Ubicada en un barrio en desarrollo en la ciudad de Hwaseong, al norte de Corea del Sur, este edificio religioso plantea un interesante uso del hormigón no sólo como material constructivo, sino también, como eje central de un nuevo espacio para un desarrollo urbano que aún se encuentra en fase de desarrollo.
La ciudad de Hwaseong se ubica en la región norte de Corea del Sur, en la provincia de Gyeonggi. Su proximidad con Seúl -se encuentra a sólo 25 kilómetros al sur- permite que, por ejemplo, se conecte directamente con la capital surcoreana vía una extensión del tren subterráneo de esa ciudad. Asimismo, su proximidad al mar Amarillo, la transforman en un puerto de salida para distintos productos agropecuarios que se producen al interior.
Con una población pequeña (cerca de 1.000.000 millón de habitantes) en comparación a la de Seúl (más de 9 millones de personas), Hwaesong se divide administrativamente en 13 barrios o “dong”, los que poseen sus propios polos de desarrollo. En efecto, uno de estos barrios, Banwol -que se encuentra al oeste de Hwaseong- tiene en su circunscripción varios centros de desarrollo de Samsung, además de estar cerca del Parque Dongtan, uno de los principales atractivos turísticos del sector.
Por lo mismo, que cada barrio configure su propio “centro” no es extraño y justamente por ello es que el estudio de arquitectura local Kode Architects llevó a cabo el proyecto de la Iglesia Evergreen, la que se ubica en uno de los puntos más concurridos de Banwol y que, según los arquitectos a cargo del proyecto, pretende marcar un hito arquitectónico en un barrio que se encuentra en permanente desarrollo.
Pensar un edificio dentro de un lugar aún en desarrollo
Uno de los desafíos que presentó el proyecto estuvo en la consolidación de este espacio entre los ya existentes en el paisaje urbano del sector. “Si bien la mayoría de los edificios poseen una vida útil larga, las iglesias, especialmente, son lugares que conectan a la religión con las personas. Entonces, cuando se reparan los viejos edificios y los amplían cuando falta espacio, siempre permanecen en el mismo lugar”, explicaron desde el estudio.
Una vez analizado ese aspecto, el diseño de la iglesia también consideró el cambiante entorno que la rodea. “El paisaje colindante se encontraba en una fase de transición a ser creado, por lo que no sabíamos como quedaría a futuro”, dijeron los arquitectos. Por este motivo, para que el proyecto dialogue con la expresión terminada del desarrollo inmobiliario, el estudio presentó un diseño más bien simple y calmo, que se uniría naturalmente a este paisaje urbano en desarrollo.
Otro de los aspectos interesantes es que, si bien el sitio se encuentra rodeado de edificaciones de baja altura, además de un centro comercial, escuelas y otras construcciones aún en desarrollo, todas son de hormigón armado, por lo que el mismo material dio respuesta a cómo debiese construirse el proyecto.
Esto, por una parte, hizo que la Iglesia Evergreen no se escape a lo que arquitectónicamente se presenta en este barrio y refleje en su diseño su contexto y, por otra, dio pie para que los arquitectos desarrollasen alternativas para elaborar un hito que defina, en cierta forma, este espacio.
El hormigón como solución material, arquitectónica y conceptual
“El hormigón, que es simple en forma y que nos es familiar a quienes vivimos en un ambiente urbano, resultó ideal para que el proyecto se vinculara con este desarrollo”, destacaron desde el estudio de arquitectura. Para generar un diseño de mayor impacto, se decidió que el material “representara el movimiento de la luz”, lo que en la práctica significó darle un efecto tridimensional en su fachada para que reflejase los juegos de luces y sombras.
Con ello, comentan los arquitectos en la descripción del proyecto, resultó que la iglesia, si bien posee una forma simple, gracias a la tridimensionalidad de las “costillas” de hormigón de su fachada, “se agregó una profundidad de luz a la superficie y se completó la forma de la edificación bajo esa misma cualidad, dándole simbolismo y presencia a este edificio religioso”, destacaron.
Dada la forma rectangular de las “costillas” de hormigón, las que se ensayaron a través de varios moldajes y definieron gracias a otros tantos estudios de elevación, la luz se mueve a través de los muros de la iglesia, cambiando “desde la mañana al atardecer y de la primavera al invierno. La fachada de esta iglesia, que se funde con el paisaje colindante y expresa su propia luz, parece proyectar el carácter religioso de esta edificación”.
Con un área de, aproximadamente, 2.310 m2, la Iglesia Evergreen inició su construcción el año 2022 y se completó en 2023. Sin lugar a duda, el rol del hormigón en este proyecto fue más allá de ser la materialidad constructiva principal del proyecto. “A través de las propiedades honestas y austeras del material, se logró expresar el significado simbólico de los edificios religiosos de manera concisa y el diseño elevado puede resaltar la presencia de la iglesia, se completó gracias al contraste entre luces y sombras, para lo que resultó clave el incluir los elementos de hormigón en la fachada”, subrayaron desde el estudio.