente en las cubiertas y los subterráneos. Para ello, se implementó un sistema de doble membrana asfáltica con refuerzos adicionales en las zonas donde se detectan fisuras.
“Al momento de colocar las láminas asfálticas, cuando encontramos una fisura, le hacemos un refuerzo de membrana asfáltica. Además, el sistema que estamos colocando es doble membrana asfáltica con un refuerzo donde está la fisura. O sea, tienes una suerte de triple membrana donde se encuentra la fisura”, detalló Alberto Murillo.

Para los subterráneos del proyecto, que son dos, se utilizó un sistema de impermeabilización con manta bentonítica. “Todo el edificio en contacto con el terreno tiene manta bentonítica”, subrayó el jefe general de Terreno en Obra, asegurando así la protección contra filtraciones de agua.
La elección de la membrana asfáltica sobre otros sistemas de impermeabilización se debe a su mayor capacidad de elongación. “Mi experiencia con la lámina asfáltica es que es mucho más ágil, es capaz de estirarse mucho más. Que, si tu sustrato se mueve, se mueve la estructura del edificio y se produce separación, esta lámina la protege porque se va a unir y queda fija y elongada”, puntualizó el gerente contrato Hospital Sótero del Río.
Construcción sostenible e infraestructura pública: las lecciones del nuevo hospital
Cuando el nuevo Hospital Sótero del Río abra sus puertas en 2027, no solo ofrecerá atención médica de primer nivel a los habitantes del sector sur de Santiago, sino que también dejará un legado importante para la industria de la construcción en Chile y Latinoamérica.
Este proyecto demuestra que es posible construir infraestructuras de gran envergadura minimizando su impacto ambiental, a través de estrategias como la reutilización de materiales, la gestión eficiente de residuos y la implementación de tecnologías energéticamente eficientes.
“Este es el hospital público más grande de Sudamérica”, enfatizó Ángel Plaza, gerente Contrato Hospital Sótero del Río. En ese sentido, el nuevo recinto, que se levanta frente al antiguo hospital, no sólo destaca por sus dimensiones, que llevo a niveles de producción de material elevados, sino también en un símbolo de que el futuro de la construcción puede y debe ser sustentable, esto gracias a las estrategias y decisiones que se tomaron en la ejecución de este gran proyecto.

La experiencia del nuevo Hospital Sótero del Río demuestra que la sostenibilidad en la construcción no sólo abarca temas de responsabilidad ambiental, sino también de eficiencia económica y operativa. La reutilización de materiales, la reducción de transportes y la gestión eficiente de residuos no sólo redujeron el impacto ambiental, sino que también pueden generar ahorros significativos y mejorar la calidad de la obra final.
Este enfoque integral de la sustentabilidad, que considera tanto los aspectos ambientales como los económicos y sociales, se podría replicar como modelo a seguir para futuros proyectos de infraestructura pública en Chile, atendiendo a las particularidades de cada proyecto, contribuyendo así a la construcción de ciudades más sostenibles y resilientes frente a los desafíos del cambio climático.