Santuario de la Virgen de las Lágrimas: Un nuevo tipo de iglesia de hormigón

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28 años demoró en completarse el proyecto liderado por los arquitectos franceses Michel Andrault y Pierre Parat quienes, en esta obra, desafiaron las convenciones y promovieron una nueva morfología para las edificaciones religiosas en las que el hormigón fue clave a la hora de dar carácter y significado a este importante espacio.

El año 1953, en la ciudad de Siracusa, ubicada en la costa sudeste de la isla de Sicilia, ocurrió un hecho que la prensa local catalogó como un milagro: una figura de la Virgen María comenzó a “llorar”, lo que de inmediato trajo la atención a la isla que, de un momento a otro, se transformó en el centro del mundo católico en esos años.

Dado que el número de fieles que llegaba a Siracusa crecía, las autoridades locales optaron por la construcción de un santuario de gran tamaño para ver a la virgen. Así, el año 1957, se llamó a un concurso internacional para el diseño de esta nueva iglesia, para el que participaron un centenar de arquitectos, de 17 países.

Finalmente, los arquitectos franceses Michel Andrault (1926-2020) y Pierre Parat (1928-2019) se adjudicaron el diseño gracias a una propuesta que, además de resaltar a la basílica como el punto central del paisaje local, transformó las formas de una edificación religiosa, lo que influyó en trabajos posteriores de esta índole.

Con varios concursos internacionales a cuestas, los arquitectos galos -formados en la Escuela de Bellas Artes de París- formaron su propio estudio una vez adjudicado este proyecto. Así, ANPAR se transformó en un referente para la arquitectura moderna gala, con el diseño de proyectos como las 19 mil unidades de vivienda encomendada por una institución pública francesa, para las que utilizaron una morfología triangular.

Una nueva morfología para edificaciones religiosas

Para la Basílica de Nuestra Señora de las Lágrimas, los arquitectos propusieron una nueva morfología del plano central de la iglesia, bastante común en todos los sitios de peregrinaje, dotándola de una forma más radical. En ese sentido, la estructura del espacio es la que brinda la austeridad monumental de éste.

En ese sentido, Pierre Parat comentó posteriormente que “me gusta la arquitectura que se revela a sí misma, que es honesta, no me gustan ni los artilugios ni los ornamentos”, en relación a la belleza cruda de sus creaciones.

La intención de los arquitectos fue que la figura simbolizara la “elevación de la humanidad hacia Dios”. Con el tiempo, no obstante, esta misma morfología adquirió nuevos significados religiosos, siendo leída como una suerte de faro que guía a los fieles hacia la divinidad, o como una “lágrima”, en directa conexión con el evento que llevó a la construcción de esta iglesia.

Si bien los arquitectos se adjudicaron el proyecto en 1957, la construcción del Santuario de Nuestra Virgen de las Lágrimas comenzó en 1966 y demoró 28 años en completarse, ya que las excavaciones en el terreno revelaron un asentamiento del siglo VI en el lugar.

Hormigón arquitectónico como protagonista del espacio

La iglesia está formada por dos niveles principales, la cripta y el Santuario, del que destaca su domo con forma cónica y trunca. La cripta se inauguró el año 1968 y hoy día alberga tres museos, incluyendo uno dedicado exclusivamente al evento del llanto de la figura de la Virgen María. Em 1994, finalizó la construcción del Santuario principal, el que fue consagrado por el entonces papa Juan Pablo II.

La basílica cuenta con una capacidad de 6 mil asientos y puede albergar a unas 11.000 personas. La estructura de hormigón armado pretensado alcanza una altura de 94,3 metros y en la parte más alta del Santuario, se encuentra ubicada la imagen de la figura de la Virgen llorando. La estructura del domo fue fabricada de una serie de 22 costillas de hormigón con una sección transversal en forma de V, la que está conectada de forma horizontal gracias a ocho anillos pretensados, con un diámetro decreciente a lo largo de la altura de la edificación.

Para “alterar” el ritmo de la estructura principal, se colocaron franjas verticales en las ventanas, dando la impresión de que los rayos de luz descienden hacia la zona de estar del Santuario. También, se colocaron 19 voladizos, los que emergen desde la base principal, creando los techos de varios espacios interiores, pensados para albergar capillas. El piso de cada uno de estos habitáculos está suspendido con tendones de acero a su correspondiente voladizo.

El interior del Santuario tiene un diámetro de 71,4 metros y cinco capillas, las que están colocadas alrededor del perímetro, además de otras 11 capillas en la cripta. Los muros de hormigón arquitectónico, con las líneas del encofrado de madera, dan textura al espacio y crean un marcado contraste con el piso de mármol blanco.

Finalmente, la iglesia está rodeada por un jardín botánico que se extiende por cerca de 17 mil metros cuadrados y que fue creado por el arquitecto paisajista Nino Attardo.

Revisa en el siguiente video cómo es el Santuario de Nuestra Virgen de las Lágrimas

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