Museo de arte de Zaishui: Un extenso techo de hormigón define la relación con el paisaje

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El proyecto que llevó a cabo el estudio del arquitecto japonés Junya Ishigami destaca por su extensión -casi un kilómetro de largo- y su techo de hormigón, cuya suave ondulación es uno de los elementos que define la forma de este nuevo edificio, el que se emplaza sobre un lago artificial en la ciudad de Rizhao, en China.

Ya desde la segunda década del 2000, a raíz principalmente de los Juegos Olímpicos de 2008 celebrados en Beijing, China ha devenido en una suerte de “laboratorio arquitectónico” en el que aparecen desafiantes edificaciones, las que buscan actualizar el rostro de las principales ciudades del denominado “Gigante Asiático”.

De esta forma, se pueden encontrar obras emblemáticas como el “Galaxy Soho”, de Zaha Hadid, de 2013 o, más reciente, la Biblioteca Pública de Haikou, del estudio MAD Architects, inaugurada en 2020, que dan cuenta de ese importante desarrollo arquitectónico. Esto, sin embargo, también presenta un interesante desafío para los estudios.

“Cuando contemplas esos vastos e interminables paisajes, la arquitectura a incluir en esos espacios se transforma en un reto sobrecogedor”, comentó el arquitecto japonés Junya Ishigami, quien a comienzos de este año completó el Museo de Arte de Zaishui, ubicado en la ciudad de Rizhao, provincia de Shandong, ubicada en la costa del país.

Una nueva manera de relacionar la arquitectura con el medio que la rodea

El proyecto se llevó a cabo dentro de un nuevo desarrollo urbano de Rizhao y posee un espacio para exhibiciones, un centro de visitas y un centro comercial. Construido sobre un lago artificial ubicado cerca del nuevo desarrollo, “las personas que visiten este nuevo polo deberán cruzar por este edificio en su camino a esta nueva urbanización”, comentaron desde el estudio de Ishigami.

El museo tiene una superficie de 20.000 m2 y su particularidad es que se extiende a lo largo del lago, por lo que los visitantes “caminarán” por éste. “La clara superficie horizontal del lago se dibuja dentro del edificio, con el piso, imaginado como una nueva tierra, extendiéndose para dar la sensación de estar patinando sobre este cuerpo acuoso”, describió el arquitecto.

“En este nuevo entorno natural, creado dentro de una obra arquitectónica, se percibe un paisaje en el que la escena interior da paso a la exterior. Al descubrir los espacios internos, se encontrarán lugares para exhibiciones en grandes áreas del terreno y, en otras, éste se estrechará, rodeado por una gran extensión de agua. El techo en algunos lugares es alto, permitiendo el ingreso de abundante luz y el paisaje circundante; en otros lugares es más bajo, reflejándose en el agua y con luz más tenue”, agregó Ishigami en la descripción del proyecto.

El rol del hormigón en este nuevo lenguaje

Para generar esa sensación de unidad entre este espacio y el paisaje del lago, el proyecto contempló una serie de columnas paralelas que se alzan desde el fondo del lago, las que sostienen un techo de hormigón cuya forma posee una suave ondulación. Lo particular es que esta estructura se extiende en todo el proyecto, alcanzando casi un kilómetro de largo.

“Las columnas repetidas en intervalos regulares definen a la nueva superficie del agua, mientras que el borde que se creó en la superficie define al nuevo terreno. Nace un nuevo exterior, al interior de la estructura”, explicó el arquitecto nipón al portal Dezeen.

Entre las columnas, se insertaron paneles de cristal para ofrecer a las personas vistas panorámicas del lago, aunque el arquitecto también dejó espacios libres de manera intencional para que el piso del museo se conectara con la superficie del lago. “Así, mientras que en invierno el agua se congela, la que queda bajo el hielo ingresa al museo y forma una piscina, anticipando la llegada de la primavera”, explicó.

“La clave para responder al desafío que tiene la arquitectura en China verla como el ‘gigante amable’ de un paisaje y buscar una relación completamente nueva entre lo natural y lo hecho por el hombre. Uno puede descubrir un paisaje natural dentro de un edificio y a través de sus características -como un nuevo exterior que nace desde el interior del proyecto- se forja esta relación amigable con la naturaleza que le rodea”, aseveró.

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