Los cambios suelen ser resistidos en un comienzo pero a la postre, dan buenos frutos. Así lo evidenció Empresas Ecomac cuando pasaron de moldajes tradicionales a monolíticos, aumentando su productividad en obra, como mostraron en la pasada edición del seminario de Industrialización en Sitio organizado por ICH y donde exhibieron estadísticas reales de lo beneficioso de esta transformación tecnológica.
Todos los expertos coinciden en un punto: industrializar al sector de la construcción es necesario para aumentar la productividad no sólo sectorial, sino, del país en su totalidad. Para ello, existen al menos dos caminos que permiten avanzar hacia ese objetivo: uno, dice relación con industrializar partidas en la misma faena con la implementación de mejoras tecnológicas que aumenten la productividad de la obra –como el caso, por ejemplo, de los moldajes de aluminio monolítico– y la otra, es fabricar las partidas en un sitio externo, con controles estrictos de diseño y calidad, y esos elementos transportarlos y montarlos en obra.
Respecto a la primera opción, existen grandes avances y precisamente, durante el seminario de Industrialización en sitio, organizado por el Instituto del Cemento y del Hormigón de Chile (ICH) el pasado mes de junio en dependencias de la Cámara Chilena de la Construcción, se expusieron y analizaron distintas experiencias que han llevado a cabo constructoras en las que este método influyó positivamente en el desarrollo de sus proyectos.
Dentro de los expositores en la actividad, destacó la ponencia de Jaime Miranda Lorca, gerente de operaciones de Empresas Ecomac, quien explicó que antes de realizar proyectos en encofrados monolíticos –precisamente, su exposición se basó en el salto cualitativo que tuvo la empresa al cambiarse a este tipo de tecnología– la firma trabajaba bajo preceptos más conservadores. “Nuestra construcción tradicional para la casa era albañilería. Y desde ahí, nosotros nos pasamos al tiro a los moldajes monolíticos”, detalló.
En ese sentido, Miranda agregó que ese avance dado por Ecomac se debió, precisamente, para mejorar las productividades en obra. “En el fondo –explicó– la única forma de poder hacer casas de hormigón, era a través de estos sistemas de moldaje monolítico, no puedes tener estos moldajes tradicionales, que son muy pesados”.
Usted se enfocó en estadísticas propias, dando ejemplos claros de la variación en productividad de la empresa ¿Qué valor, pensando en la industria, le da usted al tema de la data?
-Para nosotros es súper valioso porque, yo creo –por lo menos, esa es mi idea– que las constructoras que estamos en este rubro tenemos que potenciarnos, tenemos que aprender unas de otras. Creo que, en la medida que todas las constructoras seamos más eficientes, la industria va a ser mejor.
“Principalmente, el tema hoy día es la data”, destacó el gerente de operaciones de Ecomac y junto con ello, aseguró que la utilidad en recopilar y analizar datos que demuestran con números los incrementos en la productividad en obra, “es ser capaz de levantar la información y tener sistemas que te permitan tener datos confiables de cómo estás trabajando”, reveló Jaime Miranda.
Sin embargo, para Miranda, esa información es necesario socializarla. “Como constructora, estamos súper dispuestos a compartir nuestras experiencias para que, eventualmente, también otras empresas compartan sus experiencias y podamos, en el fondo, todos ser mucho mejores”.
Finalmente, el personero de Ecomac también se refirió a la capacitación de los operarios como un eje fundamental a la hora de cambiar desde sistemas tradicionales a uno de moldaje monolítico y manoportable. “Hay un proceso de aprendizaje, de fidelización –comentó Miranda– y claro, la verdad es que nosotros tenemos la ventaja de que llevamos más años con esto y por eso es que tenemos mejores rendimientos: porque le hemos dado más vueltas al proceso de cambio”.
