Velimir Skoknic, gte. de construcción de Möller & Pérez-Cotapos: “Vimos in situ la calidad con que quedaba una obra gruesa con monolítico”

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En el marco del Congreso ExpoHormigón, instancia realizada durante la pasada feria ExpoHormigón 2019, la constructora exhibió los resultados de adoptar tecnologías de industrialización en sitio en uno de sus conjuntos habitacionales, mostrando cómo estas inciden positivamente en la productividad en obra.

Para hablar de construcción industrializada, hay que referirse a la aplicación de tecnologías de industrialización en sitio. Justamente por ello, dentro de los seminarios técnicos realizados en el Congreso ExpoHormigón, actividad enmarcada en lo que fue la feria ExpoHormigón 2019, esta materia tuvo un espacio dedicado a destacar, precisamente, experiencias exitosas en las que la aplicación de dichas tecnologías tuvo un impacto positivo en la obra.

Dentro de las exposiciones en este ámbito, una que concitó gran interés fue la que llevó a cabo Mauricio Molina, jefe de planificación y control de la empresa Möller & Pérez-Cotapos, quien mostró cómo el uso de tecnologías de industrialización en sitio (moldajes monolíticos) en un proyecto habitacional, en este caso, la etapa III del proyecto Las Vizcachas de San Esteban, en la ciudad de Los Andes, siendo el primer proyecto de esta constructora en adoptar moldajes monolíticos.

En Hormigón al Día, conversamos con Velimir Skoknic T., gerente de construcción de Möller & Pérez-Cotapos, quien en un primer término, explicó que para ellos, la adopción del moldaje monolítico obedeció a varios factores, entre los que destacó la productividad y los costos. “Vimos in situ la calidad con que quedaba geométricamente una obra gruesa con monolítico, lo que claramente desencadenaba una serie de ahorros en distintas partidas, fundamentalmente en la mano de obra de terminaciones de obra gruesa (reparación de encuentros, reparación de rasgos, estucos y yesos), pero también en una significativa disminución en limpieza y retiro de escombros”.

-¿Por qué se toma la decisión de utilizar el proyecto habitacional en Los Andes para la adopción de tecnologías de industrialización en sitio?
El proyecto de Los Andes, Las Vizcachas de San Esteban Etapa III, es uno de  4 proyectos, siendo el primero en nuestra línea de tiempo. Lo escogimos ya que era un loteo próximo por iniciar, y, además, sus etapas anteriores estaban constituidas por casas de hormigón armado, hechas con la metodología tradicional arrendando el moldaje, lo que nos otorgaba la oportunidad perfecta para comparar.

Al ser el primer proyecto con moldaje monolítico de Möller, Skoknic comentó que la constructora realizó un exhaustivo estudio de otras experiencias en las que se utilizó esta tecnología, concluyendo que el sistema de moldaje monolítico permite una flexibilidad que mejora sus prestaciones.

Mauricio Molina, de Möller & Pérez-Cotapos, durante su participación en el Congreso ExpoHormigón, en ExpoHormigón 2019

Así, cuando se implementó esta tecnología al proyecto, el gerente de construcción de Möller explicó que “vimos que era necesario involucrar el diseño (arquitectura y cálculo) en el proceso, para así lograr los ritmos que suponía se podían lograr. Por ejemplo, eliminar las vigas y dejar la casa solo con muros y losa facilita muchísimo la tarea de pre-armar la losa y poder montarla posteriormente”.

La incorporación del moldaje monolítico al proyecto, en el caso de Möller, también sirvió para involucrar en el proyecto a los operarios a cargo los moldajes. “Desde un inicio quisimos otorgarle a la cuadrilla de los moldajes un sello distinto al resto de la obra”, dijo Skoknic. “Los hicimos partícipe desde la revisión de los moldajes en planta hasta la última capacitación. Buscamos jornales jóvenes con ganas de aprender y los empoderamos con el sistema: ‘ustedes se transforman en un eslabón crucial para nuestro proyecto’. El equipo aprendió rápido”, aseveró.

-Una vez implementado el moldaje monolítco, ¿cuándo se comenzaron a ver mejoras de la productividad en obra?
Después del primer mes montando y desmontando las casas, se empezaron a notar los incrementos en la productividad. Al principio, partimos con productividades del orden de 10 m2/HD, por debajo de lo que se logra normalmente con moldajes tradicionales (15m2/HD), pero llegamos incluso a 40 m2/HD. El promedio al final del proyecto fue de 32 m2/HD, un poco más del doble de lo conocido en el uso de moldajes tradicionales. Comparando con las etapas anteriores del proyecto, efectivamente logramos terminar más rápido la obra gruesa.

Gracias a la experiencia positiva en Los Andes, Velimir Skoknic adelantó que esta tecnología ya se está presente en otros proyectos de Möller. “Ya estamos utilizando no 1, sino, dos juegos de moldajes en nuestro proyecto en Buin, Los Almendros de Buin Condominio II, un proyecto de casas asiladas de hormigón armado, con segundo piso liviano. Estamos expectantes a obtener mejores resultados que en el proyecto de los Andes”, dijo y adelantó que también incorporarán moldaje monolítico en dos proyectos más. “En total, suman aproximadamente 1000 casas y que inicialmente estaban pensadas en albañilería armada, con la misma arquitectura que el proyecto de Los Andes”, comentó.

-¿Qué les pareció mostrar la experiencia de Möller con sistemas de moldaje monolítico en el Congreso realizado bajo el marco de ExpoHormigón 2019?
Creo que las instancias que se generan, como en este Congreso, son primordiales para transmitir y fomentar el uso de nuevas tecnologías, sobre todo a partir de las experiencias de otras empresas.

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