El nuevo proyecto que el prestigioso estudio de arquitectura Zaha Hadid Architects lleva a cabo en la región suroeste de China destaca por su particular techo, soportado por una completa estructura de hormigón armado, que se expande hacia todas las direcciones del complejo y que busca recrear el movimiento de una nebulosa espacial.
La ciudad de Chengdú no sólo destaca por ser la capital de la provincia de Sichuan, ubicada en la región suroeste de China. Rodeada de bosques y paisajes montañosos, el atractivo de esta ciudad no sólo radica en su gran herencia cultural, que data de, al menos, el siglo IV a.C, cuando era la capital del Reino de Shu y cuyos artefactos se pueden apreciar en el museo Jinsha, que conserva parte de ese importante legado.
Sin embargo, Chengdú no vive sólo de su pasado. En la actualidad, la ciudad -que cuenta con más de 20 millones de habitantes- es reconocida por albergar a la Base de Investigación Chengdu de Crianza de Pandas Gigantes, un reconocido centro de conservación donde los visitantes pueden ver a esta especie, que en la actualidad se encuentra en peligro de extinción, en su hábitat natural.
Además, la capital de la provincia de Sichuan posee un atractivo especial para los amantes de la ciencia-ficción, en especial por los hallazgos de piezas arqueológicas con “formas extraterrestres” que datan de la Edad de Bronce. Si bien no es lo único, ciertamente que estos elementos son parte importante del porqué en la actualidad, Chengdú es un importante polo para la investigación científica, lo que sirvió como inspiración para que el prestigioso estudio de arquitectura Zaha Hadid Architects lleve a cabo el proyecto del Museo de Ciencia-Ficción de Chengdú, que se encuentra en plena construcción.
Una ubicación que define la forma
Ubicado en el lago Jingrong, al interior de la Nueva Ciudad para la Ciencia y Tecnología del distrito de Pidu, uno de los desafíos que tuvo el proyecto fue, precisamente, su ubicación. “Al reunir la claridad programática y funcional mientras estas responden a las condiciones únicas de su sitio, el museo parece flotar sobre la superficie del lago”, explicaron los arquitectos.
Debido a la ubicación del Museo, su diseño definió “nudos de actividad conectados por rutas peatonales que se extienden desde la ciudad y la estación de metro adyacente a través del parque y directo al corazón del edificio”, comentaron desde Zaha Hadid Architects.
La forma del Museo permitirá que los visitantes experimenten “un viaje de descubrimientos que navega entre plazas interiores y exteriores en múltiples niveles, las conectan las distintas salas de exhibiciones con instalaciones educacionales, cafés y otros servicios”, destacaron desde el estudio.
Una “nube de estrellas” para la imaginación
El punto focal del nuevo Museo de Ciencia-Ficción de Chengdú se encuentra en su techo, cuya forma fluida “se irradia desde un punto central dentro del edificio, emulando a una nube nebulosa que se expande, con una estrella en su centro”, comentaron desde el estudio.
De esta forma, el edificio adquirió una particular figura, que los arquitectos denominaron “nube de estrella”, y que permitirá “dispersar los campos de energía en diferentes zonas, guiando a los visitantes a través de un portal que conecta nuestra experiencia de vida con la imaginación”, destacaron.
En poco más de 59.000 m2, el estudio de arquitectura tuvo que incorporar la máxima flexibilidad en los espacios para alojar salas de exhibiciones, conferencias y eventos. Entre estos espacios, destaca el atrio central cuya iluminación proviene de luz natural y su gran ventana con vistas a la montaña Xiling, conectando los ambientes interiores con el medio que rodea al complejo.
El Museo de Ciencia-Ficción de Chengdú se encuentra en plena fase de construcción y ya fue confirmado como el centro principal para la Convención Mundial de Ciencia-Ficción, Worldcon, ratificando así la premisa de que este vibrante espacio servirá para impulsar e incentivar aún más el desarrollo científico y tecnológico que se puede apreciar en esta ciudad de China.