Ubicado en el distrito de Futian -que alberga, además de otros grandes edificios corporativos, al gobierno local de la ciudad- este rascacielos de hormigón armado de 199 metros de altura y 46 pisos se convertirá en ejemplo de “construcción inteligente” ya que su diseño contempló modelaciones basadas en un motor de IA que permitirá, entre otras cosas, alcanzar la máxima eficiencia térmica y comodidad para quienes utilicen sus instalaciones y servicios.
Desde hace ya algunos años, la economía de China no se quedó sólo en áreas como la manufactura o las exportaciones y comenzó a expandirse hacia otros sectores. Uno de estos, las denominadas Fintech -es decir, aquellas compañías que aplican nuevas tecnologías a actividades financieras y de inversión- experimentaron un alza en sus operaciones, lo que se ve reflejado incluso en el Plan de Desarrollo de Tecnología Financiera 2022-2025 que impulsa el gobierno central de ese país, con objetivos específicos para construir un sector de tecnología financiera “digitalizado, inteligente, ecológico y justo”.
En ese sentido, no es extraño que las grandes compañías e instituciones chinas que pertenecen o están vinculadas a ese sector soliciten edificios corporativos que reflejen, de algún modo, sus valores, especialmente, aquellos que hagan hincapié en la innovación tecnológica.
Por lo mismo, el Instituto de Tecnología Financiera de Shenzhen -ubicado en la ciudad del mismo nombre, que es el segundo puerto más grande de China y que conecta a Hong Kong con el territorio continental- encomendó al estudio de arquitectura Zaha Hadid Architects (ZHA) crear un espacio (en específico, una torre de gran altura) para que se “adapte a la expansión en curso del instituto”, mencionó el estudio en la descripción del proyecto.
La idea, de acuerdo con ZHA, fue crear un espacio que diese respuesta a las necesidades de un sector que va al alza en China, donde se proyecta que las Fintech crecerán casi un 20% cada año durante la próxima década.
Una torre que se nutre del entorno urbano
Los arquitectos diseñaron la torre para que albergue laboratorios de desarrollo e investigación, intercambio tecnológico, centros de datos, campus de entrenamiento, además de departamentos administrativos. El edificio, que tendrá una altura de 199 metros y 46 pisos, se ubicará en el “corazón de la industria tecnológica de China”, mencionó el estudio en la descripción del proyecto.
Uno de los aspectos interesantes de esta torre es que su composición “estará definida por el ambiente urbano que la rodea”. Por ello, el diseño del edificio incorporó retranqueos con las construcciones colindantes, que “optimizan la cantidad de luz solar directa que alcanza a las calles plazas públicas y barrios”, destacaron desde ZHA. Para lograr eso, el estudio mapeó y modeló digitalmente el recorrido anual del sol en el lugar donde se emplaza la Torre del Instituto.
La edificación se emplazará en el distrito urbano de Futian, en el centro de Shenzhen, que alberga al gobierno y al concejo municipal de la ciudad. En este distrito también se encuentran las oficinas centrales de Wal-Mart China, del grupo financiero Ping An y del China Merchant Banks, además de otras empresas del sector tecnológico, lo que explica la decisión del Instituto de que la torre se ubicara en particular en esa zona de la ciudad.
Nueva tecnología para el desarrollo de proyectos
La torre del Instituto de Tecnología Financiera de Shenzhen ocupará un área de 76.000 metros cuadrados y en el diseño, se destacan los “varios grados de transparencia y color que tendrán las fachadas de la torre, las que están basadas en las distorsiones que se presentan dentro del volumen del edificio. Compuestas por parteluces vidriados verticales y angulados, las que se fabricaron en colores negro y bronce, las fachadas enfatizan las geometrías únicas generadas por los contornos formales del diseño”, detallaron desde ZHA.
Asimismo, desde el estudio enfatizan que la envolvente del edificio incorporará un sistema de aislación térmica de alto desempeño que, según el diseño, se formará con “aletas externas que brindarán sombra propia. Un análisis detallado de la exposición directa a la luz solar resultó clave para la composición única de cada fachada y, de esta forma, mitigar la ganancia de calor solar”, puntualizaron los arquitectos.
El sistema estructural de la torre, cuyo proceso de construcción ya comenzó, está formado principalmente por hormigón producido con recursos locales y acero reciclado, los que contribuirán a reducir la huella de carbono del edificio. Además, otro elemento interesante para el desarrollo del proyecto es que el diseño incorporó un sistema constructivo que “predice” el patrón de uso y los niveles de ocupación del edificio durante el día.
“Este sistema, automatizado vía IA, incorpora ventilación híbrida natural y ajustará de forma continua los servicios de la torre para que sus usuarios alcancen el confort óptimo con la máxima eficiencia energética”, subrayaron desde ZHA.