La primera edificación fabricada con tecnología de impresión en 3D de República Checa pretende demostrar los beneficios de esta metodología constructiva y para ello, sus creadores trabajaron en el desarrollo de un hormigón especial que además, también puede reciclarse. Te contamos más de este interesante desarrollo en el siguiente artículo.
Los avances que la tecnología de impresión con 3D está aportando al mundo de la construcción con hormigón siguen desarrollándose a paso firme. Anteriormente, en esta sección habíamos destacado cómo en Dubai, por ejemplo, se ejecutó un edificio para oficinas municipales de dos pisos utilizando esta tecnología, convirtiéndose así en la construcción más alta del mundo fabricada con este desarrollo.
Asimismo, también han aparecido otras aplicaciones de la impresión en 3D relacionadas con el mundo de los moldajes. Si bien estos elementos aún se encuentran en fase experimental, poco a poco comienzan a utilizarse en proyectos de recuperación urbana, particularmente en el sector del prefabricado.
A estos ejemplos se suma ahora la primera casa de hormigón fabricada en República Checa con tecnología de impresión en 3D, cuya gran particularidad es que se trata de una vivienda flotante y cuyo proceso constructivo tardó tan sólo 48 horas en estar finalizado y que, de acuerdo a sus creadores, se trata de una vivienda amigable para el medio ambiente.
Viviendas de hormigón sostenibles impresas en 3D
El proyecto que llevó a cabo esta casa de hormigón impreso, denominado Prvok, se trata una alianza entre el estudio de arquitectura Scoolpt y Burinka en la que se quisieron resaltar los distintos atributos de la construcción con hormigón desarrollada con impresora en 3D, además de la velocidad, ya que la estructura de la casa se completó en sólo 48 horas.
De acuerdo a Michal Trpak, arquitecto, escultor y creador de Pvrok, la idea de construir una casa con esta tecnología permite mostrar a escala real cómo funciona la impresión en 3D al mundo industrial. Para ello, se decidió fabricar una vivienda flotante de 43 metros cuadrados, con sus espacios interiores ya definidos: baño, living, cocina y un dormitorio.
“El tamaño de la construcción es relativamente pequeño, pero lo suficientemente cómodo para que dos personas puedan vivir aquí”, dijo Trpak. “Quisimos probar los principios de la tecnología de impresión en 3D y el futuro de las edificaciones fabricadas con este método”, agregó.
Para la construcción de Pvrok, sólo se necesitaron una cuadrilla de 25 trabajadores en vez de 65, número promedio para este tipo de obras, informaron desde el estudio de arquitectura. Asimismo, se incorporaron elementos sostenibles como una ducha recirculante, un depósito especial para el agua y un techo verde. Además, con el método de impresión en 3D, se disminuyó en al menos un 20% la emisión de CO2 en comparación a una construcción tradicional.
Tecnología del hormigón adaptada a la construcción en 3D
Otro de los elementos llamativos de este proyecto fue que el hormigón utilizado para construir esta casa flotante, fue diseñado especialmente para el proyecto. “El hormigón que utilizamos para Pvrok está especialmente diseñado para impresión en 3D y tardó cerca de dos años en desarrollarse”, comentó Jiří Vele, integrante de Scoolpt, al portal 3dnatives.com.
Jiří Vele agregó que el hormigón utilizado para la construcción de Pvrok está compuesto, además de los elementos tradicionales, por fibras de nanopropileno, aceleradores de fraguado mezclados y plastificantes, “para hacerlo más adecuado a la impresión en 3D de gran formato”, subrayó.
Además, para la fabricación de la casa flotante, se utilizó un brazo robótico proveniente desde la industria automotriz, el que fue adaptado para el proyecto. Según informaron los desarrolladores, el robot alcanzó velocidades de impresión de capas de hormigón de 15 centímetros por segundo, consiguiendo así que la estructura completa del proyecto estuviese en 48 horas, unas siete veces más rápido que utilizando métodos de construcción tradicionales.
Los muros de hormigón impreso cuentan con un relleno de material aislante, asegurando así la eficiencia energética de Pvrok. Junto con eso, Michal Trpak explicó que el hormigón utilizado en la construcción de la casa flotante puede reciclarse. “En el futuro, los dueños de esta vivienda pueden demolerla una vez que haya alcanzado su vida útil e imprimirla nuevamente con el mismo material, directamente en el sitio donde quieran levantar la casa”, dijo.
Para esto, claro, deberán pasar al menos 100 años. Al menos, así lo aseguran los involucrados en este interesante proyecto, ya que el hormigón diseñado para Pvrok está pensado para que se mantenga por esa cantidad de años. De hecho, a los 28 días de haber sido impreso, la estructura de la casa ya era tan resistente como la de un puente, subrayaron los creadores de esta particular vivienda.
Montada sobre un pontón flotante, los creadores de Pvrok aseguran que este tipo de casas pueden construirse en cualquier parte del mundo y son funcionales tanto en zonas urbanas como rurales. Por lo mismo, el equipo detrás de este proyecto espera que con este primer apronte, se redefinan las formas en las que se construyen viviendas de hormigón.