Domo HATA: Un domo de hormigón que desafía las nociones tradicionales

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Emplazado a los pies de las montañas Sawtooth, en California, y enfrentado al clima del desierto del Colorado, este domo de hormigón monolítico parece una formación geológica más dentro del paisaje que le rodea. Su diseño, no obstante, al igual que su materialidad, lo convierte en un hito de estructura resiliente ante los desafíos del cambio climático, como también, en un ejemplo de arquitectura de autor.

Ubicadas al este de la ciudad de San Diego, en el estado de California, las montañas Sawtooth son, en cierta medida, la puerta de entrada oriental al desierto del Colorado. Esta zona del condado de San Diego también alberga a la reserva natural del mismo nombre, lo que transforma a esta zona en uno de los atractivos ecoturísticos más destacados de este sector del estado de California.

En medio de ese paisaje compuesto por montañas y desierto, la diseñadora y constructora autodidacta Anastasiya Dudik llevó a cabo un interesante proyecto: HATA, un domo de hormigón monolítico que, de acuerdo con su creadora, “redefine lo que significa construir de manera intuitiva, responsable y artística”.

Siguiendo esa línea, la artista oriunda de Ucrania explica en la descripción del proyecto que esta estructura es una suerte de gesto hacia la resiliencia, la intuición y una arquitectura que crece desde el paisaje y las circunstancias que le rodean en lugar de una tendencia determinada.

De esta manera, para Dudik, el domo HATA representa una reinterpretación del legado arquitectónico brutalista y monolítico que dejó la antigua Unión Soviética, uno que la artista conoce desde su niñez, agregando un elemento de “empatía” al diseño en la forma misma curva de esta estructura, como también, en materia medioambiental.

Un “diseño futurista” para los desafíos del presente

Para el domo HATA, la arquitecta autodidacta se hizo cargo de todos los aspectos del proyecto, desde los dibujos iniciales, pasando por la ingeniería estructural hasta la adquisición de materiales, sin que un estudio o un contratista se involucrara en el proyecto. “Es una visión solitaria hecha realidad, sin concesiones ni compromisos ante comités. Su proceso, como el del mismo domo, refleja resiliencia: la capacidad de adaptarse, perseverar y autodefinirse”, destacó el sitio web Designboom.

HATA, en ese sentido, se basa en lo que Dudik denomina “diseño primitivo futurista”, lo que no es otra cosa que la arquitectura ancestral compuesta por formas curvas, masa térmica y materialidades elementales. Por las características de su diseño, este domo de hormigón monolítico aborda las necesidades futuras de resiliencia climática y adaptabilidad a entornos aislados, como el paisaje donde se llevó a cabo el proyecto.

“La forma del domo diluye los límites arquitectónicos de suelo, muro y objeto. En su interior, no existe separación entre el paisaje y el hogar. Es un continuo de materia y espacio. Los muebles empotrados parecen surgir orgánicamente desde el suelo. Nichos emergen como cavidades erosionadas. Incluso la piscina circular de agua salada refleja la forma del domo, atrayendo la mirada hacia la silueta que ancla a este oasis escultural en la inmensidad del desierto”, comentó la artista.

Hormigón como materialidad

Como se mencionó antes, Anastasiya Dudik se hizo cargo de todo el domo sin la asesoría de estudios de arquitectura o de oficinas de ingeniería, lo que transforma a HATA en un “curioso ejemplo de verdadera arquitectura de autor”, mencionó la descripción del proyecto.

Para construir la estructura -que ocupa un área de 158 metros cuadrados- se utilizó una membrana de PVC (airform), barras de refuerzo, hormigón armado, shotcrete y estuco. Gracias al uso del hormigón, el domo es, como detalla la descripción del proyecto, resistente al fuego, además de brindar resistencia a sismos y ofrecer “un desempeño térmico pasivo ideal para el duro clima del desierto”.

El domo de hormigón emerge desde el piso como una formación geológica milenaria, integrándose plenamente al paisaje que le rodea. El interior de HATA está recubierto con yeso, lo que además de aportar al desempeño térmico, también ofrece importante aislación acústica, mientras que un sistema de paneles solares alimenta de energía al domo, enfatizando en la sostenibilidad de esta estructura.

Todo esto, además de sus otras cualidades en el diseño, transforma a HATA en una experiencia “sensorial, meditativa y restauradora”. Se trata, en definitiva, de un domo de hormigón monolítico que se convierte en un cuerpo resiliente, curvo y envolvente. “No es sólo una estructura, es un argumento: a favor de una forma con sentimiento, de la sostenibilidad y del poder de la visión individual a la hora de moldear al entorno construido”, subrayó Dudik.

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