Concebido como un “pabellón permeable”, este templo ubicado en un área industrial de la capital de Bangladesh destaca por su diseño monolítico y sus elementos curvos de hormigón pigmentado, generando un interesante contraste con las edificaciones que rodean a este edificio.
Daca -antes conocida como Dacca- es la capital de Bangladesh, país del sur de Asia que limita en gran parte con India y en una fracción menor, con Myanmar. Se sitúa a orillas del río Buriganga y alberga al gobierno central, además de ser el polo de desarrollo económico y cultural más importante del país.
Se trata, además, de la ciudad más grande del pequeño país asiático, con una población que, al año 2022, sobrepasó a los 35 millones de habitantes. Esto también se traduce en que sea una de las urbes más pobladas del mundo, con todos los problemas que eso conlleva: altos índices de contaminación atmosférica, problemas viales, falta de suministros, entre otros.
La gran mayoría de la población de Bangladesh -y, en este caso, de en Daca- profesa la religión musulmana. Por ello, no es extraño encontrar mezquitas en los distintos barrios que dan forma a esta ciudad, por ejemplo, la mezquita Zebun Nessa, proyecto que el estudio de arquitectura Studio Morphogenesis ejecutó en una zona industrial en las afueras de Daca y cuya forma y color hacen que destaque por encima de otras edificaciones del sector.
Un diseño simple que busca resaltar entre el gris
Ubicada específicamente al borde de un cuerpo de agua, en el distrito de Jamgora (noroeste de Daca), la mezquita Zebun Nessa captura de inmediato la vista de los visitantes por su particular figura. “El edificio se diseñó como una suerte de ‘pabellón permeable’ que establece una conexión más profunda entre la tierra y el agua, que sirve tanto como espacio espiritual y de meditación dentro de este complejo industrial”, explicaron los arquitectos en la descripción del proyecto.
La mezquita, dicen desde el estudio, posee un diseño simple y efectivo, con una “masa monolítica situada sobre un pedestal alto, reminiscente de las formas de casas vernáculas construidas sobre ‘Bhiti’ (montículo) en el relieve deltaico de Bangladesh”. En ese sentido, el estudio destaca que el plano de la mezquita “evolucione desde formas geométricas simples, con un cuadrado que rodea a un volumen circular, creando cuatro jardines interiores que sirven como patios de luz en cada lado del complejo”.
“El volumen cuadrado exterior se funde en curvas sutiles en las direcciones este y oeste para interactuar con las fuerzas del sitio”, agregaron desde el estudio.
Todos los elementos que se encuentran en la mezquita permiten el ingreso de luz y ventilación natural, de ahí que desde el estudio destaquen que la edificación se diseñó como un “pabellón permeable”: desde los gruesos muros de hormigón, que incorporan pequeños vacíos rectangulares, hasta la disposición de los volúmenes en el plano, todo se desarrolló para fijar esa conexión especial con la espiritualidad del espacio.
Hormigón curvo y rosado
Para la mezquita Zebun Nessa, los arquitectos definieron que todos los muros y losas fuesen de hormigón de doble capa y además, que fuesen pigmentados (en este caso, de un color rosado) para así, dar un punto de contraste con el gris de la edificaciones colindantes al templo.
Los muros, explican desde el estudio, crean un microclima “dentro de la mezquita, asegurando eficiencia térmica. Al estar en un clima húmedo y caluroso, la mezquita se diseñó para ser un espacio que fomente la ventilación natural donde pase la brisa fresca proveniente del cuerpo de agua natural del exterior, por todas las aperturas del complejo”, se detalló en la descripción del proyecto.
Asimismo, el domo, más delgado que los muros curvos, parece levitar sobre estos, “elevando el singular interior del salón de oraciones”, comentaron desde Studio Morphogenesis, agregando que “a diferencia de los sólidos muros de la qibla en mezquitas convencionales, la qibla de la mezquita Zebun Nessa se define por una amplia apertura arqueada en el muro occidental ligeramente curvo”.
El mandante del proyecto concibió la mezquita con el objetivo de que los trabajadores de su empresa rindiesen tributo a un familiar fallecido, incorporando así un elemento de suavidad al interior de una zona industrial. Esta narrativa, y el color del templo, inspiraron a que el diseño de la mezquita Zebun Nessa sea, en definitiva, “un espacio social-espiritual, mejorando el cuidado mutuo y la confianza entre los trabajadores y el dueño de la fábrica donde se ubica el edificio”, destacaron los arquitectos.