En la actualidad, los equipos que trabajan directamente con los pavimentos industriales de hormigón no sólo pulen, sino que son esenciales para la mantención y preparación de los mismos, dependiendo de las necesidades que tenga el mandante y gracias a sus distintos tipos, las pulidoras pueden entregar una respuesta satisfactoria a todas esas variantes. En Hormigón al Día, te entregamos un panorama detallado de lo que ofrece el mundo de las pulidoras de pavimentos industriales de hormigón.
Los grandes centros de almacenamiento, hospitales, determinados pavimentos en obras mineras, entre otros, son algunos de los ejemplos en los que los pisos de hormigón resultan fundamentales: sea acopio de material o productos, traslado de equipos o personas u otros, es indispensable que la superficie pueda soportar el mayor tiempo posible las cargas a las que se ve sometida, manteniendo sus características dependiendo de las especificaciones del mandante: un pavimento rugoso, con brillo espejo, de una extrema dureza o súper plano.
Para lograr esas características, es necesario un equipo específico que permita no sólo conseguir esas condiciones sino también, poder mantener y preservar la superficie donde se realizará la mayor parte de las labores de la obra en cuestión. En ese punto, las pulidoras de pisos de industriales de hormigón están diseñadas para la realización de esos trabajos.
Existen variados desarrollos tecnológicos aplicados al mundo de las pulidoras y por lo mismo, variadas maneras de clasificarlas. José Manuel Galdames, gerente general de la empresa Tecnodiam, explica que un primer apronte a estos equipos está dado, precisamente, “por definir las áreas donde participarán las pulidoras. Entonces, yo te diría que una de las áreas más grandes es la preparación de superficie”.
En esta área, la pulidora de pisos industriales de hormigón se utiliza principalmente sobre “hormigones lisos para generar una rugosidad y que esa rugosidad sirva para generar anclaje para recubrimiento. Típicamente, se trata de recubrimientos epóxicos o recubrimientos cementicios, uretanos cementicios”, dice José Manuel Galdames. En ese sentido, precisa Matías Cárcamo Rodríguez, gerente general de Socomoq, cerca del “70% u 80% del uso que tienen estos equipos es para preparación de superficie”.
Así, este primer gran campo de acción que se realiza con pulidoras se refiere a la preparación de pisos para que reciban estos recubrimientos ya que, sin este trabajo, comenta Galdames, “lo que pasa es que después la misma carga hace que se levante el recubrimiento, pierde la adherencia con el sustrato, con el pavimento, entonces necesitas generar un perfil, una rugosidad, sobre la cual se colocará el autonivelante, el epóxico o el cementicio para anclarlo”. Para esta área, la pulidora debe trabajar en un piso que esté relativamente plano, cosa de poder generar la rugosidad.
Un segundo gran campo de acción en el cual podemos clasificar a este tipo de maquinarias, se refiere al mantenimiento del piso industrial de hormigón y en específico, su limpieza. “Imagina un revestimiento que está ya deteriorado por el uso: el paso de ruedas rígidas, transporte, abrasión, entendiéndola como elementos que vayan gastando la superficie. Entonces, también se ocupan las pulidoras de diamante para desbastar y retirar todo ese material antiguo y volver a la losa cruda de hormigón”.
En esta división de las pulidoras por campo de acción, la tercera clasificación que tienen estos equipos dice relación lo que su nombre señala: el pulido de pisos industriales de hormigón. “Con esta aplicación –dice el gerente general de Tecnodiam– lo que se busca es obtener distintos grados de pulidos en tu piso. Puedes tener un pulido mate, semi brillante, brillante. hay muchas etapas y esas etapas están básicamente relacionadas con el tamaño del grano de diamante que tú utilices”.
Los diferentes campos de acción en los que trabaja una pulidora, demuestra que esta maquinaria no está circunscrita sólo al pulido sino que, además, se debe considerar al mantenimiento y a la preparación como áreas de trabajo en las que estos equipos son vitales a la hora de abordar un trabajo sobre pisos o pavimentos industriales de hormigón. “Comercialmente –explica el gerente general de Tecnodiam– se hacen las tres aplicaciones y te diría que se hacen harto las dos primeras”.
Tamaños y potencias: el vasto mundo de las pulidoras de pisos de hormigón
La definición de los campos de acción que pueden tener las pulidoras de pisos industriales de hormigón entrega un marco en el que estas máquinas se pueden desenvolver, dependiendo de las necesidades que se tengan. Sin embargo, estos equipos, en sí mismos, pueden clasificarse en relación a otros aspectos, tales como la potencia y el tamaño de los mismos.
Asimismo, existen otras clasificaciones que tienen que ver con la tecnología aplicada a los platos de pulidos de estos equipos y también, con los sistemas de control que tengan. Vale decir, si estas máquinas son manejadas por un operario o a través de sistemas computarizados más complejos.
Desde hace un buen tiempo –existen antecedentes que señalan que el año 1992 se presentó esta tecnología al mercado– que en el mundo de las pulidoras de pisos o pavimentos industriales de hormigón, el sistema de platos de pulido denominado planetario es el que reina entre estos equipos. ¿A qué se refiere esta tecnología? “A que platos giran en torno al centro de la pulidora, la “orbitan” pero al mismo tiempo, cada plato gira en torno a sí mismo”, explica Galdames.
“Los primeros equipos con sistema planetario -detalla Matías Cárcamo- estaban formados básicamente por un gran cabezal que originalmente, tenía 3 cabezales más pequeños en su interior. Cada uno de estos cabezales giraban en un sentido y el gran cabezal, lo hacía en el sentido contrario. Eso genera un patrón de pulido más homogéneo”. Asimismo, Cárcamo comenta que fue la firma sueca HTC la primera en utilizar este sistema en sus equipos.
Un punto importante es que las pulidoras tienen la capacidad de corregir pavimentos industriales de hormigón, pero desde una cierta cantidad de platos de pulido.
“Cuando tú tienes una pulidora de tres platos, aunque sea planetaria, en general va a tender a seguir imperfecciones que existan en el hormigón, no las va a corregir, porque siempre van a estar los tres platos juntos. Con equipos más grandes, por ejemplo, uno de 4 platos, va a pasar que vas a tener contacto con 3 platos pero uno va a quedar en el aire y estos tres platos van a empezar a pulir hasta que el cuarto haga contacto. Por lo tanto, las máquinas de 4 platos y más, son aquellas pulidoras que sí corrigen las imperfecciones de planitud o sí son capaces de aplanar un piso”, explica el gerente general de Tecnodiam.
En esa misma línea, Galdames subraya que “es muy importante, para un trabajo eficiente de las máquinas pulidoras, que tengan la capacidad de variar las RPM a las cuales giran los planetarios, a las cuales se mueve el diamante. Las buenas máquinas de pulido de pavimento tiene todas variador de frecuencia, que es lo que permite que el equipo gire más rápido o más lento”.
Existen también equipos que no utilizan el sistema planetario y sí un sistema multi orbital, en el que los platos giratorios poseen independencia de giro. Estos, “se utilizan principalmente cuando nos encontramos con superficies superiores a los 450 m2, no existen obstáculos a la hora de pulir el piso de hormigón, el suelo no necesita estar altamente nivelado ni dejar áridos altamente expuestos. También, cuando el pulido en húmedo no supone un problema y se dispone de un buen sistema de gestión de aplicación de químicos”, explicó Matías Larraín de Toro, gerente general de LEIS.
Si bien este tipo de maquinarias están pensadas para conseguir pulidos de gran calidad en tiempos récord -hasta 1.000 m2 por día- Matías Larraín puntualizó que esta velocidad de pulido dependerá “de las condiciones del suelo donde se trabaje. Si éste se encuentra en mal estado, se hace recomendable el uso de un equipo con sistema planetario antes de utilizar la maquinaria que te comente”.
Además, las pulidoras pueden subdividirse de acuerdo a la potencia de su motor. “Existen las máquinas manuales eléctricas que trabajan a 220 voltios, monofásicas, de motores pequeños. Después, están las pulidoras de un solo plato, no con sistema planetario. Por ejemplo, las orilladoras son así. Hay orilladoras más grandes que no son manuales y esas máquinas son generalmente monofásicas pero con un motor grande de 4 kilowatt y estamos hablando de máquinas de 120 kilos de peso. Estas son las pulidoras u orilladoras grandes, no las manuales. Después, ya comienzan las máquinas pulidoras con sistema planetario y ahí también hay máquinas que son monofásicas”
En el caso de los equipos monofásicos, detalla el gerente general de Socomaq, su cabezal puede “abarcar hasta 50 centímetros de ancho y su rendimiento, en el caso de preparación de superficie, puede ser de cerca de 500 m2 en una jornada de 8 horas. Este rendimiento puede ser algo menor, en el caso de conseguir un piso con ‘pulido espejo'”.
“Luego –agrega Galdames– ya tienes las máquinas trifásicas planetarias de cuatro platos, que son las que te permiten dar lisura. Ahí hablamos de más potencia y de motores de 11 kilowatt”. En ese tipo de equipos, complementa Matías Cárcamo, se pueden obtener rendimientos mucho mayores: hasta 1.300 metros, en preparación de superficie.
Existen equipos que no son eléctricos y cuyos motores funcionan en base a combustible, sea gasolina -para maquinarias que son controladas por un operador que las empuja, explica el gerente general de LEIS- o de un “combustible doble”. “Los equipos que utilizan ese tipo de combustible especial son de mayor tamaño”, destacó Larraín. “Poseen un motor de mayor poder y, por lo mismo, pueden abarcar una mayor superficie de pulido”, agregó.
“Respecto de los tipos de máquina, hablamos que hay máquinas con operador atrás, que empuja a la máquina, hay pulidoras autopropulsadas; ahí tienes una rueda que está motorizada y que avanza y tienes un operador que está con un equipo a control remoto y que dirige la máquina. Y la última generación de máquinas son las máquina robotizadas, que la misma máquina escanea, tú le defines cuál es el área a pulir y la máquina decide cuál va a ser su ruta”, explica el gerente general de Tecnodiam.
Dentro de los equipos manejados a control remoto, Matías Cárcamo agrega que existen pulidoras de pisos de hormigón cuya interfaz va revelando al operador, en tiempo real, el rendimiento del equipo. “Entonces -dice- permite que el operador vaya tomando decisiones o corrija de manera inmediata la operación. De esta forma, se logra optimizar el trabajo y el rendimiento de la pulidora”.
Finalmente, las pulidoras también se dividen de acuerdo a su tipo de transmisión. “Ahí tienes dos tendencias: una es la transmisión por correas, que en general es una transmisión más económica, más barata, de construcción más barata y tienes la transmisión 100% con engranaje”, explica José Manuel Galdames.
¿Cuáles serían las ventajas y desventajas de cada tipo de transmisión?
-La virtud de los equipos 100% engranaje es que tienes mayor potencia efectiva transmitida al diamante con respecto a la potencia del motor. O sea, cuando tienes un motor de 4 kilowatt y tienes una transmisión de correa, tienes menos potencia en tu diamante porque tienes más pérdida por fricción de la correa. Qué desventaja tiene la transmisión 100% engranaje, que si se llega a quebrar un engranaje, es más complicado y caro desarmar la máquina. La correa, por otra parte, se corta con mucha mayor frecuencia, necesita más mantenimiento que una transmisión por engranaje.
Discos diamantados
Los discos diamantados, formados por secciones o patines con granos de diamante, son los que realizan el trabajo ya sea de preparación, remoción o pulido de los equipos. Y si bien estos son los que se utilizan para estas funciones, en casos especiales, se requieren otros materiales. Por ejemplo, para remover revestimientos epóxicos viejos, “se ocupa un material híbrido llamado diamante policristalino”, aclara Galdames.
Este híbrido, dice, “es un trozo de diamante muy pequeño. La cohesión de los distintos cristales de diamante que forman el policristalino se realiza con un sustrato de metal duro, que es de cobalto, resultando una macropartícula que desgarra”. Este material se utiliza, por ejemplo, para la preparación de pisos o para el desbaste y mantención de los pavimentos industriales. “Cuando vas a pulir un piso, no ocupas diamante policristalino”, aclara Galdames.
Con respecto a los patines con granos de diamante, estos tienen distintos grados y materiales donde se montan. Existen los que están sobre un aglomerante metálico (cobalto) y son los granos 16, 30, 60 y 120. “Ahí –explica– se pasa a esta otra tecnología, que es donde el diamante está aglomerado con un resinoide y ahí, tienes una nomenclatura ligeramente distinta. Entonces, tienes granos de diamante que van desde el grano 50, 100, 200, 400, 800 y 1500”. Esta nomenclatura, agrega Galdames, es estándar.
Mientras que los granos de diamante en aglomerante metálico son utilizados para los tres campos de acción de las pulidoras, después del grano 120, “el metal pierde la habilidad de retener las partículas de diamantes porque se hacen muy pequeñas”, dice Galdames. Por eso, se utilizan resinoides en los granos más finos y estos se asocian a las labores de pulido del piso y para lograr, por ejemplo, pulidos espejo o de súper brillo.
En efecto, para estos trabajos en los que los granos de diamante en aglomerante metálico ya no son posibles de utilizar, y antes de pasar a los de algomerantes resinoides (granos más pequeños), se usan los densificadores, que son “líquidos que reaccionan con el hormigón y que son capaces de aglomerar las partículas del concreto, hacen que crezcan volumétricamente, generando un efecto endurecedor y penetrante. Al cohesionar a las partículas, prepara al hormigón para seguir puliendo con granos más finos”, explica Galdames.
Además, agrega Matías Cárcamo, el rendimiento de los segmentos diamantados estará dado “en gran medida, por tres factores: el tipo de piso, el tipo de hormigón y la calidad de la superficie donde se utilizará el equipo”. Por ello, explica que los rendimientos pueden “variar de una obra o otra”.
Las pulidoras tienen distintos tamaños, dependiendo de los platos de pulido que tengan y cuántos patines o segmentos con granos de diamante puedan albergar. Van desde las mencionadas pulidoras portables, que no son más grandes que un esmeril y que tienen un plato, utilizadas para terminaciones, lugares de difícil acceso como orillas o escaleras, por ejemplo, a aquellas que tienen ocho platos. Estas últimas, requieren de mayor potencia y entran en la categoría de aquellas pulidoras que además, pueden aplanar un piso.
“También existen -agregó el gerente general de LEIS- aquellos segmentos diamantados que van montados sobre discos que, si bien son de aglomerantes resinoides, su principal innovación es que van sobre sistemas hiperflexibles, los que aseguran que los segmentos diamantados puedan seguir la superficie del piso tanto en salientes como en huecos y crear un acabado salpimentado homogéneo”.
Estos discos, complementó, poseen un montaje magnético y “poseen un diseño optimizado, por ejemplo, en el número de segmentos por disco, los que están calculados para garantizar resultados óptimos e incrementar la vida útil del disco. Asimismo, al ajustarse a las irregularidades del sueño, como expliqué antes, se garantiza un desgaste uniforme de los discos, lo que finalmente repercute en una mayor vida útil de estos elementos”.
De abrillantadoras a cepilladoras: complemento al trabajo de pulidoras
Si bien las pulidoras, ya sea en sus distintos tamaños rangos de potencia o cantidad de platos, son los equipos principales a la hora del trabajo sobre pisos o pavimentos industriales de hormigón, existen maquinarias que se utilizan para complementar su trabajo.
Así, nos encontramos con las abrillantadoras, que son equipos cuyo funcionamiento es similar al de las pulidoras pero “tienen un solo plato que gira, no tienen este sistema planetario, y en general tienen un pad que es de un abrasivo no tejido, es decir, es una especie de malla y esta malla tiene colocados, mediante una depositación resinoide, cristales de diamante muy finitos. Entonces, aquí puedes tener granos que van desde el 400, 800, 1500 y hasta 3000”, explica Galdames. Al igual que las pulidoras profesionales, estas tienen variador de RPM.
Este tipo de máquinas se utiliza posterior al sellado del piso de hormigón y es, como su nombre lo indica, para dar un finalizado ultra brillante, que es una tendencia marcada durante los últimos años, asegura Galdames. La única diferencia que se puede encontrar con las pulidoras es que, en algunos casos, las abrillantadoras pueden tener un motor de propano en vez de uno eléctrico.
Por otra parte, las cepilladoras de pavimentos es una tecnología que en Chile lleva cerca de 5 años y se utiliza para trabajos en que el mandante busca cambiar un recubrimiento por completo. “Por ejemplo, tienes un piso de hormigón y quieres ponerle porcelanato. Entonces, tienes cambios de altura y tienes que remover mucho hormigón. Cuando tienes que remover más de 5 milímetros de hormigón de altura, de espesor, remover directamente con el grano grueso de diamante se hace muy tedioso, muy lento y muy caro”, comenta Galdames.
Esta maquinaría tienen un funcionamiento similar al de una cortadora de pavimentos, dice Galdames. “En vez de haber un disco, hay 30 o 50 discos, uno al lado del otro separados por un pequeño espaciado. Entonces, en vez de cortar toda la losa del espesor, tú bajas con la máquina 5 milímetros, 10 milímetros, 15 milímetros, de una sola pasada y lo que genera es una superficie rugosa con ese espaciado”. Una vez realizado este proceso, se utiliza una pulidora de grano grueso que alisa el pavimento tratado.
De acuerdo a José Manuel Galdames, este tipo de maquinarias se usa principalmente en hospitales, donde se requieren cambios de revestimientos de gran dureza y altura. En Chile, esta tecnología utilizó en las cocheras de Metro, en la comuna de Cerrillos. En ese trabajo, cuenta Galdames, el piso de hormigón era tan duro, que se utilizó este método antes de iniciar el pulido del mismo.
Finalmente, también se encuentran las aspiradoras como equipos asociados al accionar de las pulidoras, abrillantadoras o cepilladoras. “Esto va de la mano -explica Matías Cárcamo- porque los controles de contaminación, de emisión de polvo en obra, son mucho mayores. En ese sentido, existen grandes desarrollos en lo que a aspiradoras se refiere”.
Si bien existen aspiradoras de distinto tamaño y potencia, el gerente general de Socomaq destaca que los últimos desarrollos en este tipo de equipos cuentan con filtros especializados para partículas ultrafinas. “En el caso de las aspiradoras que manejamos en Socomaq, estas cuentan con un filtro EPA, que está pensado especialmente para las partículas más finas, como las del hormigón. Por eso, cuando sale el aire de la aspiradora ya filtrado, es 99.9% libre de polución, o sea, sale un aire que es respirable”, destaca.