No exento de problemas, incluyendo la pandemia, las obras del edificio de 6 pisos que se ubicará en el corazón del campus del prestigioso recinto, ubicado en el Central Park de Nueva York, ofrece una experiencia única al conectar a los 10 museos que forman el conjunto. Para ello, el uso de hormigón armado y shotcrete para el sinuoso interior del proyecto, resultó fundamental.
En agosto de 2017, el Museo de Historia Natural de América (AMNH, en sus siglas en inglés), ubicado en la ciudad de Nueva York, ingresó sus planes de expansión del edificio principal. Para ello, la dirección del museo tomó contacto con el estudio de arquitectura Studio Gang -responsable, entre otros proyectos, de la fachada del Hotel Populus en Denver- para llevar a cabo el proyecto.
En ese entonces, se informó que el nuevo edificio, cuyo nombre es Centro para la Ciencia, Educación e Innovación Richard Gilder, tendría 6 pisos y un área de, aproximadamente, 23.000 metros cuadrados. El proyecto tuvo aprobación unánime por parte de la Comisión para la Preservación de Monumentos Históricos de Nueva York y, según el reporte de The Architect’s Newspaper, el Centro Gilder se inauguraría en 2020.
El plan de expansión debió suspenderse luego que en octubre de 2018 se presentara una demanda en contra del estudio de arquitectura ante la Corte Suprema del estado de Nueva York, debido a posibles afectaciones al parque donde se emplazaría el nuevo edificio.
Una vez aclarado el litigio, que resultó favorable para el estudio, las obras se inauguraron en junio de 2019 y, nuevamente, tuvieron que detenerse a raíz de la pandemia. Actualmente, los trabajos retomaron su curso y se evidencian grandes avances en el Centro Gilder.
Un punto de unión en el centro del AMNH
El proyecto de Studio Gang con el Centro Gilder unirá a 10 centros de exhibición, ya que se encuentra ubicado en el corazón del Museo de Historia Natural y “completa las conexiones entre las galerías existentes que se proyectaron originalmente en el plano principal del campus del museo. La circulación de los visitantes se mejora así ante la creciente cifra anual de personas que acuden a las salas, que en las décadas pasadas aumentó aproximadamente de 3 a 5 millones”, explicaron desde el estudio.
Con esto, el Centro Gilder creará un gran espacio en el que, además de conectar a las distintas galerías, también vinculará a salones de clase de última generación y añadirá un teatro digital inmersivo, además de remodelar la antigua biblioteca del espacio, creando un así un gran campus.
“Descubrimos una forma de mejorar de manera importante la circulación de los visitantes y la funcionalidad del museo, mientras que aprovechamos el deseo por la exploración y el descubrimiento que es tan emblemático de la ciencia y también, parte importante del ser humano”, comentó la arquitecta Jeanne Gang, fundadora de Studio Gang.
Hormigón como elemento fundamental
La forma del Centro Gilder se inspiró en las formaciones glaciales y los cañones esculpidos sobre la roca, lo que se tradujo en un edificio con formas onduladas y una estructura cavernosa fabricada con hormigón armado.
En su entrada, la expansión del AMNH ofrece una “forma de cañón continuo” a los visitantes, además de puentes y aperturas que brindan conexiones visuales a las diversas instalaciones del recinto. Tante este lugar como el resto de los espacios interiores se crearon lanzando hormigón estructural directo a las barras de sostenimiento (shotcrete), creando así elementos de formas fluidas.
Para la fachada, en cambio, se utilizó granito rosa, el mismo que se encuentra en la entrada que el Museo de Historia Natural tiene por la sección oeste del reconocido Central Park. Así, el estudio conecta los dos extremos del campus.