Slimconcrete, Escofet – Construyendo espacios de calidad

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Pocas empresas han marcado tanto la historia de una ciudad como Escofet a Barcelona. La historia de la marca se remonta a fines del siglo XIX, cuando Jaume Escofet i Milà abandona el poblado de Pont d’Armentera para instalarse en la capital catalana. En 1886, a los 24 años, funda Escofet, una empresa de pavimentos, en un momento tremendamente propicio para la industria, porque Cataluña estaba en pleno cambio gracias al ensanche, proyecto en el que se ampliaron las veredas y se construyeron parques y plazas con el objetivo de generar más espacio público y de mayor calidad para catalanes. Es en este distrito donde se erigieron algunas de las construcciones más reconocidas de Barcelona, como el paseo de Gracia, La Rambla, la Basílica de la Sagrada Familia, la Casa Milá y Batlló –obras del arquitecto Antoni Gaudí–, entre otras.

Entre los siglos XVIII y la primera parte del siglo XIX, Barcelona era una ciudad amurallada medieval. Pero, para 1800, el crecimiento demográfico hizo necesario repensar la ciudad. Se derribaron las murallas y se llamó a concurso para renovar sus espacios públicos. Escofet, dedicada al pavimento hidráulico, comenzó una estrecha relación con los arquitectos ícono del Modernismo español, quienes acompañaron el proceso de industrialización del pavimento urbano. La primera vereda de panots –una baldosa de hormigón de 20×20 cm con una flor de cuatro pétalos redondos– se registró frente a la tienda de Escofet y fue el ícono de la remodelación de la ciudad.

Desde entonces, Escofet ha estado presente en la construcción y el diseño de los rincones más reconocidos de Barcelona. En la década de 1960, la firma introdujo el hormigón vibroprensado, material que luego estaría en La Rambla, paseo que conecta la Plaza de Cataluña con el antiguo puerto, un imprescindible para los más de 12 millones de turistas que llegan cada año a la ciudad.

La siguiente década marcaría el camino de Escofet, ya que crea la línea de fachadas de hormigón arquitectónico, con lo que ingresa al mundo de la edificación. En la década del 80 lanzan la línea de mobiliario urbano. “El hormigón que utilizamos para los elementos urbanos y fachadas de edificios es un UHPC (Ultra High Performance Concrete), una formulación propia desarrollada por Escofet”, explica Enric Pericas, director de Elementos Urbanos de Escofet, desde Barcelona. Slimconcrete es un hormigón de consistencia fluida/líquida, con un contenido mínimo de cemento de 700 kg/m3 con fibras orgánicas.

Una de las características más llamativas de la tecnología de Slimconcrete es que permitiría acciones que antes eran incompatibles con la naturaleza del hormigón, como doblarlo, torcerlo o reducirlo a láminas finas.

El sello Escofet en Europa

Escofet actualmente desarrolla dos grandes líneas de productos con Slimconcrete. Una es el hormigón arquitectónico de fachadas; la otra, mobiliario urbano para espacios públicos. Para la firma, uno de sus proyectos emblemáticos en la línea del hormigón arquitectónico es “la envolvente del edificio OneOcean Marina Port Vell, con las cinco fachadas”, señala Pericas. Este proyecto de 2014 estuvo a cargo de SCOB Arquitectes (Sergi Carulla y Oscar Blasco) y consistió en actualizar la infraestructura, rehabilitando y construyendo 16.000 m2 de muelles y pasarelas flotantes (pantalanes), además de dos nuevos edificios sobre el agua, envueltos en una celosía de hormigón que permite crear zonas de sombra para proteger a los transeúntes que quedan expuestos a los rayos de sol que se multiplican por efecto del agua. “La primera obra en UHPC fue la nueva fachada de la ampliación del mercado de la Guineueta, pero el edificio en el Port Vell de Barcelona, que fue el segundo, está ubicado en un emplazamiento espectacular y ha acaparado premios convirtiéndose en un proyecto de gran belleza, además de mediático”, señala Pericas. Cabe señalar que el spot con el que se presentó el proyecto estuvo a cargo de la célebre directora española Isabel Coixet.

La remodelación del Mercado de la Guineueta, a la que hace referencia el director de Elementos Urbanos de Escofet, es un proyecto de 2012 a cargo del arquitecto Daniel Mòdol, y cuya fachada es una celosía de 152 paneles de hormigón UHPC de 2,80 x 2,30 metros, con perfiles trenzados hexagonales de tres por siete centímetros de espesor, calados con orificios circulares de 15 centímetros de diámetro.

Espacios públicos con foco en las personas

Escofet también ha incursionado en el mundo del mobiliario urbano, con gran éxito. Cuentan con tres líneas: Urban Life, Lighting (luminaria pública) y Walking (el origen de Escofet, con panots, adoquines y losas). Pericas menciona entre los referentes de la firma los proyectos Grasshopper y Domus. “Ambos son ambiciosos en su programa. El primero lleva al límite las posibilidades estructurales del UHPC, y Domus explota una nueva tipología a la que llamamos ‘Shelter’”.

Grasshopper (2014), a cargo del joven arquitecto japonés Makoto Fukuda se compone de mesa y banca que sorprenden por el uso del Slimconcrete, al ser mobiliario urbano de look ligero y simple, pero extremadamente complejo, ya que cada una es una pieza única de hormigón. “Alcanza con su forma deliberadamente incompleta un amplio espacio. En un extremo se cierra con suavidad para convertirse en un lugar cálido en el cual conversar. En el otro, sus formas se abren y nos invitan a pensar y sentir el paisaje que nos rodea”, señalan en Escofet.

El nombre hace alusión a la fragilidad y flexibilidad de los saltamones, similares características de las estructuras de Slimconcrete, que permiten el diseño de elementos livianos, durables y resistentes a los esfuerzos de compresión, flexión, impacto y desgaste. Grasshopper está actualmente instalado en países como Italia, Alemania, España y Reino Unido, entre otros.

Domus (2016), a cargo de Ramón Úbeda y Otto Canalda, propone una banca de una pieza que, a su vez, es un refugio que, además de asiento, puede ofrecer resguardo y protección en días de lluvia, así como frescor durante el verano. “El concepto ‘Shelter’ está en el origen de este mobiliario urbano. Un banco al sol es un asiento imposible en muchos lugares, pero gracias a la combinación virtuosa del material y la configuración que aporta un techo, Domus genera un microclima más fresco en su interior”, señala la firma, y agregan que “Domus ejemplifica la importancia de crear un lazo emocional entre una marca y usuario atendiendo a los sentimientos del consumidor”. Actualmente, hay Domus instalados en la ciudad de Faxe, Dinamarca.

Para 2050, se estima que el 70% de las personas en el mundo vivirán en ciudades. Esto implicará cambios y nuevas necesidades para la población que se instalará en las urbes. El desafío de Escofet, señalan, es adaptarse a los nuevos requerimientos y necesidades de las ciudades y sus habitantes, y dar respuesta a la demanda por mejores ciudades y espacios públicos de mayor calidad, sin descuidar la importancia de la sostenibilidad y el impacto en el medioambiente.

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