Riken Yamamoto se adjudica el Premio Pritzker 2024

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El comité que entrega el galardón -presidido por el arquitecto chileno Alejandro Aravena- argumentó que la obra del japonés, que busca constantemente crear comunidad aún en espacios limitados y que sean respetuosos con el barrio que les rodea, son elementos más que suficientes para otorgarle el denominado “Nóbel de arquitectura”.  

“Para mí, reconocer al espacio significa reconocer a una comunidad completa. La arquitectura actual se enfoca en lo privado, negando la necesidad de las relaciones sociales. Sin embargo, aún podemos honrar a la libertad de cada individuo mientras vivamos juntos en un espacio arquitectónico como una república, fomentando la armonía entre las culturas y las fases de la vida”.

La frase es de Riken Yamamoto, arquitecto nacido en Beijing el año 1945, pero que prontamente se reubicó en Yokohama, Japón, al terminar la Segunda Guerra Mundial, quien acaba de ser honrado con el Premio Pritzker 2024, también conocido como el “Nóbel de Arquitecura”, por su trabajo en la promoción de espacios públicos que buscan, precisamente, esa armonía entre la privacidad y lo público, con especial atención en el crecimiento de las comunidades y sus distintos acervos culturales.

“Yamamoto desarrolla un nuevo lenguaje arquitectónico que no crea meros espacios para que las familias lo habiten, sino que, crea comunidades para que distintos grupos familiares vivan juntos y compartan sus experiencias”, comentó Tony Pritzker, director de la Fundación Hyatt, que financia el galardón, en el comunicado que dio a conocer a Yamamoto como el ganador. “Sus trabajos siempre están conectados con la sociedad, cultivando una generosidad en espíritu y honrando al momento humano”.

Crear comunidades: El argumento para otorgar el Pritzker

El jurado de los Pritzker 2024 -presidido por el arquitecto chileno Alejandro Aravena- argumentó la elección del japonés por “crear conciencia en la comunidad sobre cuál es la responsabilidad de la demanda social, por cuestionar a la disciplina de la arquitectura para calibrar cada respuesta arquitectónica individual y, sobre todo, por recordarnos que en la arquitectura, como en la democracia, los espacios deben crearse por la voluntad de las personas”.

El trabajo de Riken Yamamoto abarca desde proyectos de vivienda a espacios públicos. Entre sus obras, destacan su propio hogar, GAZEBO (Yokohama, 1986), que invoca a la interacción con los vecinos a través de terrazas y techos. A escala mayor, está el complejo habitacional Pangyo (Seongnam, Corea del Sur, 2010), formado por nueve bloques de baja altura diseñados con volúmenes de planta baja transparentes no prescriptivos que catalizan la interacción entre los vecinos.

En el ámbito de edificaciones públicas, el ganador del Pritzker fue el responsable de, por ejemplo, la Estación de Bomberos de Hiroshima Nishi (Hiroshima, Japón, 2000), cuya apariencia transparente la brinda su fachada de cristales en listones, además de sus muros interiores, también de cristal. También, destaca el edificio del ayuntamiento para Fussa (Tokio, Japón, 2008), que el arquitecto concibió como dos torres de media altura en vez de una sola de gran altitud, para complementar al barrio colindante, formado por edificaciones bajas.

Incentivar la interacción social

En la declaración del presidente del jurado que otorgó el Pritzker 2024 a Riken Yamamoto, Alejandro Aravena destacó que “una de las cosas que más necesitamos en el futuro de las ciudades es crear condiciones en las que la arquitectura multiplique las oportunidades para que las personas se reúnan e interactúen. Al difuminar la barrera entre lo público y privado, Yamamoto contribuye positivamente más allá del mandato de hacer comunidad”.

Esto puede revisarse en algunos de los trabajos del arquitecto nipón en los que el hormigón, materialidad principal de estos proyectos, sirve no sólo como elemento estructural, sino también, como medio para dar expresión al concepto arquitectónico que domina a su trabajo y que, en definitiva, lo hizo ganador del Pritzker.

Una vez conocido su nombre como el ganador del Premio Pritzker, Yamamoto comentó desde Yokohama, ciudad en la que reside, que “pronto, cumpliré 79 años, por lo que este premio llega en un gran momento para mí. En un futuro próximo, pienso que mucha gente me escuchará más detenidamente. Quizás, pueda compartir mi opinión de manera más fácil que antes”.

Gazebo (Yokohama, Japón, 1986)

Uno de los primeros trabajos se Riken Yamamoto. Se trata de su propia casa, la que diseñó el mismo arquitecto, que consiste en un volumen de hormigón con terrazas abiertas que cruzan cada piso, las que facilitan la interacción entre las plantas y con los vecinos. El arquitecto llegó a este diseño como una respuesta a los cambios en el plano regulador de la ciudad el año 1954, que amplió la red de caminos y que vio cómo las casas de baja altura -edificación dominante- dieron paso a edificios mixtos de media altura, reduciendo las oportunidades para que la comunidad se comunique a nivel de piso.

Hotakubo Housing (Kumamoto, Japón, 1991)

Se trata del primer proyecto de vivienda social de Riken Yamamoto. El desafío era acomodar lograr que 110 familias distintas lograsen formar una comunidad. Para ello, el arquitecto dispuso que los 16 blocks independientes se agruparan alrededor de una plaza central a la que sólo se podía acceder pasando a través de una residencia, las que están fabricadas con hormigón.

Museo de Arte de Yokosuka (Yokosuka, Japón, 2006)

Este proyecto nació luego de conversaciones que se extendieron por dos años con distintos actores, incluyendo a los curadores del museo. Para conectarlo con el paisaje, el arquitecto decidió “enterrar” al museo, por lo que mayor parte del complejo se ubica bajo suelo. Su interior está dividido en dos grandes áreas: una en el borde del museo, destinada a restaurantes y salas de trabajo, y la sección central, que alberga las colecciones. Su exterior es un gran paseo peatonal, reafirmando la conexión y la formación de comunidad que busca el arquitecto.

Ayuntamiento de Fussa (Tokio, Japón, 2008)

Ubicado a unos 50 kilómetros del centro de Tokio, el edificio del ayuntamiento de Fussa se compone de dos torres de mediana altura, los que complementan al barrio colindante al proyecto, compuesto principalmente por edificaciones de baja altura. Los edificios, de hormigón prefabricado, albergan las principales oficinas del municipio. “El hormigón prefabricado es un material de alto desempeño, resistente a los sismos y adecuado para construcciones rápidas”, dijo Yamamoto en la descripción del proyecto.

Pangyo Housing (Seongnam, Corea del Sur, 2010)

Para integrar este complejo, el arquitecto propuso dos ideas: que toda la arquitectura del proyecto estuviese en grupos y crear una gran terraza comunitaria. Finalmente, se ejecutaron nueve blocks de baja altura, cuyos volúmenes de piso transparente buscan incentivar la conexión entre vecinos. La terraza, por su parte, atraviesa el segundo piso, formando espacios para la reunión, patios de juegos y jardines, sirviendo además de puente entre un block y otro.

Biblioteca de Tianjin (Tianjin, China, 2012)

Para este proyecto, cuyas dimensiones (55.000 m2) lo hacen impensable en Japón, Yamamoto dispuso de vigas de 20,4 m x 20,4 m, colocadas en una retícula. Cada capa de la viga de muro se desplazó 10,2 metros de la que está directamente bajo ella. Para hacer a este gran espacio más inclusivo, el salón de entrada se extiende por todo el edificio, de norte a sur, transformándose en el centro de la biblioteca. Los estantes de los libros, por su parte, se encuentran incorporados a las vigas de muro, estructura principal de este gran complejo.

Escuela primaria de Koyasu (Yokohama, Japón, 2018)

Debido a los grandes condominios cercanos a la escuela, el arquitecto planteó un rediseño completo al complejo educacional capaz de albergar a un importante número de estudiantes. “Incluso los ciudadanos más jóvenes componen la sociedad en la escuela primaria de Koyasu”, explicó en la descripción del proyecto. Para ello, creo áreas flexibles formadas por grandes terrazas que se extienden y conectan con las salas de clase, incentivando así la interacción dentro de la comunidad educativa.

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