Torre IQON: “Pixeles” de hormigón que dominan el paisaje urbano de Quito

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Cajas de hormigón apiladas sobre sí mismas en 32 pisos, que rotan y forman tanto la estructura como la fachada de esta torre de 132 metros alto, son las que dan forma al primer proyecto del estudio danés BIG en Sudamérica, uno que además refleja la gran biodiversidad que posee la capital de Ecuador.

La postal que deja Quito, capital de Ecuador, es la de una ciudad con una serie de edificios históricos, cuyo horizonte aparece dominado por la media altura de gran parte de sus construcciones. Sin embargo, hace una década atrás se inició un proceso de cambio del paisaje urbano, coincidiendo con el traslado del Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre, que hasta febrero de 2013 se ubicaba en pleno centro de la ciudad.

Este hecho posibilitó que, por primera vez, la altura de la ciudad no estuviese limitada por el paso de vuelos comerciales ni de otro tipo. Con esto en consideración, Uribe Schwarzkopf, estudio de arquitectura y constructora de Ecuador, comenzó el desarrollo un proyecto en el área del parque La Carolina, en uno de los sectores de mayor importancia de Quito.

Para su ejecución Uribe Schwarzkopft se alió con el estudio de arquitectura danés BIG para concebir el primer proyecto del estudio europeo en tierras sudamericana. El resultado fue IQON, una torre habitacional de gran altura que se completó a fines de 2022 y cuya forma y fachada de hormigón ya está dando de qué hablar en medios especializados de arquitectura.

Terrazas que reflejan la biodiversidad local

La torre IQON tiene una altura de 130 metros, distribuidos en 32 pisos, transformándose en el edificio residencial más alto de Quito. Su diseño, comentaron desde BIG, se creó pensando en “una comunidad vertical y como una extensión del parque La Carolina y el barrio que lo rodea”.

En ese sentido, Bjarke Ingels, fundador y director creativo en BIG, explicó que “tratamos de tomar todas las cualidades icónicas de Quito, tales como el vivir en uno de los lugares con mayor biodiversidad del planeta, en una ciudad donde las estaciones son perfectas tanto para la vida humana como la vegetal, y llevar esa experiencia a una dimensión vertical”.

De esta forma, el diseño de IQON destaca la biodiversidad de la capital ecuatoriana en su fachada, la que posee una serie de terrazas con árboles y plantas nativas que, al acercarse más al parque, tendrá especies de mayor altura. Según informó Uribe Schwarzkopf en la descripción del proyecto, “una pared cóncava debajo de cada balcón tiene suficiente espacio para sostener las raíces de cada árbol”.

La fachada, de hormigón descubierto, realiza una curva en una de las esquinas de la torre, transformando cada terraza en una suerte de macetero para las especies plantadas, convirtiéndose así en una “escultura de hormigón dentro de los departamentos, que es la zona donde va la raíz del árbol del departamento superior”, destacaron desde el estudio ecuatoriano.

“Pixeles” de hormigón para la forma y estructura

Una de las características de IQON es que la fachada también es la que genera la estructura de la torre. Ésta, se formó gracias a cajas de hormigón –“pixeles”, como denominó el estudio BIG- apiladas en los 32 pisos que posee la torre. Cada uno de estos “pixeles” rota y crea las terrazas que vinculan al edificio con su entorno.

Junto con esto, las cajas de hormigón van rotando “para brindar la mejor vista posible”, comentaron desde el estudio danés. Así, los residentes tendrán panorámicas dominadas, por ejemplo, el parque La Carolina, el centro de Quito y el volcán Pichincha.

Junto con el uso residencial, el proyecto contempló una plaza abierta al público, la que se equipó con tiendas comerciales y cuyo objetivo es conectar el vestíbulo de la torre con el público.

Con otros elementos como piscina integrada, salas de entretenimiento y salones de negocio, la torre IQON se completó a finales de octubre de 2022 y, según informó el estudio BIG, busca transformarse “en una reserva ecológica vertical: una vez que la vegetación de sus terrazas crezca, estas pueden replantarse en los parques de la ciudad. De esta forma, el edificio se vuelve parte de un gran ciclo verde: del parque a la torre y de ésta, a la ciudad”.

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