Encontrar un denominador común entre la rigidez del hormigón y la plasticidad de la danza parece imposible. Esto, claro, hasta que un grupo de estudiantes del prestigioso ETH Zurich desarrollaron un material en el que, gracias a la innovación tecnológica y digital, se vislumbran las potencialidades de ambos conceptos. En Hormigón al Día, te revelamos más de este interesante desarrollo.
Las innovaciones en la aplicación y diseño del hormigón avanzan de manera veloz hacia el futuro. Prueba de ello es que hace poco más de una semana se presentaron unas llamativas columnas fabricadas de concreto en el marco del Festival Origen, evento de danza y arte que se realiza de manera anual en la localidad de Riom, en Suiza. ¿Qué es lo particular de esas columnas? Es que están construidas con “hormigón coreográfico”, el más reciente desarrollo para el material que nació desde el prestigioso EHZ de Zurich.
El concepto que existe detrás de este “hormigón coreográfico” nació de una idea entregada por el propio fundador del festival, Giovanni Netzer, quien manifestó querer “una estructura que mostrará la interacción entre la investigación de tecnología de vanguardia y el mundo de la cultura, que tuviese además una mirada novedosa”, según comentó a Dezeen Ana Anton, investigadora de doctorado del instituto ETH y una de las integrantes del equipo docente encargado de la creación de las columnas.
Precisamente, fueron estudiantes del programa de Master de Estudios Avanzados en Arquitectura y Fabricación Digital de la institución suiza, supervisados por el equipo docente, los que dieron vida a las nueve columnas de 2,7 metros de alto creadas bajo el concepto de “hormigón coreográfico”.
Construidas con hormigón impreso en 3D y sin moldajes de por medio, la fabricación final de este proyecto -que además plantea un diseño único para cada una de las columnas que lo componen- demoró un total de 2,5 horas por columna completa. Gracias a la rapidez con que se ejecuta la obra, “se puede reducir la huella ecológica de la construcción en concreto al remover cualquier enconfrado de manera permanente, además de utilizar menos material”, explicó Ana Anton.
Esta novedosa forma de aplicar el hormigón, además de sacar de la ecuación al moldaje, permite generar diseños únicos de gran complejidad geométrica, los que se pueden crear de una manera totalmente automatizada gracias a los brazos robóticos que van imprimiendo el concreto. Las estructuras –en este caso, los pilares de “hormigón coreográfico” – se van “imprimiendo” de tal forma que el robot sólo coloca el concreto donde se requiere, asegurando así las cualidades sustentables que mencionó Ana Anton.
Para el “hormigón coreográfico”, los estudiantes a cargo del proyecto tuvieron que crear figuras que reflejaran el concepto entregado por Giovanni Netzer. Es decir, que mostraran formas que destacaran tanto al material (al hormigón) como al proceso tecnológico que hubo para crear estas impresionantes columnas. Esto, lo hicieron gracias al proceso conocido como extrusión por impresión de capas, demostrando así el potencial del diseño computacional y la fabricación digital para la industria. De esta manera, fueron creando diseños ornamentales únicos que con métodos convencionales, serían casi imposibles de mostrar.
En el caso de las columnas, en el diseño se estipuló que estas fuesen huecas por dentro, haciendo que el material se colocara estratégicamente, sólo ingresando el diseño al brazo robot que realizó el proceso. Para esta instalación, se “imprimieron” capas de 5 milímetros de espesor de un hormigón especial de secado rápido, también desarrollado en los laboratorios de ETH Zurich.
“Lo que hace única nuestra investigación en impresión de hormigón es que podemos mostrar tanto la eficiencia del material como también, el potencial estético que tiene esta nueva tecnología”, aseguró Ana Anton al portal Dezeen.
¿Quieres saber más sobre los pilares de “hormigón coreográfico”? Te dejamos el siguiente video
